La direcci¨®n del PSOE no descarta la posibilidad de formar una mayor¨ªa en torno a su partido
"El acuerdo global de los partidos pol¨ªticos qued¨® totalmente abandonado en diciembre de 1978, y la moci¨®n de censura ha sido el resultado l¨®gico de una pol¨ªtica de oposici¨®n?. Alfonso Guerra, vicesecretario del PSOE, explica as¨ª las razones de la estrategia socialista, cuya finalidad evidente es marcar distancias respecto a UCD y, eventualmente, conseguir una mayor¨ªa en torno al PSOE. Otras fuentes socialistas refuerzan la idea, a?adiendo que ?no s¨®lo se ha acabado el consenso, sino la situaci¨®n ambigua de la transici¨®n., Mientras, el PSOE ha publicado una nota, en la que llama a las fuerzas democr¨¢ticas y progresistas a participar en la soluci¨®n de tan dif¨ªcil coyuntura".El debate de estas dos semanas, con moci¨®n de censura incluida, ha ilustrado suficientemente sobre la debilidad de cualquier posici¨®n gubernamental no asentada en una mayor¨ªa parlamentaria. Hasta ahora, Su¨¢rez y su Gobierno han ido aguantando gracias al apoyo no pactado de Fraga y la Minor¨ªa Catalana, y reforzado en ocasiones por los votos del PSA, hasta que el giro auton¨®mico de UCD ha hecho insostenible la posici¨®n de los andalucistas en apoyo de Su¨¢rez. A partir de ahora, el presidente y su Gobierno se encuentran expuestos en cualquier momento a una derrota parlamentaria. Necesitan, pues, una mayor¨ªa.
Para lograrlo, existe una posibilidad t¨¦cnica, que pasarla, por la arriesgada decisi¨®n pol¨ªtica de convocar nuevas elecciones: se trata de reformar el sistema electoral, pasando del actual sistema proporcional a uno de car¨¢cter mayoritario. Si es a una sola vuelta, tipo ingl¨¦s, est¨¢ asegurada una mayor¨ªa, aunque la "brutalidad" del sistema provocar¨ªa efectos tremendos de cara a la composici¨®n actual de las fuerzas pol¨ªticas, entre otros la desaparici¨®n de multitud de partidos peque?os y la acentuaci¨®n del bipartidismo. Si es a dos vueltas, tipo franc¨¦s, se aten¨²an bastante tos efectos del sistema mayoritario y asegura tambi¨¦n la constituci¨®n de una mayor¨ªa, generalmente a base de inevitables compromisos entre fuerzas distintas. La uni¨®n de giscardianos y gaullistas, por una parte, y la de socialistas y comunistas, por otra, es un ejemplo de esta cuesti¨®n.
Al margen de esta hip¨®tesis, puramente te¨®rica, se pueden formar mayor¨ªas con la actual composici¨®n de fuerzas en el Congreso de los Diputados -obtenida por un sistema de representaci¨®n proporcional que prima a la fuerza m¨¢s votada-. A este respecto hay que decir que el centro-derecha ha sido la franja m¨¢s inestable pol¨ªticamente durante el per¨ªodo transcurrido desde las primeras elecciones democr¨¢ticas (junio de 1997). Hitos fundamentales de esa inestabilidad son la apresurada constituci¨®n de una amalgama de democristianos, liberales, socialdem¨®cratas y ex falangistas para formar el portillo centrista (UCD), que ha dado muestras de su dif¨ªcil cohesi¨®n interna, los altibajos en el voto de la formaci¨®n situada su derecha, unas veces presentada como Alianza Popular y otras como Coalici¨®n Democr¨¢tica; el ascenso del voto ultraderechista y el enorme retroceso de la implantaci¨®n de UCD en Andaluc¨ªa, Pa¨ªs Vasco y Catalu?a.
Si UCD logra recomponer su unidad interna con su l¨ªder actual o con otro, podr¨ªa formar una mayor¨ªa c¨®moda con las minor¨ªas catalana y vasca, a cambio de fuertes concesiones. La otra posibilidad es que Su¨¢rez llegue a un acuerdo parlamentario claro, y tal vez de Gobierno, con Fraga. La gran pregunta es si en esa hip¨¢tesis los famosos liberales y socialdem¨®cratas de UCD resistir¨ªan la prueba o se vedan obligados a pedir autonom¨ªa -l¨¦ase constituci¨®n de una tendencia-, e incluso a s¨¦parsrse de la formaci¨®n centrista.
La v¨ªa socialista
Este ¨²ltimo razonamiento abona las posibilidades del PSOE como aglutinador de la mayor¨ªa necesaria. Las fuentes socialistas m¨¢s solventes admiten en privado, pero sin medias tintas, que lo van a intentar. Sin Su¨¢rez y sin los azules -de ah¨ª que casi todo el peso del ataque socialista haya sido descargado sobre el presidente-, el sector moderado del PSOE, claramente mayoritario en los ¨®rganos de direcci¨®n y en el grupo parlamentario, tendr¨ªa menos reparos a iniciar la aventura de una coalici¨®n. La crisis pol¨ªtica y econ¨®mica es tan grave que la medida podr¨ªa justificarse de cara a los sectores sorprendidos por esta posibilidad, y permitirle a los eventuales ministros socialistas el rodaje necesario .para desmentirlas acusaciones de falta de experiencia gubernamental de cara a las elecciones de 1983.
Ser¨ªa una coalici¨®n precaria, desde luego. La izquierda del PSOE bramar¨ªa contra ella -de momento, la impresi¨®n del sector cr¨ªtico sobre el programa de gobierno presentado por Felipe Gonz¨¢lez es negativa-, y necesitar¨ªa de una firme decisi¨®n de liberales y socialdem¨®cratas de UCD, as¨ª como de probables concesiones a las minor¨ªas nacionalistas -PSA, PNV, Convergencia y Uni¨®n- para prosperar. El camino est¨¢ iniciado en lo que se refiere al PSA. ?Acercamiento a los nacionalistas? es la f¨®rmula de Peces-Barba.
Por ¨²ltimo, los estrategas del PSOE piensan c¨®mo evitar que Su¨¢rez monopolice la informaci¨®n de dos asuntos de Estado que, constitucionalmente ha de recibir al Monarca. Un mayor ejercicio de la funci¨®n mediadora que se atribuye a la Corona, o incluso unas normas para la relaci¨®n entre el Rey y las fuerzas e instituciones pol¨ªticas, constituye el proyecto de la ejecutiva socialista.
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