Una vida pastoral comprometida

Oscar Arnulfo Romero, de 62 a?os, naci¨® en Ciudad Barrios, a doscientos kil¨®metros al Norte de El Salvador, en agosto de 1917. Estudi¨® el bachillerato con los claretianos, en la ciudad de San Miguel, y, posteriormente, sigui¨® los estudios eclesi¨¢sticos en el Seminario P¨ªo Latinoamericano, de Roma, bajo la direcci¨®n de los jesuitas. P¨¢rroco de San Miguel a su vuelta de Europa y obispo en 1970, fue nombrado arzobispo de San Salvador en febrero de 1977.D¨ªas despu¨¦s de su nombramiento, al frente de la archidi¨®cesis salvadore?a, uno de sus colaboradores, el jesu¨ªta Rutillo Grande, fue asesinado por miembros de un comando de extrema derecha. Seg¨²n sus propias palabras, fue este hecho el que imprimi¨® a su vida pastoral -hasta entonces caracterizada por una inquietud hacia el problema social de su pa¨ªs- un giro dr¨¢stico. A partir de entonces, Oscar Arnulfo Romero comenz¨® a denunciar las violaciones de los derechos humanos en su pa¨ªs y adopt¨® una actitud pastoralmente beligerante contra la dictadura.

En su labor de denuncia, el arzobispo de San Salvador se vio muy s¨®lo ante la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica salvadore?a, mayoritariamente conservadora. La incomprensi¨®n, cuando no la condena o el rechazo directo, fueron las actitudes seguidas mayoritariamente por las dem¨¢s jerarqu¨ªas con respecto a ¨¦l. ?Ni una sola palabra de aliento?, dicen sus colaboradores, ?encontr¨® en el nuncio?, Emanuele Gerada.

Tampoco el Vaticano encontr¨® especial sensibilidad hacia los problemas populares salvadore?os ni hacia ¨¦l. En febrero de 1979 visit¨® Roma y, paraconseguir una audiencia con el Papa tuvo que colarse en una audiencia general, en primera fila, y solicitar directamente a Juan Pablo II que le recibiera.

El carisma del arzobispo asesinado le hac¨ªa gozar de la audiencia radiof¨®nica m¨¢s elevada de su pa¨ªs. Un 75% de los salvadore?os escuchaba cada domingo, por la radio, emisora YSAX-La Voz Panamericana, su homil¨ªa, de dos horas de duraci¨®n, salpiIcada de informaci¨®n y de recomendaciones a los campesinos y a los trabajadores, al Gobierno y al Ej¨¦rcito. La emisora fue volada hace quince d¨ªas.

Doctor honoris causa por las Universidades de Lovaina y Georgetown (Estados Unidos), Romero era presidente de la Conferencia Episcopal de su pa¨ªs y candidato al Premio Nobel de la Paz.