La entrada en funcionamiento de nucleares evitar¨¢ el deterioro de los balances de empresas el¨¦ctricas
Pregunta. El Gobierno ha autorizado al sector un aumento de tarifas del 17% desde primeros de a?o. ?Qu¨¦ representa para ustedes ese incremento de ingresos?Respuesta. La subida del 17% recoge exclusivamente la repercusi¨®n del incremento de los costes de los combustibles de diciembre de 1979. Hemos sufrido un aumento de precios en fuel-oil, carb¨®n y gas natural, que son los combustibles b¨¢sicos para la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica. La incorporaci¨®n a las tarifas que cobramos a nuestros clientes de estos mayores costes eran una necesidad ineludible para el sector. El Gobierno, consciente de la importancia del tema ha repercutido directamente los mayores costes igual que hizo con la gasolina y dem¨¢s derivados del petr¨®leo.
El sector calcul¨® que para asimilar el mayor coste de los combustibles necesitaba un aumento de las tarifas del 18,6 %,pero el Gobierno, despu¨¦s del informe de la Junta de Precios, lo ha limitado al 17 %.
P. Sin embargo el Gobierno de una u otra forma ha se?alado que es preciso mejorar el margen de autofinanciaci¨®n del sector para acometer nuevas inversiones. ?Se han dado pasos en ese sentido?
R. El tema del reforzamiento de nuestra capacidad inversora, o si prefiere de nuestra autofinanciaci¨®n para el futuro, no est¨¢ contemplado en la subida de las tarifas. Esto es importante aclararlo. En este momento las tarifas el¨¦ctricas cubren los costes de producci¨®n de la energ¨ªa el¨¦ctrica, los gastos de distribuci¨®n, las amortizaciones de los bienes o elementos de producci¨®n y distribuci¨®n de la energ¨ªa y los costes financieros, y en ¨²ltimo caso el dividendo a nuestros accionistas.
Las cantidades que se destinan al concepto de amortizaci¨®n no son para financiar nuevas inversiones sino para recuperar el capital invertido. Todo negocio tiene que incorporar en sus precios una parte destinada a recuperar la inversi¨®n que permita sustituir los elementos productivos cuando sean viejos u obsoletos. Ese dinero no se guarda en una caja muerta en espera de que el bien se inutilice sino que se invierte por las empresas para la construcci¨®n de nuevos elementos de producci¨®n. En cierta forma ese flujo de caja se utiliza en nuevas inversiones y se le llama autofinanciaci¨®n, aunque en realidad sea una simple sustituci¨®n de inversiones antiguas por nuevas.
En la tarifa no hay un componente concreto para la financiaci¨®n de nuevas inversiones. Estas se financian ¨²nicamente con cargo a las empresas y con los procedimientos cl¨¢sicos, es decir, ampliaciones de capital como las que han realizado algunas empresas el¨¦ctricas hace un mes, emisiones de obligaciones que suelen suscribirse por las cajas para cubrir el coeficiente de inversi¨®n obligatoria o como simple inversi¨®n y mediante cr¨¦ditos interiores o exteriores, fundamentalmente estos ¨²ltimos por las dificultades de financiaci¨®n dentro del pa¨ªs.
La aceleraci¨®n del programa energ¨¦tico que pretende el Gobierno y el plan de urgencia de construcci¨®n de nuevos grupos productores de electricidad mediante el uso de carb¨®n, que tendr¨¢n efectos revitalizadores en la econom¨ªa nacional, contribuyen a aumentar las inversiones y agravar los problemas financieros para las empresas el¨¦ctricas.
P. Entonces, ?de d¨®nde va a salir el dinero? ?Cu¨¢l es el programa de inversiones para ¨¦ste y pr¨®ximos a?os y cu¨¢l su reparto por las distintas fuentes de obtenci¨®n de recursos?
R. Las inversiones previstas se sit¨²an en torno a los 250.000 millones de pesetas a?o. De esa cantidad un tercio se cubrir¨¢ con obligaciones. Otro tercio se obtendr¨¢ mediante cr¨¦ditos internacionales y el tercio restante se repartir¨¢ entre ampliaciones de capital y fondos de autofinanciaci¨®n de las empresas.P. ?Cree usted que con un porcentaje de autofinanciaci¨®n en torno al 15% ¨® 20% en un sector que programa enormes inversiones se puede ver un futuro claro y se puede esperar el cumplimiento de los objetivos comprometidos?
R. Esta proporci¨®n es muy reducida. En casi todos los pa¨ªses la proporci¨®n de los fondos autogenerados en los programas de inversi¨®n se sit¨²a entre el 40% y 50%, e incluso por encima de este ¨²ltimo porcentaje. Este es el caso de casi todos los pa¨ªses comunitarios para este a?o. La justificaci¨®n de nuestra baja tasa de auto financiaci¨®n en el sector radica en la insuficiencia de las tarifas y en que la mayor parte de las nuevas inversiones se realizan en centrales nucleares, que son las que requieren un mayor esfuerzo financiero. Las nucleares se caracterizan por tener un coste tres veces superior al de una central convencional y un tiempo de maduraci¨®n doble de largo. Por ello, las necesidades financieras que generan son muy superiores a lo que ha sido normal hasta ahora. Tres veces m¨¢s en volumen y dos veces m¨¢s en tiempo.
Nuestros fondos autogenerados provienen ¨²nicamente d¨¦ las amortizaciones que obtenemos a base de unas tarifas escasas y a la utilizaci¨®n de unos medios de producci¨®n que son centrales convencionales y que significan la tercera parte del valor de las nucleares.
Esta situaci¨®n cambiar¨¢ radicalmente el d¨ªa en que el parque de producci¨®n est¨¦ compuesto, en su mayor parte, por centrales nucleares. Entonces, la amortizaci¨®n generada por esos medios de producci¨®n ser¨¢ suficiente, o al menos ser¨¢ mejor, para financiar nuevas inversiones. Hoy, con las centrales convencionales, el 70% del coste de la producci¨®n de electricidad es el coste del combustible. Con las nucleares, la relaci¨®n se invierte, y ese 70% se dedicar¨¢ a la amortizaci¨®n de las inversiones iniciales, ya que los combustibles nucleares representan un coste por kilovatio producido muy inferior al de las centrales convencionales.
P. De todo esto parece deducirse que en los ¨²ltimos tiempos, y en una fase puente entre una tecnolog¨ªa y otra, la convencional y la nuclear, los balances de las empresas del sector se han deteriorado notablemente. Adem¨¢s, la entrada en funcionamiento de las nucleares y, por tanto, su operatividad para generar fondos tampoco parece inmediata y los retrasos son importantes, casi irrecuperables para algunos.
R. Es evidente que se ha producido un deterioro. En parte, por la circunstancia misma de que estamos realizando un esfuerzo financiero muy grande y, adem¨¢s, por los controles tarifarios rigurosos del Gobierno, que nos han impedido disponer de un mayor margen de maniobra. Pero creo que estamos subiendo los ¨²ltimos metros de la cuesta. Nos propusimos superar la monta?a de la tecnolog¨ªa convencional a la nuclear y estamos ya en los ¨²ltimos metros, que son los que m¨¢s cuestan. Pero la cima y el posterior camino est¨¢n cerca. Hoy creo que tenemos capacidad para llegar a ese punto y evitar un deterioro grave de nuestros balances.
?Cu¨¢ndo van a entrar en operatividad las nucleares? Yo creo que Almaraz lo har¨¢ este a?o, y en el a?o pr¨®ximo vendr¨¢n Asc¨® y Lem¨®niz. En los pr¨®ximos dos anos, hasta 1982, estar¨¢n en funcionamiento las siete centrales nucleares (Almaraz I, II, Lem¨®niz I, Asc¨® ... ), y el vuelco que esto supondr¨¢ para el sector ser¨¢ important¨ªsimo.
P. Dice que Lem¨®niz entrar¨¢ en funcionamiento en 1981...R. La entrada en funcionamiento de Lem¨®niz es algo que no se puede discutir.
P. Hemos hablado de las previsiones en materia de autogeneraci¨®n de fondos y de la dependencia que tiene del Gobierno en cuanto a tarifas y, en parte, en cuanto a terminaci¨®n de nucleares, aunque aqu¨ª entren tambi¨¦n en juego otros componentes pol¨ªticos y sociales. Pero ?qu¨¦ piensan de las obligaciones, de la renta fija, que hasta ahora se ha defendido en base a la suscripci¨®n privilegiada por las cajas de ahorro? ?C¨®mo ven su futuro en este campo?
R. Desde hace tiempo estudiamos otros campos de actuaci¨®n en renta fija, con objeto de llegar directamente a los ahorradores. Tal y como est¨¢n hoy los tipos de inter¨¦s en este mercado y la solvencia de nuestras empresas, creemos que podemos hacer ofertas muy interesantes para el ahorrador en cuanto a rentabilidad y seguridad.
El tema b¨¢sico que hay que garantizar ahora es el de la liquidez de los t¨ªtulos de renta fija. Estamos estudiando de acuerdo con las autoridades monetarias (Banco de Espa?a y Ministerio de Econom¨ªa), con las que hemos mantenido varias entrevistas, la posible emisi¨®n de un tipo de t¨ªtulos de renta fija que quiz¨¢ se llamen bonos, para diferenciarlos de las obligaciones. Se emitir¨¢n a plazos m¨¢s cortos que las obligaciones tradicionales y con mayores garant¨ªas de liquidez.
P. Es decir, que aparecer¨ªa el bono el¨¦ctrico al lado del de caja de los bancos industriales, del usuario de Telef¨®nica...
R. Efectivamente, ser¨ªa un bono el¨¦ctrico. Este a?o quiz¨¢ hagamos una primera experiencia con emisiones de corta cuant¨ªa para tantear el mercado. Si el mecanismo funciona, lo cual est¨¢ por ver, tendr¨ªamos un nuevo camino interesante de financiaci¨®n y de est¨ªmulo para el mercado de capitales.
P. El otro flanco es el de la renta variable, el de ese mill¨®n largo de accionistas que han perdido cantidades importantes de sus ahorros con la baja de las cotizaciones, y al que dif¨ªcilmente se le pueden pedir m¨¢s desembolsos, sobre todo con cantidades liberadas superiores al 50% para t¨ªtulos a los que luego hay que remunerar con un 10% o un 12%. ?Puede pensarse ya en una etapa en la cual alguna empresa el¨¦ctrica no deba pagar dividendos?
R. El problema de las cotizaciones no es exclusivo de nuestro sector, sino general de la Bolsa. Tenemos cerca los valores industriales o bancarios. Ultimamente son los valores el¨¦ctricos los que han dado un poco de alegr¨ªa al mercado.
Lo que est¨¢ fuera de duda es que, si no pasa algo fuera de lo normal, los inversores el¨¦ctricos tienen la seguridad y garant¨ªa del dividendo. La rentabilidad en este a?o y los inmediatos, aunque hablar de ellos sea a veces ciencia-ficci¨®n, est¨¢ asegurada.
P. Otro tema de inter¨¦s en estos momentos es el del efecto de las sucesivas y discretas disposiciones recientes del Gobierno que tratan de controlar el sector con mayor intervenci¨®n en la distribuci¨®n, en la red y en la definici¨®n de pol¨ªticas. ?Qu¨¦ piensan de ese proceso?
R. Creo que es razonable. Hay que distinguir entre lo que es la gesti¨®n y lo que es el control del sector. Para m¨ª, la direcci¨®n del negocio, la gesti¨®n del mismo, corresponde a las empresas, es decir, a la iniciativa privada en buena parte y tambi¨¦n a la p¨²blica, que est¨¢ presente en el sector. Ahora bien, estamos en un servicio p¨²blico, el suministro de energ¨ªa a la industria y a los hogares, y creo que es l¨®gico que el Estado quiera tener una presencia y un control del mismo. Primero, para asegurarse el Estado de que el servicio se va a prestar eficazmente y no va a faltar energ¨ªa, y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, para asegurar que los intereses generales del servicio p¨²blico predominen en un momento sobre los privados.
De hecho siempre ha habido control y creo que las empresas privadas han respondido perfectamente a los intereses p¨²blicos y generales. No ha faltado energ¨ªa y se ha puesto a disposici¨®n de los consumidores de manera eficaz. Pero que haya sido as¨ª no implica que el Estado no pretenda estimular y mejorar sus sistemas de control del sector. A nosotros no nos molesta una intervenci¨®n de la Administraci¨®n, siempre que nos den los medios para desarrollar la gesti¨®n empresarial, siempre que no ahogue nuestras iniciativas.
P. El Gobierno, en los dos ¨²ltimos a?os, ha tomado algunas iniciativas no consolidadas para tratar de que el sector el¨¦ctrico concentrara sus intereses y provocara una agrupaci¨®n de empresas. Nada se ha hecho en ese sentido. ?Qu¨¦ piensan ustedes del tema?
R. En nuestro sector hay que distinguir entre las sociedades peque?as, yo dir¨ªa que min¨²sculas, que son casi un millar, sin elementos de producci¨®n y que suelen realizar suministros a peque?os n¨²cleos de poblaci¨®n, y las grandes compa?¨ªas integradas en UNESA, que son diecis¨¦is.
El sector integrado en UNESA, que representa m¨¢s del 90 por ciento, creo que no ver¨ªa mal un proceso de concentraci¨®n, aunque el tema tiene connotaciones complejas. Lo que se est¨¢ haciendo, m¨¢s que un proceso de concentraci¨®n o fusi¨®n, es acometer proyectos concretos de forma agrupada, es decir, construir nuevos grupos de producci¨®n mediante asociaciones de empresas que se formalizan para ese tema espec¨ªfico. Es el caso de Almaraz, Asc¨®, Valdecaballeros y de otras centrales nucleares, as¨ª como de alguna t¨¦rmica. Este ser¨¢ un primer paso que nos llevar¨¢ m¨¢s adelante a una concentraci¨®n. Las agrupaciones para proyectos concretos permiten hacer comunidades de bienes y de intereses que permiten mejorar el conocimiento rec¨ªproco, lo cual hace m¨¢s factible futuras fusiones. Es razonable pensar que en el futuro existan seis u ocho empresas en todo el pa¨ªs, p¨²blicas y privadas, pero ser¨¢ un camino que ocupar¨¢ varios a?os antes de su Fin.
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