La USAF, encargada del nuevo sistema de control del tr¨¢fico a¨¦reo civil para Espa?a
La adjudicaci¨®n, sin permitir concurrencia nacional, del estudio sobre el Centro de Control de Tr¨¢fico A¨¦reo de Espa?a, conocido t¨¦cnicamente como Madac (Madrid Air Control), a la Electronic Systems Division de la fuerza a¨¦rea estadounidense ha despertado un profundo malestar entre los empresarios espa?oles, que podr¨ªan estar dispuestos a preparar una oferta y a realizar el proyecto con notables ventajas para la electr¨®nica nacional, para el tr¨¢fico a¨¦reo civil y para el bolsillo de los contribuyentes.
Con esta operaci¨®n, la USAF (Fuerza A¨¦rea de Estados Unidos) se dispone a realizar en nuestro suelo un experimento sin precedentes -que no le permiten hacer en su propio pa¨ªs las autoridades civiles de la FAA (Agencia Federal de Aviaci¨®n)- y en el que hasta el momento no se gasta ni un duro. El proyecto ser¨ªa inicialmente pagado por el contribuyente espa?ol en plazos de cuatro, veintiocho, veinticuatro y veinticuatro millones de d¨®lares, a entregar en los primeros trimestres de 1978, 1979, 1980 y 1981, respectivamente. Pero debido a ?dificultades de financiaci¨®n?, la Oficina del Programa, con sede en Boston, ha aplazado el sistema de pagos. En total, el proyecto costar¨¢ aproximadamente ochenta millones de d¨®lares (unos 5.000 millones de pesetas), de los que hasta ahora s¨®lo se han gastado, al parecer, un mill¨®n de d¨®lares para el estudio inicial y unos cuatro millones de pesetas, posteriormente. La adjudicaci¨®n a la USAF del proyecto Madac ha irritado igualmente, desde el primer momento, al Colegio de Ingenieros Aeron¨¢uticos, cuyo decano, Lallemand Abella, alert¨® en una extensa carta, el 28 de abril de 1977, al embajador norteamericano en Madrid sobre las dificultades que entra?aba el proyecto.Por otra parte, la Subsecretar¨ªa de Aviaci¨®n Civil del Ministerio de Transportes encarg¨® recientemente un informe t¨¦cnico a la Agencia Federal de Aviaci¨®n norteamericana sobre las especificaciones fijadas por la fuerza a¨¦rea de su pa¨ªs para experimentar en Espa?a. La conclusi¨®n del informe oficial viene a desaconsejar prudentemente el proyecto Madac, advirtiendo adem¨¢s al Gobierno espa?ol, en su pen¨²ltimo p¨¢rrafo, que ?hay otras f¨®rmulas con ventajas t¨¦cnicas y econ¨®micas?.
Por otra parte, especialistas en tr¨¢fico a¨¦reo civil no ven con agrado que la responsabilidad del tr¨¢fico civil -por sus posibles accidentes y fallos y el consiguiente desdoro- recaiga sobre el Ej¨¦rcito de Aire, cuya misi¨®n de defensa del orden constitucional y de la seguridad nacional tiene una categor¨ªa muy superior a la del control del tr¨¢fico a¨¦reo civil, que en otros pa¨ªses realizan las autoridades civiles. Al contrario de lo que ocurre en el mundo desarrollado -a excepci¨®n de Italia- existe en Espa?a un decreto de 1978, por el que se adjudica la competencia del control de la circulaci¨®n a¨¦rea civil al Ministerio de Defensa, que ?en tiempos de paz? se delega en el Ministerio de Transportes. De ah¨ª que el principal problema surgiera cuando se concibi¨® el nuevo sistema electr¨®nico para orientar aeronaves civiles por los correspondientes pasillos a¨¦reos, o aerov¨ªas, y aeropuertos como una duplicaci¨®n del sistema militar actualmente en uso, que es el Combat Grande I. Este nuevo sistema de control se instalar¨ªa adem¨¢s, seg¨²n el controvertido proyecto, muy cerca del centro militar actual de Torrej¨®n, con lo que la destrucci¨®n de uno de ellos, en caso de guerra, podr¨ªa inutilizar el otro al mismo tiempo.
Se ha razonado el inter¨¦s de esta duplicidad por la eventual utilizaci¨®n del sistema civil para sustituir al militar.
Al elegir el Estado Mayor del Aire el Combat Grande II, la fuerza a¨¦rea norteamericana recomend¨® que se encargara de realizarlo la empresa norteamericana Hughes (HSA), autora del ya obsoleto Combat Grande I, con el que por su obsolescencia s¨®lo tendr¨ªa en com¨²n un 10% de los equipos. De esta forma, dando el proyecto a una empresa extranjera, qued¨® autom¨¢ticamente excluida la participaci¨®n de las empresas electr¨®nicas espa?olas en punta que podr¨ªan haber incorporado a nuestro pa¨ªs alguna nueva transferencia de tecnolog¨ªa exportable tras la fabricaci¨®n de los equipos precisos.
Los posibles fabricantes espa?oles aducen, entre otras razones en favor de una nueva oferta m¨¢s competitiva, que duplicar el sistema militar es m¨¢s caro que hacer otro distinto s¨®lo para uso civil, como el de la mayor¨ªa de los pa¨ªses industrializados. ?Incluso?, ha declarado un especialista a EL PAIS, ?podr¨ªa duplicarse el sistema militar actual y construirse otro sistema s¨®lo civil por menos dinero?.
Por otra parte, Hughes no tiene experiencia en tr¨¢fico civil, y la filosof¨ªa de un sistema de control a¨¦reo militar es b¨¢sicamente distinta de la de uno civil, ya que el primero trata de detectar aviones enemigos que no quieren ser detectados. El sistema militar trata de hacer coincidir aviones, mientras que el civil trata de alejarlos entre s¨ª. Adem¨¢s trabajan con frecuencias y horas que muchas veces son secreto militar.
T¨¦cnicamente tampoco hay precedente de este experimento pagado por los espa?oles y en el que la fuerza a¨¦rea norteamericana puede obtener a nuestra costa un know-how exportable a otros pa¨ªses del Tercer Mundo, ya que en su pa¨ªs las autoridades civiles no la consideran competente para realizar esa combinaci¨®n militar-civil del tr¨¢fico a¨¦reo.
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