La apat¨ªa del Valencia propici¨® el triunfo del Rayo
Vallecas respir¨® hondo el domingo. El Rayo hab¨ªa logrado dos puntos vitales, que pueden resultar decisivos a la hora de evitar el descenso. El equipo rayista mejor¨® notablemente respecto a anteriores encuentros, y supo crear v¨ªas de penetraci¨®n ante el marco de Pereira, aunque los errores en el remate superaron negativamente cualquier ¨ªndice de normalidad. El Valencia colabor¨® lo suyo en el triunfo rayista, con su apat¨ªa de la primera parte y con fallos tambi¨¦n en los ¨²ltimos metros cuando quiso arriesgar. Morena volvi¨® a demostrar su calidad, en una jugada antol¨®gica que a punto estuvo de reventar Vallecas.La visita del Valencia no pudo llegar en mejor momento para el Rayo. Sin Kempes, su fisonom¨ªa es, por fuerza, muy distinta a la normal y sus posibilidades ofensivas se reducen considerablemente. Tampoco jug¨® el defensa Botubot, lesionado, y quiz¨¢ tambi¨¦n despistado, como otros defensas del equipo. Botubot, Tendillo y Arias se han alternado en recientes convocatorias de Kubala, sin llegar a jugar en ning¨²n momento. S¨®lo queda Carrete, que acaso ser¨¢ citado en el pr¨®ximo partido para completar el cuarteto de elegidos y olvidados. A todo esto, aunque quiz¨¢ como premisa fundamental, la perspectiva de jugarse ma?ana el pase a la final de la Recopa, con el Nantes, trajo consigo el consabido conservadurismo y ciertos aires de contemplar la soleada ma?ana de Vallecas. En alg¨²n caso -Bonhof- la abulia lleg¨® casi a extremos sancionables.
El Rayo, angustiado, necesitado de balones de ox¨ªgeno, supo aprovechar bien todas estas deficiencias de su rival y se lanz¨® de salida a atosigarle. Las oportunidades de gol se crearon de forma continuada, aunque fueron desaprovechadas en ¨²ltima instancia, y en algunos casos -Clares y Marian-, por torpeza infinita. El ordenado planteamiento del Valencia -algo bueno ten¨ªa que lucir- impidi¨® tambi¨¦n mayores sobresaltos, mientras Solsona intentaba construir un f¨²tbol de contragolpe, que apenas existi¨® en este tiempo, porque nunca encontr¨® el ?apoyo alern¨¢n?. Bonhof dispara a 127 por hora, pero el domingo no corri¨® ni cien metros en todo el partido. El gol de Marian, en el ¨²ltimo minuto, supuso el justo premio al esfuerzo rayista, adem¨¢s de llegar en el momento cumbre de los denominados psicol¨®gicos.
La segunda parte comenz¨® con una gozada visual para el amante de la belleza del f¨²tbol. Morena se encarg¨® de demostrar que ¨¦sta, aun con cuentagotas, todav¨ªa existe. El astro uruguayo comenz¨® su carrera desde el borde del ¨¢rea rayista en pos de un bal¨®n despejado, al que Carrete pod¨ªa llegar con ventaja. No fue as¨ª. De forma magistral alcanz¨® a meter su pie antes de que llegara el defensa, al que dej¨® tirado, ya en medio campo. El bal¨®n fue a Clares, que se lo devolvi¨® a Morena. La galopada continu¨® con un quiebro a Tendillo, y uno m¨¢s, ya al borde del ¨¢rea del Valencia, al propio Pereira. El remate final, cruzado, sin ¨¢ngulo de tiro, se pase¨® por la l¨ªnea de gol. Clares, que hab¨ªa acompa?ado inicialmente la acci¨®n, no supo llegar en el momento preciso. La ovaci¨®n fue espectacular. A Morena le falt¨® dar la vuelta al campo.
El Valencia, mientras, comenz¨® tambi¨¦n a esforzarse y se estir¨® en busca del empate. Tuvo sus ocasiones, en un remate de Bonhof -con eso no se justifica el sueldo-, un disparo fuera de Castellanos en buena posici¨®n, y dos jugadas de Saura, que paralizaron a buen seguro la respiraci¨®n de los rayistas. No hubiese sido justa la igualada. El Rayo volvi¨® a crear peligro por triplicado: gol anulado a Morena, trallazo del uruguayo que dobl¨® las manos a Pereira, con posterior remate fuera de Ciares y fort¨ªsimo disparo de Tanco enjugada similar a la anterior, por el despeje apurado del meta, y el torpe lanzamiento fuera, esta vez de Marian.
El Rayo supo salir adelante. Deportivamente, la salvaci¨®n puede alcanzarse. Conseguido esto, ser¨¢ el momento de comprobar si puede salvarse tambi¨¦n la gesti¨®n econ¨®mica. El club sale a esc¨¢ndalo por semana.
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