El Gobierno promete la creaci¨®n del Estado de las autonom¨ªas antes de abril de 1983
La primera parte del debate pol¨ªtico iniciado ayer en el Pleno del Congreso de los Diputados enfrent¨® a las minor¨ªas parlamentarias con el Gobierno, cuyo presidente fue duramente criticado por todos los grupos -excepto por los socialistas, que intervendr¨¢n hoy-, sin que se valorara positivamente su oferta de construir las comunidades aut¨®nomas pendientes antes de abril de 1983. El rosario de intervenciones careci¨® de inter¨¦s parlamentario, a excepci¨®n del di¨¢logo final Carrillo-Su¨¢rez a prop¨®sito de los servicios secretos. En cuanto a las propuestas concretas de Gobierno fue el l¨ªder comunista, Santiago Carrillo, quien propugn¨® un nuevo Gobierno formado por la uni¨®n de la izquierda con el apoyo de los sectores progresistas de UCD. En todo caso, estim¨® preferible el actual Gabinete Su¨¢rez a aquel otro que poco antes habla sido ofrecido por Manuel Fraga (en nombre de Coalici¨®n Democr¨¢tica), como resultado de la ?mayor¨ªa? natural UCD-CD.
La sesi¨®n plenaria se inici¨® con un extenso discurso de Adolfo Su¨¢rez a la C¨¢mara. Durante casi una hora y tres cuartos -exactamente 103 minutos-, el presidente del Gobierno y de UCD centr¨® la atenci¨®n del hemiciclo y del p¨²blico presente en las tribunas, que al comienzo de la sesi¨®n registraban s¨®lo algo m¨¢s de media entrada, que fue complement¨¢ndose a lo largo del debate.El presidente del Congreso, Landelino Lavilla, abri¨® la sesi¨®n a las cinco menos cuarto de la tarde y propuso a la C¨¢mara que se omitiera la lectura de la comunicaci¨®n del Gobierno (v¨¦ase EL PA?S del domingo ¨²ltimo). As¨ª se hizo, e inmediatamente dio la palabra a Adolfo Su¨¢rez, quien, un tanto crispado, subi¨® a la tribuna de oradores, inclin¨® la cabeza ante el presidente de la C¨¢mara, se abroch¨® la chaqueta e inici¨® su discurso con el s¨ªndrome de sus intervenciones televisivas: cabeza levemente ladeada, dicci¨®n correcta y gesto trascendental en el rostro, ligeramente p¨¢lido.
Adolfo Su¨¢rez interrumpi¨® doce veces su oraci¨®n parlamentaria para beber agua. Ley¨® en todo momento su largo discurso, y en ning¨²n caso fue interrumpido con aplausos ni muestras de desagrado. S¨®lo en una ocasi¨®n, cuando Su¨¢rez cit¨® a un socialdem¨®crata -a quien atribuy¨® la frase: ?Los beneficios de hoy son la inversi¨®n de ma?ana y los puestos de trabajo de pasado ma?ana?-, una sonrisa recorri¨® los esca?os, incluso algunos centristas, entre ellos el de Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez.
La distribuci¨®n de los 103 minutos de la intervenci¨®n presidencial dan idea de las prioridades centristas. Aparte de los tres minutos de conclusi¨®n final y del cuarto de hora inicial, en el que Su¨¢rez acept¨® la existencia de fallos y errores en la actuaci¨®n gubernamental, neg¨® que existieran razones para el desencanto y reafirm¨® la estrategia de la reforma, el tiempo del presidente Su¨¢rez se reparti¨® as¨ª: trece minutos, al apartado sobre el imperio de la ley; treinta minutos, a la crisis econ¨®mica, y 42, a las autonom¨ªas.
De la parte del disrso dedicada al imperio de la ley, m¨¢s de la mitad la consumi¨® Adolfo Su¨¢rez en temas relacionados con el terrorismo y la seguridad ciudadana, con especial ¨¦nfasis en el rechazo gubernamental de la negociaci¨®n con ETA o la amnist¨ªa. A¨²n parecieron pocos a Manuel Fraga, quien asist¨ªa al discurso junto a Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza.
La crisis econ¨®mica mereci¨® media hora del discurso presidencial, y de ella diez minutos se dedicaron al paro. Por ¨²ltimo, en la parte m¨¢s esperada de la intervenci¨®n presidencial -la dedicada a las autonom¨ªas-, Su¨¢rez consumi¨® 42 minutos, durante los cuales, adem¨¢s de reafirmar la v¨ªa del art¨ªculo 143 para los estatutos de autonom¨ªa pendientes, destac¨® la voluntad gubernamental de aprobar todos los estatutos antes de abril de 1983, y el de Andaluc¨ªa -con asamblea legislativa, consejo de gobierno y tribunal superior de justicia- dentro de 1980.
La intervenci¨®n de Su¨¢rez provoc¨® generalizadas cr¨ªticas de la oposici¨®n.
De entre ¨¦stas, destac¨® la de Santiago Carrillo, quien acus¨® de debilidad al Gobierno y denunci¨® el anuncio de un estatuto de libertades p¨²blicas para derogar una legislaci¨®n, la franquista, ya derogada por la Constituci¨®n. La enumeraci¨®n de hechos que violan la Constituci¨®n suscitaron murmullos en los esca?os de UCD, que el diputado comunista logr¨® acallar. Santiago Carrillo neg¨® el respaldo a la pol¨ªtica auton¨®mica que el Gobierno ha decidido sin consultar al Parlamento. La parte final de la sesi¨®n registr¨® un debate vivo entre el l¨ªder comunista y Adolfo Su¨¢rez, quien hab¨ªa vuelto a la cabeza del banco azul al comenzar la intervenci¨®n del diputado comunista, mientras hab¨ªa permanecido ausente durante las intervenciones de los cuatro diputados del Grupo Mixto.
Tras el descanso que sigui¨® al discurso presidencial, abri¨® el juego el andalucista Alejandro Rojas Marcos, quien reparti¨® sus varapalos, a partes iguales, entre UCD y PSOE, a causa de sus pactos y consensos. Por la Minor¨ªa Catalana, Miguel Roca se neg¨® a contribuir a que el p¨²blico obtuviera del debate la imagen de ?unos pol¨ªticos que se pelean?, y dedic¨® su intervenci¨®n a ofrecer la alternativa de su grupo, con especial hincapi¨¦ en la configuraci¨®n del Senado como C¨¢mara territorial.
Manuel Fraga, por CD, comenz¨® ironizando sobre la alta temperatura, no pol¨ªtica, sino ambiental, de la C¨¢mara. Censur¨® la intervenci¨®n presidencial para concluir propugnando ?una mayor¨ªa natural? UCD-CD.
Los cuatro diputados que intervinieron por el Grupo Mixto rechazaron, con distintos matices, la intervenci¨®n de Adolfo Su¨¢rez. Un sector amplio de la C¨¢mara abuche¨® a Bandr¨¦s cuando asegur¨® que la violencia no la quieren ni siquiera quienes la practican ?y quiz¨¢ estos menos que nadle?. En cambio, el hemiciclo no se inmut¨® cuando Blas Pi?ar asegur¨® que el Estado de las autonom¨ªas lleva al separatismo, que la filosof¨ªa constitucional es anticonstituyente y que la Constituci¨®n de 1978 naci¨® fracasada y muerta.
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