Muertos los 146 ocupantes de un avi¨®n ingl¨¦s que se estrell¨® ayer en Tenerife
Los 146 ocupantes de un avi¨®n brit¨¢nico de la compa?¨ªa Dan Air, en vuelo charter de Manchester a Santa Cruz de Tenerife, resultaron muertos al estrellarse el aparato a doce kil¨®metros de la pista del aeropuerto de Los Rodeos, en la isla de Tenerife, a las 15.40 de ayer. El avi¨®n hab¨ªa iniciado la maniobra de aproximaci¨®n al aeropuerto cuando, de forma inexplicable, perdi¨® el contacto con la torre de control.Horas m¨¢s tarde fueron localizados sus restos en el interior de la isla por la Guardia Civil, tras una primera b¨²squeda infructuosa en aguas cercanas al Puerto de la Cruz, ya que inicialmente se cre¨ªa que hab¨ªa ca¨ªdo al mar. A primera hora de esta madrugada hab¨ªan sido localizados diecinueve cad¨¢veres.
Por el momento se desconocen las causas que han dado lugar a esta tragedia. La versi¨®n de nuestro corresponsal en Tenerife, Mart¨ªn Carmelo, da cuenta de que el comandante del avi¨®n siniestrado -un Boeing 727- hab¨ªa solicitado un aterrizaje de emergencia en las pistas de Los Rodeos, al parecer debido a grandes dificultades de vuelo. Otras versiones, recogidas en Madrid e incluidas en la nota publicada por la Subsecretar¨ªa de Aviaci¨®n Civil, afirman que el avi¨®n ten¨ªa previsto aterrizar con toda normalidad algo m¨¢s tarde de la hora indicada (las 15.30).
Siguiendo con este relato, al avi¨®n brit¨¢nico se le dio el turno n¨²mero dos para tomar tierra, mientras el turno uno le fue asignado a un avi¨®n de Iberia, que aterriz¨® sin incidencia alguna.
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El Boeing se estrell¨®, inexplicablemente, cuando intentaba aterrizar en Los Rodeos
Viene de primera p¨¢gina
Tambi¨¦n hab¨ªa normalidad, en un principio, en las maniobras realizadas por el Boeing brit¨¢nico, cuyo ¨²ltimo mensaje dirigido por el comandante a la torre de control indicaba que la operaci¨®n de aproximaci¨®n se estaba realizando conforme a lo previsto. Cuando proced¨ªa a alejarse para el descenso final, en espera de que la pista quedara libre, y efectuaba el viraje reglamentario, fue perdido de vista y ya no volvieron a tenerse noticias del avi¨®n.
Antes de su llegada al espacio a¨¦reo canario, el Boeing hab¨ªa mantenido un contacto de veinte minutos con los controladores de Paracuellos de Jarama (Madrid), sin que ¨¦stos observasen ning¨²n s¨ªntoma de anomal¨ªa. Otro tanto ocurri¨® con la torre de control del aeropuerto de Lisboa.
En todo caso,el avi¨®n se estrell¨® cerca de Los Rodeos, en una zona de abundante arbolado y no fue hallado ning¨²n superviviente. La mayor¨ªa de los pasajeros proced¨ªan de la regi¨®n de Manchester, y algunos de ellos ven¨ªan a Espa?a con las vacaciones pagadas por la empresa. Entre los pasajeros hab¨ªa tres ni?os y la tripulaci¨®n la integraban siete personas.
Transcurrieron pr¨¢cticamente cinco horas y media sin que fueran localizados los restos del aparato. Dadas las dimensiones del accidente, tal y como pudo comprobar EL PA?S en el propio lugar de los hechos, el espect¨¢culo era dantesco. Miembros humanos mutilados colgaban de los ¨¢rboles del monte a donde fue a estrellarse el avi¨®n brit¨¢nico, mientras un impresionante dispositivo de auxilio y socorro de la Guardia Civil, Cruz Roja, Asociaci¨®n de Emergencia de Anaga y un sinf¨ªn de voluntarios, entre los que figuraban varios monta?eros, luchaban desesperadamente por recobrar alg¨²n cuerpo con vida, al tiempo que restos humanos eran retirados en bolsas para conducirlos al cuartel de Infanter¨ªa n¨²mero 49 de Los Rodeos.
En el Hospital General y Cl¨ªnico de Santa Cruz de Tenerife los jefes de departamentos y servicios de urgencia estaban puestos en alerta para intervenir r¨¢pidamente en cualquier operaci¨®n quir¨²rgica que fuera necesaria, hasta que lleg¨® la noticia. confirmada por el gobierno civil a. las 23.00 horas, de que todos hab¨ªan muerto.
?Esto es impresionante?, fue una exclamaci¨®n un¨¢nime entre la muchedumbre at¨®nita y perpleja que presenciaba aquella cruenta escena, en la que restos humanos y restos del propio avi¨®n se confund¨ªan dram¨¢ticamente. Las primeras autoridades civiles y militares de la isla se personaron en el lugar de los hechos abrumados por la inesperada tragedia que acababa de producirse. ?Me falta muy poco para llorar, esto es incre¨ªble?, exclam¨® a EL PA?S Jos¨¦ Miguel Galv¨¢n Bello, presidente del Cabildo Insular de Tenerife, que no daba cr¨¦dito a lo que ve¨ªan sus ojos.
La confusi¨®n de las primeras horas
El prolongado retraso en encontrar los restos del avi¨®n siniestrado fue debido, en parte, a que el lugar de la ca¨ªda se encuentra despoblado y totalmente cubierto de ¨¢rboles, pero tambi¨¦n obedeci¨® a que desde las primeras horas de la tarde comenzaron a sucederse una serie de informaciones contradictorias sobre el supuesto lugar de la ca¨ªda.
As¨ª, la primera notificaci¨®n que recibieron las autoridades tinerfe?as proced¨ªa de una ni?a de diez a?os, que asegur¨® haber visto caer un avi¨®n al mar, ?que produjo un remolino muy grande en el agua?. Otra persona dijo que tambi¨¦n vio caer un avi¨®n en el mar ?tambale¨¢ndose y con bandera brit¨¢nica?. Los primeros helic¨®pteros que sobrevolaron la costa m¨¢s pr¨®xima al aeropuerto de Los Rodeos confirmaron, seg¨²n Efe, que en sus tareas de b¨²squeda hab¨ªan localizado restos del aparato a cinco millas de la costa del Puerto de la Cruz, al norte de Tenerife. Entre tanto, la comandancia de marina hab¨ªa enviado ya al lugar donde cre¨ªan que se hab¨ªa estrellado el Boeing numerosos efectivos, patrulleras, lanchas r¨¢pidas y barcas de pesca privadas, alertadas por las autoridades para que acudiesen a socorrer a los posibles n¨¢ufragos.
Ser¨ªan ya m¨¢s de las siete de la tarde (hora peninsular) cuando dos personas llamaron a la Guardia Civil indicando que hab¨ªan o¨ªdo una fuerte explosi¨®n y que relacionaban la noticia del siniestro con dicho ruido. Posiblemente fue Narciso P¨¦rez Mart¨ªn el primer tinerfe?o que vio las se?ales de la cat¨¢strofe. Seg¨²n su relato, eran las 15.30 horas cuando ?iba caminando por la carretera y vi trozos de carne por all¨ª esparcidos. Me extra?¨® un poco, pero inmediatamente pens¨¦ que se trataba de trozos de animales. Por nada del mundo se me ocurri¨® que aquello eran, en efecto, restos humanos?. As¨ª es que tranquilamente se fue a comer a un lugar pr¨®ximo, hasta que se enter¨® horas despu¨¦s de la cat¨¢strofe y de inmediato pens¨® horrorizado que lo que vio ? pod¨ªan no ser trozos de carne animal?, y alert¨® de inmediato a la Guardia Civil. Fue la Benem¨¦rita la que dio con el lugar exacto de la ca¨ªda.
Poco antes de la una de la madrugada de ayer, y cuando se hab¨ªan rescatado ya diecinueve cad¨¢veres (entre ellos los de los tres ni?os), la Cruz Roja recibi¨® orden de abandonar el lugar ante la imposibilidad manifiesta de proseguir la recogida -de restos humanos. Las personas que hab¨ªan acudido a auxiliar a los posibles supervivientes regresaron a sus domicilios con el dolor de la tragedia reflejado en sus rostros, mientras que en me dios oficiales nadie se atrev¨ªa a aventurar hip¨®tesis sobre las causas del accidente. Hasta el momento, lo sucedido se considera ?inexplicable? en todos los medios consultados, ya que tanto la visibilidad como la climatolog¨ªa eran buenas, la maniobra de aterrizaje se estaba desarrollando con toda normalidad y dos minutos antes de la cat¨¢strofe el comandante hab¨ªa emitido la frase de conforme a la torre de control de Los Rodeos.
La zona del aterrizaje forzoso se encuentra a la altura del kil¨®metro 20,400 de la carretera 824 de la isla de la isla de Tenerife, a doce kil¨®metros -en l¨ªnea recta- de la cabecera de pista del aeropuerto de Los Rodeos.
Seg¨²n datos del peri¨®dico tinerfe?o Diario de Avisos, pudo haberse producido una explosi¨®n del motor, ya que aparecieron diseminados, como si hubieran querido ser usados, algunos salvavidas de los que iban a bordo. En cualquier caso, anoche no se hab¨ªan detectado a¨²n los motores ni las partes principales del avi¨®n siniestrado.
El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife hab¨ªa puesto a disposici¨®n de las operaciones de rescate sus unidades de bomberos, Polic¨ªa Municipal y ambulancias, que posteriormente pudieron asistir a las operaciones de rescate en el lugar del accidente.
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