Llenar las c¨¢rceles, ¨²nica pol¨ªtica de la Administraci¨®n

La presencia de los se?ores Ruiz Vadillo y Bueno Arus, como representantes del Ministerio de Justicia, en la mesa redonda sobre la reforma penitenciaria celebrada en Pamplona, implica una gran dosis de coraje, de valor y de responsabilidad. M¨¢xime, cuando personas que tuvieron mayor relevancia p¨²blica en la reforma penitenciaria y en la elaboraci¨®n de la ley General Penitenciarla declinaron la invitaci¨®n que se les hizo para acudir al debate.La actuaci¨®n de los se?ores Ruiz Vadillo y Bueno Arus no pas¨® inadvertida entre una buena parte del p¨²blico que acudi¨® a la mesa redonda y ha sido justamente valorada. La previsi¨®n era que el auditorio ser¨ªa en su mayor parte p¨²blico, y en alguno de sus sectores, claramente hostil. El desarrollo del coloquio confirm¨® la previsi¨®n: aquel deriv¨® en acoso personal a los representantes del ministerio y en planteamientos agrios y, en ocasiones, simplistas sobre la situaci¨®n carcelaria.La experiencia de ex presos o de familiares de presos de varios de los intervenientes en el coloquio, con la secuela de sufrimiento que ello conlleva, no justifica la falta de serenidad con la aqu¨¦l se desarroll¨®. En el coloquio dio la impresi¨®n de que la pol¨ªtica penitenciaria espa?ola, de existir, escapa en gran parte del control de la administraci¨®n penitenciaria y que se decide en otras instancias.

De la intervenci¨®n de los representantes del Ministerio de Justicia parece desprenderse que el Estado actual y la sociedad que lo sustenta no s¨®lo son incapaces de solucionar los problemas que generan la delincuencia, sino que tambi¨¦n lo son para dotar de una infraestructura adecuada, aunque s¨®lo sea la material, al sistema penitenciario. Parecer¨ªa que s¨®lo son capaces de amontonar y de hacinar a los presos en las c¨¢rceles.