La vanguardia cumple medio siglo
No es frecuente que una entidad privada como Iberm¨²sica organice un concierto-homenaje a algunos de los compositores que el pasado a?o y ?ste cumplen los cincuenta a?os, sobre la base de entradas gratuitas, a pesar del coste que supone la contrataci¨®n de orquesta, teatro, edici¨®n de programas, propaganda y dem¨¢s. Pero Alfonso Aij¨®n, m¨²sico antes que otra cosa, ha sentido la obligaci¨®n de este gesto encomendando al grupo Koan (veinticinco instrumentistas), dirigido por Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, un programa con obras de Gonz¨¢lez Acilu, De Pablo, Crist¨®bal Halffter y Bernaola. Si estaban ausentes Jos¨¦ Mar¨ªa Mestres y Manuel Castillo se debe, tan solo, a la imposibilidad de alargar la audici¨®n en demas¨ªa.Contracturas data de 1966, a?o que Gerardo Gombau las estrena en el Ateneo y supone el comienzo de la carrera inquieta, investigadora, estructural y mierotonalista de Gonz¨¢lez Acilu, autor para el que la renovaci¨®n ha de iniciarse en la misma materia.
Grupo Koan
Director: J. R. Encinar. Obras de Acilu, De Pablo, C. Halffter y Bernaola. Teatro Real 24 de marzo.
Luis de Pablo, en la ya conocida Invitaci¨®n a la memoria, de 1977, nos muestra un talante contemplativo, est¨¢tico, dado a la meditaci¨®n, casi podr¨ªamos decir at¨®nito ante las motivaciones y su resultado musical. Oteador en los paisajes sentimentales y en los sonoros, el compositor nos da, acaso, su m¨²sica m¨¢s desolada por cuanto junta patetismo, serenidad y perplejidad. La intencionalidad, m¨¢s dram¨¢tica que pol¨ªtica, conduce a una respuesta meramente art¨ªstica.
Como la obra de De Pablo, Juegos, de Bernaola, fue estrenada en el Festival Internacional de Saintes, 1978. Los actuales conceptos del m¨²sico vasco aparecen aqu¨ª menos estructurados que en la Sinfon¨ªa II, pero tan vivos, azogados, luminosos, en el tratamiento orquestal. Pero se trata, en definitiva, de un ejercicio l¨²dico en el que el compositor juega con la materia sonora y establece un tipo de lenguaje que, sobre sintetizar experiencias anteriores, iba a resultar valedero para creaciones posteriores.
En fin, Crist¨®bal Halffter se presenta en Mizar, para dos flautas, cuerda y percusi¨®n (1977), a trav¨¦s de su aspecto menos violento y de mayores sutilezas sonoras. Siempre he visto en este Halffter detallista, minucioso revalorizador de timbres aislados o combinados, m¨¢s amigo de los ?pianos? que de los fuertes, po¨¦ticamente atmosf¨¦rico y espacial, una v¨ªa de grandes posibilidades que, en cualquier caso, contrastan con el autor de Secuencias, algunas Eleg¨ªas o, por ir a la ra¨ªz, de las Invenciones. El virtuosismo de las dos flautas solistas queda impostado en el conjunto de manera que desaparece cualquier voluntarismo exhibicionista al modo de la Fibonacciana. Como es frecuente en Crist¨®bal, Mizar enmascara tres secciones que, todav¨ªa, vienen a ser im¨¢genes de los tres tiempos del concierto tradicional, lo que contribuye a la mejor estructuraci¨®n de la obra. Mas no vale enga?arse: la intencionalidad es otra y gira en torno a ideasac¨²sticas no ya sensibles, sino sensitivas.
Si la audiencia no fue grande, el ¨¦xito alcanz¨® proporciones considerables. En el extranjero Luis de Pablo y Halffier, recogieron los aplausos personalmente Bernaola y Gonz¨¢lez Acilu. El trabajo de Encinar fue, en todo momento, excelente, ya que a sus dotes naturales de m¨²sico hay que a?adir un sentido de la responsabilidad y una rectitud de criterio capaces de clarificar todas y cada una de las versiones.
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