El Pol¨ªgono Aeropuerto o la destrucci¨®n de Sevilla
Si prospera el pacto entre el ayuntamiento y las juntas de compensaci¨®n del Pol¨ªgono Aeropuerto, a Sevilla no le va a quedar ni el consuelo que a otras ciudades, como a su difunta It¨¢lica le queda en su ruina, de conservar algo de su ser para solaz de la gente que a¨²n quisiera, pese al tiempo, al teleor¨¢culo y, a quien diablos pesare, andurrear por entre el sol y sombra de sus calles.La Voz de su Amo ha entonado tipogr¨¢ficos cantos de sirena al decidido autor de la brillante gesta que, ?ejerciendo, por fin, los poderes que le confiere el cargo, ha resuelto un problema trascendental para Sevilla, etc¨¦tera?. Dicho as¨ª, con el mismo desparpajo con que suele clamar, en las secciones de huecograbado, contra la destrucci¨®n del patrimonio urbano. Clamor al ad¨¦lfico modo. Reclamo, todo lo m¨¢s, de futuro cat¨¢logo a presentar en sociedad en defensa de la historia por quienes no pueden, o no quieren, o no les dejan, afirmarse en sus cosas sin justificarlos superyoicamente en el nombre de alguna autoridad competente.
Lo que se ha dado en llamar destrucci¨®n de la ciudad no es sino el conjunto de efectos de los procesos de crecimiento y transformaci¨®n urbana tal y como se perciben. Por ciudad se entiende ah¨ª no el resultado de la abstracci¨®n del conjunto de rasgos comunes a todas las ciudades, puesto que ?todas? son destruidas y ese rasgo com¨²n no ser¨ªa diferencia espec¨ªfica respecto de lo que no es, o no debe serlo. Ciudad se refiere entonces a una idea de ciudad surgida adem¨¢s de la cultura urbana. Se alude a una ciudad formulada como deseo, a la ciudad deseada. La destrucci¨®n de la ciudad es ni m¨¢s ni menos que la no construcci¨®n de esa ciudad deseada, ciudad cuyos elementos est¨¢n, de alg¨²n modo, presentes a duras penas -m¨¢s en tanto se pueda confundir el deseo con la nostalgia- en la ciudad hist¨®rica, el objeto tangible destruido por el modo capitalista de producci¨®n del espacio. As¨ª es c¨®mo la no construcci¨®n de la ciudad del deseo se manifiesta en la destrucci¨®n f¨ªsica, sobre la ciudad existente, de aquellos elementos que la prefiguran, es decir, los elementos que constituyen el patrimonio arquitect¨®nico. Pero tambi¨¦n como aparici¨®n de grandes conglomerados perif¨¦ricos, cuyas carater¨ªsticas hacen de ellos ¨¢mbitos ajenos a los sufridos y olvidados animales del g¨¦nero homo, y cuyo impacto de localizaci¨®n genera una din¨¢mica que escapa al control que, en principio, debe pretender el planeamiento urbano.
Atendiendo a la din¨¢mica de los procesos urbanos se puede decir que el Pol¨ªgono Aeropuerto es como un detonador que acelerar¨¢ la destrucci¨®n de Sevilla. El cual se est¨¢ colocando con la ayuda moral de los hip¨®critas que a rengl¨®n seguido insertan ret¨®ricos comentarios a pie de foto, rasg¨¢ndose las vestiduras por la demolici¨®n de un mercadillo o saludando con aparente contento la conservaci¨®n in extremis de una fachada.
No se ha resuelto el problema de la vivienda
Pol¨ªgono Aeropuerto es una actuaci¨®n urban¨ªstica de un tipo que, con origen en una legislaci¨®n predemocr¨¢tica, permite actuar a los poderes centrales por fuera del planeamiento municipal y, por tanto, alterar y distorsionar las pol¨ªticas urbanas locales. Sobre el conflicto gravita, pues, de lleno, la cuesti¨®n de la descentralizaci¨®n estatal y de las autonom¨ªas en el plano de los m¨¢s abstracto. En el de las cosas m¨¢s concretas conviene recordar que actuaciones como Pol¨ªgono Aeropuerto no han resuelto el problema de la vivienda y s¨ª han acelerado los procesos de destrucci¨®n de las ciudades en que mecanismo semejantes se han puesto en marcha por el Instituto Nacional de Urbanizaci¨®n (Inur). Que el propio Inur es un ¨®rgano en crisis y que se silencian o se difunden poco las cuestiones de fondo que afectan a la gesti¨®n municipal y al urbanismo, as¨ª como las contradicciones en que se debate el proceso de descentralizaci¨®n.
Por una parte, la producci¨®n del espacio urbano est¨¢ sometida a tendencias contradictorias: como mercanc¨ªa de consumo, a la presi¨®n ?externa? de los otros sectores del capital que necesitan aumentar la productividad y, por tanto, la calidad de la reproducci¨®n de la fuerza de trabajo. Pero tambi¨¦n a la presi¨®n ?interna? del propio sector, que tiende a maximizar las ganancias en el mismo. Como, de hecho, comparativamente, las expectativas de beneficio son mayores en otros ¨¢mbitos de la econom¨ªa, la producci¨®n del espacio urbano no incentiva la inversi¨®n, sino a partir de condicionamientos propios de la distribuci¨®n de la localizaci¨®n de inversiones en aquellos sectores. La preponderancia relativa del sector inmobiliario-contrucci¨®n en los ¨¢mbitos perif¨¦ricos del sistema econ¨®mico no corrupci¨®n de los mecanismos racionalizadores del mercado de suelo dimanantes de los ¨¢mbitos centrales y vigentes por razones pol¨ªticas tambi¨¦n en aqu¨¦llos.
La l¨®gica econ¨®mica del sistema conlleva, en el plano pol¨ªtico, la tendencia a que se incremente progresivamente la intervenci¨®n directa e indirecta del Estado, como empresa p¨²blica, en la gesti¨®n de los procesos de producci¨®n de las mercanc¨ªas denominadas bienes y servicios (vivienda, infraestructurass urbanas, ciudad...), cada vez m¨¢s necesarias a la reproducci¨®n global del propio sistema y, sin embargo, cada vez menos rentables y, por tanto, menos apetecibles para la inversi¨®n privada,
La lectura de los decretos de transferencias confirma que el proceso de descentralizaci¨®n m¨¢s o menos en curso actualmente debe interpretarse como expresi¨®n de la tendencia del aparato gubernamental del Estado a cambiar sus funciones pol¨ªticas, pasando su centro de atenci¨®n de las pol¨ªticas asistenciales (vivienda, servicios urbanos) a las pol¨ªticas infraestructurales. El acercamiento de la gesti¨®n de las pol¨ªticas asistenciales a los propios usuarios est¨¢ dentro de la l¨®gica econ¨®mica antes mencionada, cuyo fin ser¨ªa obtener una mejor relaci¨®n entre inversi¨®n y rentabilidad en la gesti¨®n de las pol¨ªticas urbanas.
Pero la existencia de las otras tensiones o tendencias contrarias -car¨¢cter perif¨¦rico de la econom¨ªa espa?ola en el sistema econ¨®mico mundial- se expresan a su vez en la debilidad del proceso descentralizador, en la falta de convicci¨®n pol¨ªtica del Gobierno, en la contradicci¨®n entre un programa econ¨®mico restrictivo del gasto p¨²blico y un programa de descentralizaci¨®n de la Administraci¨®n que debe suponer un aumento del gasto p¨²blico, si bien con las debidas garant¨ªas de rentabilidad..., en las dificultades de racionalizar la actividad de sectores empresariales -basada en el car¨¢cter especulativo de su econom¨ªa y en la corrupci¨®n Institucional.
En todo caso, las desfavorables condiciones competitivas para las inversiones constituyen la justificaci¨®n de la descentralizaci¨®n desde una ¨®ptica ucediana: se desconcentran, sin descentralizar, competencias de gesti¨®n, mientras que las correspondientes funciones asistenciales de la empresa p¨²blica se privatizan. reproduciendo, mediante aumento de la presi¨®n sobre los salarios, el modelo de dependencia-econ¨®mica consolidado en los a?os del franquismo. La empresa local, peque?a y mediana, queda igualmente marginada, impidi¨¦ndose su desarrollo y la formaci¨®n de poder econ¨®mico aut¨®ctono all¨ª donde no existiera con antelaci¨®n. El poder pol¨ªtico queda tambi¨¦n en el centro, donde permanecen concentrados los efectivos personales, t¨¦cnicos y financieros de los aparatos que se deber¨ªan transferir. Si este no es el Gobierno de las multinacionales, no cabe duda de que las multinacionales han tenido mucha suerte con este Gobierno.
El conflicto suscitado respecto del Pol¨ªgono Aeropuerto es un caso de esa tensi¨®n entre centro y periferia, entre poder central y poder local. El convenio propuesto es, por mucho que se quiera elogiar, una derrota de la tendencia autonomista frente a la inercia jacobina, protagonizada, para m¨¢s divertimiento, por un alcalde del Partido Andaluz. Las paradojas, como dec¨ªa Unamuno, para los tontos.
4. S¨¦panlo los que, desde la prensa m¨¢s o menos local, han aplaudido la derrota municipal como una brillante gesti¨®n: Pol¨ªgono Aeropuerto es destrucci¨®n de la ciudad sin resolver a cambio los problemas de la vivienda ni problemas de desempleo. La historia reciente de la pol¨ªtica de vivienda en Espa?a muestra la imposibilidad de soluci¨®n del problema con planteamientos de tipo ?cuantitativo?, como mero intento de producci¨®n de nuevas viviendas para absorber los d¨¦ficit calculados, porque no es posible disponer de capacidad financiera para absorber de esta manera las necesidades, adem¨¢s de que ello supone un despilfarro de capacidades. La posibilidad de conceder prioridad a la reutilizaci¨®n del patrimonio inmobiliario existente, con preferencia a los nuevos crecimientos, est¨¢ bloqueada por las pol¨ªticas de vivienda que est¨¢ imponiendo la Administraci¨®n central, que sigue siendo una prolongaci¨®n de la vieja pol¨ªtica de vivienda del franquismo.
La actuaci¨®n del MOPU durante la titularidad de Joaqu¨ªn Garrigues no fue m¨¢s que un lavado de cara de aquella pol¨ªtica, que a su vez se contin¨²a en el proyecto de ley de protecci¨®n oficial a la vivienda. El Estado queda corro mediador entre los usuarios y los bancos, que no resultan implicados en las operaciones. La ley otorga prioridad en la adjudicaci¨®n a las familias de menores ingresos y con m¨¢s hijos, que son, por otra parte, las m¨¢s insolventes y, por tanto, incapaces de obtener o amortizar el correspondiente cr¨¦dito.
La ¨²nica innovaci¨®n consiste en que la promoci¨®n directa de viviendas por el Estado se presenta ahora como m¨¢s amplia, pero s¨®lo aparentemente, ya que las repercusiones de la adquisici¨®n de viviendas van a seguir siendo, incluso en los casos m¨¢s favorables, muy superiores al 20% del salario. La clave de la cuesti¨®n est¨¢ precisamente en reconocer la incapacidad financiera del Estado para atender a la demanda total de viviendas y que, por tanto, las pol¨ªticas de vivienda deben ser selectivas, para concentrar las capacidades financieras de la Administraci¨®n en las capas verdaderamente necesitadas. Y eso exige descentralizar las pol¨ªticas de vivienda en favor de los ayuntamientos. ?Por qu¨¦?
Pues porque esta estrategia es inviable sin una adecuada pol¨ªtica de suelo urbano, que nadie pone ya en cuesti¨®n -en el plano te¨®rico, aunque luego se boicotee tal principio en la pr¨¢ctica-, como cometido espec¨ªficamente municipal, a trav¨¦s del planeamiento y la gesti¨®n urban¨ªstica, potenciada de modo que permita determinar no s¨®lo la localizaci¨®n de las viviendas sociales, sino tambi¨¦n el precio m¨¢ximo del suelo y la edificaci¨®n.
Esta integraci¨®n de las pol¨ªticas de suelo y vivienda exige ligar los mecanismos de pol¨ªtica crediticia-financiera con las medidas espec¨ªficamente urban¨ªsticas de intervenci¨®n y hacerlo desde competencias municipales dotadas de capacidades presupuestarias de gesti¨®n.
El convenio con las juntas de compensaci¨®n del Pol¨ªgono Aeropuerto supone para, el Ayuntamiento de Sevilla escoger la v¨ªa de la suinisi¨®n, en vez de la de la oposici¨®n, aceptar el bloqueo centralista de la gesti¨®n municipal e innpulsar la supervivencia y legitimaci¨®n de los mecanismos que, detrayendo ¨¢reas del t¨¦rmino municipal a las competencias de la Administraci¨®n local, introducen factores de distorsi¨®n que convierten el planeamiento en papel mojado y dejan a los ¨®rganos locales en la imposibilidad absoluta de controlar como deben los procesos y conflictos urbanos sin, en contrapartida, mostrarse capaces de producir esa racionalidad desde el centro.
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