Conferencia de Jorge Luis Borges sobre la met¨¢fora
?No aspiro a ser inscrito en la literatura, pero si tan s¨®lo un verso m¨ªo se quedara en el lenguaje, en la boca del pueblo, me sentir¨ªa recompensado?. Esta es una de las confesiones que hizo ayer el escritor argentino Jorge Luis Borges en el transcurso de un di¨¢logo que sigui¨® a la conferencia que, sobre el t¨ªtulo La met¨¢fora, pronunci¨® en la sede del Instituto de Espa?a, de Madrid, ante un auditorio integrado por m¨¢s de seiscientas personas, en su mayor¨ªa j¨®venes.Lo que en principio se anunci¨® como una conferencia, se convirti¨® por deseo expreso del propio Borges en un di¨¢logo que dur¨® m¨¢s de una hora sobre la vida y obra del escritor y en un repaso com¨²n a buena parte de la literatura mundial relacionada con el tema de la met¨¢fora. Entre los asistentes, que intervinieron en el di¨¢logo se encontraban escritores y ling¨¹istas. Cerca del escritor argentino tomaron asiento pol¨ªticos como Serrano S¨²?er, Hern¨¢ndez Gil y Fernando Chueca Gotia.
En su exposici¨®n inicial, Jorge Luis Borges, de memoria, puesto que desde 1955 est¨¢ ciego, insisti¨® en dos puntos b¨¢sicos que ¨¦l distingu¨ªa en cualquier discurso que se pudiera construir sobre la met¨¢fora: la existencia de met¨¢foras esenciales y la de met¨¢foras nuevas o modificaciones de las mismas que podr¨ªan crearse a partir de ?tres o cuatro, o siete, u once, si ustedes prefieren, que existen en toda la literatura?.
Sin la m¨¢s m¨ªnima duda en su dicci¨®n fue citando met¨¢foras en el idioma original de los autores (griego, lat¨ªn, alem¨¢n, ingl¨¦s, franc¨¦s, chino y espa?ol) que las hab¨ªan creado, y se detuvo especialmente en aquellas que hac¨ªan referencia a ?el r¨ªo y el tiempo? (Her¨¢clito, Unamuno, Jorge Manrique, Luis de G¨®ngora, Cansinos As¨¦ns, Dante ... ), a ?los ojos? (Plat¨®n, Chesterton, V¨ªctor Hugo ... ), a ?la vida y el sue?o? (Schopenhauer, Calder¨®n, Shakespeare, Wagner, Homero ... ) y otros temas m¨¢s dispersos.
A continuaci¨®n, Borges analiz¨® la posibilidad de ensayar variaciones a las pocas met¨¢foras esenciales, para lo que pidi¨® al p¨²blico que le ayudara. ?Juntos encontraremos nuevas im¨¢genes. Me gusta este juego?. Pero dentro de este juego, Borges, contestando a diversas preguntas del p¨²blico, defini¨® de alguna manera su obra: ?las mejores met¨¢foras son las que no tienen autor, las que nacen del pueblo, las que se crean (cit¨® a Montaigne) en los mercados. Poeta era, por ejemplo, el an¨®nimo que invent¨® la met¨¢fora "echar la casa por la ventana"?.
?El sentido intelectual de los versos, dir¨ªa en otro momento, no es lo que importa. Lo que importa es el hecho de que estos versos nos hieran. La poes¨ªa no necesita justificaci¨®n. Debe herirnos. Los versos est¨¢n hechos para ser recitados, y las met¨¢foras adquieren otra dimensi¨®n cuando son recitadas?.
Jorge Luis Borges a?adir¨ªa sobre su obra y su persona: ?Yo no entiendo mis versos, los escribo. Ahora trato de escribir cosas m¨¢s sencillas y menos asombrosas. No conviene conocer demasiado la biograf¨ªa del poeta. Conviene sencillamente leer sus obras. Si uno conoce las circunstancias personales en las que se fragu¨® la poes¨ªa que lee, es peor porque tiene el peligro de que, entre otras cosas, pueda pensar mal del autor. A la larga, la poes¨ªa es an¨®nima?.
Borges explic¨® que tres de sus palabras, t¨¦rminos o conceptos favoritos, son los de espejo, laberinto y tigre. ?En el tigre, por ejemplo, se hermanan ideas opuestas de ferocidad y belleza?. En este punto, el escritor argentino record¨® la met¨¢fora de Cansinos As¨¦ns cuando para expresar el amor a la mujer que amaba escribi¨®: ?Yo ser¨ªa para t¨ª como un tigre de ternura?. ?El tigre provoca mucho la imaginaci¨®n y es tambi¨¦n inocente?.
Para terminar, dijo tres cosas: ?El hombre cree dibujar el mundo y, en realidad, dibuja su propio rostro. No me considero poeta. He nacido en otra ciudad que tambi¨¦n se llamaba Buenos Aires?.
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