Nervacero, un caso tipo de la crisis de la siderurgia vasca
El caso de Nervacero puede considerarse ilustrativo de la crisis actual de un sector de la siderurgia vasca caracterizado tanto por la espectacularidad de su auge como por la fragilidad de las bases sobre las que se apoy¨® ese repentino esplendor.Los hermanos Arbulu, accionistas mayoritarios y pieza clave en la soluci¨®n del conflicto actual, son unos antiguos chatarreros r¨¢pidamente enriquecidos a finales de la d¨¦cada de los cuarenta y que consiguieron transformar un peque?o taller metal¨²rgico en un pr¨®spero tren de laminaci¨®n especializado en la producci¨®n de redondos.
Y de ah¨ª, el gran salto: hace unos seis a?os, los hermanos Arbulu crean Nervacero, empresa que pronto da trabajo a casi un millar de operarlos. La crisis general del sector no impide que la empresa mantenga una saneada cartera de pedidos dirigidos, en parte, a la exportaci¨®n.
Sin embargo, la agudizaci¨®n de la crisis durante 1979 desemboca r¨¢pidamente en una falta de liquidez que, en pocos meses, obliga a paralizar la producci¨®n. Se acude al Banco de Cr¨¦dito Industrial, que si, por una parte, considera que la empresa, dotada de modernos sistemas t¨¦cnicos, es perfectamente viable, comprueba, por otra, que los libros de contabilidad revelan todo menos claridad.
Ante esta situaci¨®n, la instituci¨®n oficial de cr¨¦dito exige la realizaci¨®n de una auditor¨ªa de inspecci¨®n contable, que confirma, entre otros puntos, la existencia de un agujero de quinientos millones de pesetas, cuyo destino nadie sabe explicar.
El banco a?ade entonces como condici¨®n que los hermanos Arbulu cedan sus acciones en calidad de aval por un per¨ªodo de diez a?os, m¨¢s otros dos de carencia. La situaci¨®n actual es la siguiente: de un primer cr¨¦dito de 679 millones de pesetas, est¨¢n entregados doscientos millones -con los que se ha iniciado el pago de sus atrasos a los trabajadores-, y pendiente la entrega del resto -necesario para el reinicio de la producci¨®n- de la firma por parte de los hermanos Arbulu de la cesi¨®n de sus acciones.
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