Ex oficiales de la UMD: el duro paso de los cuarteles a la vida civil
El jueves, por la noche, tres amigos se reun¨ªan a cenar en el restaurante pontevedr¨¦s R¨²a. Eran Luis Otero, Jos¨¦ Fortes y Jes¨²s Mart¨ªn Consuegra, tres de los nueve ex oficiales del Ej¨¦rcito que fueron procesados por pertenecer a la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD). Otros dos, Jos¨¦ Ignacio Dom¨ªnguez y Jes¨²s Ruiz Cillero, ex capitanes del Ej¨¦rcito del Aire, se encontraban a la misma hora, pero separados entre s¨ª por miles de kil¨®metros, sobrevolando distintos lugares del mundo al frente de aviones comerciales espa?oles. Al mismo tiempo, Restituto Valero, ex capit¨¢n de paracaidistas, se dirig¨ªa por las calles de Caracas, ciudad en la que reside desde hace dos a?os, al hotel Montserrat, donde le esperaba su esposa, reci¨¦n llegada de Espa?a.En Burgos, Ferm¨ªn Ibarra, ex capit¨¢n de Artiller¨ªa, encend¨ªa un pitillo junto a su padre, al que no ve¨ªa desde meses atr¨¢s, recordando viejos tiempos en el hogar familiar, y en Madrid, en un solitario mostrador de bar, Fernando Reilein, ex capit¨¢n de Infanter¨ªa, saciaba su apetito tras una agotadora jornada de trabajo como periodista en un vespertino de la capital. El resto, Manuel Fern¨¢ndez Lago, ex capit¨¢n de Caballer¨ªa, y Antonio Garc¨ªa M¨¢rquez, el ¨²nico que permanece en el Ej¨¦rcito, se encontraban perdidos por la geograf¨ªa espa?ola disfrutando del puente veraniego de Santiago.
Luis Otero, de comandante a asesor de inform¨¢tica
El ex comandante Luis Otero Fern¨¢ndez, cuarenta y siete a?os y padre de cinco hijos, hasta mediados de 1975 destinado en la Jefatura T¨¦cnica de Planificaci¨®n del Estado Mayor Central, aparejador y diplomado en electr¨®nica e inform¨¢tica, se acuerda hoy, cinco a?os despu¨¦s de su detenci¨®n, de aquel 8 de agosto de 1976 en que, tras salir de la prisi¨®n militar amnistiado, tuvo que replantearse su vida profesional.
?A finales de 1976, tras varios meses deambulando en busca de. un trabajo que parec¨ªa que nunca me iba a llegar, entr¨¦ en una empresa del Banco de Vizcaya, donde ya hab¨ªa trabajado antes, como asesor de inform¨¢tica. Hac¨ªa media jornada, que, junto a la m¨ªnima pensi¨®n que me daba el Ej¨¦rcito, me permiti¨® sacar adelante a la familia. Durante ese per¨ªodo simultane¨¦ trabajos sueltos de inform¨¢tica, escrib¨ª art¨ªculos en revistas y peri¨®dicos, y me busqu¨¦ la vida como pude?.
Otero, que pertenec¨ªa al arma de Ingenieros, recibi¨®, por sus conocimientos de inform¨¢tica, una oferta de una empresa adscrita a la Compa?¨ªa Telef¨®nica Nacional de Espa?a. ?Me ofrecieron trabajo y, cuando estaba todo dispuesto, me lo quitaron por presiones?.
?En julio de 1978 consegu¨ª mi actual trabajo: jefe del departamento de inform¨¢tica de la Sociedad General de Autores de Espa?a (SGAE). All¨ª me recibieron con los brazos abiertos. Ahora me siento satisfecho, no s¨®lo en cuanto a salario, sino por la cantidad de amigos que tengo?.
Para Luis Otero nunca existi¨® ?desesperaci¨®n econ¨®mica?, aunque s¨ª preocupaci¨®n. ?Yo ten¨ªa fe en que las cosas iban a salir bien. No obstante, mi mujer estaba estudiando Sociolog¨ªa y esperaba que pronto encontrase un empleo. Ahora es ya soci¨®loga y ayuda a la econom¨ªa familiar con su trabajo?.
Estos cinco a?os para la familia Otero, que vive en un piso de propiedad en r¨¦gimen de coooperativa para militares, han transcurrido en la esperanza de que alg¨²n d¨ªa Luis pudiera reingresar en el Ej¨¦rcito. ?Si se produce, lo har¨ªa con la graduaci¨®n de teniente coronel, que es la que me corresponder¨ªa por el tiempo pasado. Mi preferencia es un regimiento, probabilidad que ya me hab¨ªa planteado antes de la detenci¨®n. Lo que no admitir¨ªa de ning¨²n modo es ser un miembro de segunda categor¨ªa dentro de las Fuerzas Armadas?.
Luis Otero, miembro de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos, no milita en ninguna organizaci¨®n pol¨ªtica o sindical. ?Ning¨²n partido me ha propuesto el ingreso, ni tampoco yo lo he buscado?.
El concejal Jos¨¦ Fortes
Jos¨¦ Fortes Bouz¨¢n, ex capit¨¢n de Infanter¨ªa, destinado hasta julio de 1975 en el Parque Automovil¨ªstico de la VIII Regi¨®n Militar (La Coru?a), cuarenta y cinco a?os y padre de cinco hijos, licenciado en Filosof¨ªa y Letras, es en la actualidad teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pontevedra por Unidade Galega, coalici¨®n por la que se present¨® como independiente, y presidente de la Comisi¨®n de Urbanismo de dicho municipio.
Fortes tambi¨¦n reivindica la vuelta al Ej¨¦rcito, pero ?no como un medio de trabajo?, sino como una cuesti¨®n de ?¨¦tica y honor?. Estos cinco a?os separado del Ej¨¦rcito no le han supuesto graves problema! econ¨®micos, aunque s¨ª de tipo familiar. ?Yo pronto qued¨¦ liberado de todo este asunto, pero no un hijo m¨ªo, que le cogi¨® con catorce a?os mi estancia en prisi¨®n. El muchacho tuvo que soportar espect¨¢culos tales como el llegar al castillo a visitarme y comprobar c¨®mo le imped¨ªan el paso. El trauma para ¨¦l ha sido mayor de lo esperado?.
?Cuando sal¨ª de prisi¨®n trabaj¨¦ en una revista infantil y juvenil gallega llamada, Vagalume. En ella estuve dos a?os, hasta que cerr¨® por falta de medios. Fui gerente y director. Luego entr¨¦ en un instituto como profesor de Literatura. Poco despu¨¦s hice oposiciones a agregado de Greograf¨ªa e Historia, sacando la m¨¢xima calificaci¨®n, y ahora alterno esta profesi¨®n con una tenencia de alcald¨ªa en el Ayuntamiento de Pontevedra?.
?Milit¨¦ unos meses en el Partido Socialista Obrero Espa?ol, hasta que me separ¨¦ de ¨¦l. Estuve nominado por la agrupaci¨®n local de este partido para encabezar la candidatura al Congreso por la provincia de Pontevedra en las pasadas elecciones, pero, no s¨¦ por qu¨¦ circunstancias, desde Madrid me vetaron?.
?Para m¨ª, salir del Ej¨¦rcito no me ha supuesto un cambio especial, como les ha ocurrido a otros compa?eros, ya que simultaneaba la milicia con la ense?anza, y esto ¨²ltimo me anim¨® mucho. Al salir de prisi¨®n me daban como pensi¨®n militar unas 16.000 pesetas?.
?Vivo en un edificio de doce vecinos, de los que tan s¨®lo yo soy el ¨²nico que no utiliza uniforme. Mantengo buenas relaciones con todos mis anteriores compa?eros de arma. No pasan de dos los que todav¨ªa me saludan con cierta frialdad. Fui coautor del libro, Qu¨¦ son las Fuerzas Armadas?, que secuestraron al poco de salir, y mi mujer estudia en la actualidad tercero de Historia?.
Mart¨ªn Consuegra, cintre la psicolog¨ªa y la empresa privada
Jes¨²s Mart¨ªn Consuegra, ex capit¨¢n de Infanter¨ªa destinado en la Secci¨®n de Psicolog¨ªa del Estado Mayor Central, treinta y ocho a?os y padre de dos hijos, no se ha planteado todav¨ªa el hecho de que pudiera alg¨²n d¨ªa volver al Ej¨¦rcito. ?Es un problema que no tengo resuelto. Depende de c¨®mo sea la amnist¨ªa, y probablemente me lo tendr¨ªa que pensar?.
Mart¨ªn Consuegra, que descansa estos d¨ªas en una playa de Pontevedra, trabaja desde hace dos a?os en el ¨¢rea de direcci¨®n de una empresa madrile?a dedicada a la comercializaci¨®n de electrodom¨¦sticos. Su mujer, profesora no numeraria, tuvo que trasladarse hace tres a?os a Alicante para cubrir una plaza como ense?ante en un colegio. Tras la separaci¨®n forzosa, hoy ambos viven en Madrid acompa?ados de sus dos hijos.
?Al principio fue muy duro para m¨ª conseguir un empleo?, explica el ex capit¨¢n Mart¨ªn Consuegra. ?Yo ten¨ªa la suerte de que mi mujer es bi¨®loga y, tras la detenci¨®n, se puso a trabajar como profesora de Ciencias Naturales. Intent¨¦ emplearme en el Instituto Nacional de Previsi¨®n como psic¨®logo, que es m¨ª segunda profesi¨®n, pero luego me enter¨¦ que hubo oposici¨®n por parte del Ministerio de la Gobernaci¨®n, principalmente de Jos¨¦ Miguel Ort¨ª Bord¨¢s. Al cabo de los dos a?os me admitieron en la empresa donde estoy ahora?.
?Los peores momentos fueron al principio, cuando sal¨ª de la prisi¨®n militar. Hab¨ªa compa?eros y amigos que se ofrec¨ªan a ayudarme, pero corr¨ªan el riesgo de que pudieran recibir represalias. Mi mujer tuvo que marcharse a Alicante para poder sacar la familia hacia adelante?.
Mart¨ªn Consuegra piensa que el trauma de la separaci¨®n del Ej¨¦rcito quien m¨¢s lo acus¨® fue su esposa. Sin embargo, admite que, a pesar de residir en un edificio donde viven militares, no ha tenido ning¨²n problema. ?Me considero apartidista, porque creo que es contraproducente el que personas como nosotros estemos vinculadas a alg¨²n partido. En caso de que pudiera ingresar en el Ej¨¦rcito, y as¨ª lo estimara, me gustar¨ªa ser un oficial normal?.
Ex capit¨¢n Valero, el ¨²nico ausente
Restituto Valero Ramos, ex capit¨¢n de Infanter¨ªa, cuyo ¨²ltimo destino fue la Brigada Paracaidista de Alcal¨¢ de Henares, tiene cuarenta y tres a?os, est¨¢ casado, es padre de cinco hijos y reside en la capital de Venezuela desde hace dos a?os. Valero, en opini¨®n de uno de sus compa?eros, es el que peor lo ha pasado en estos cinco a?os.
Desde Caracas, el ex dirigente de la UMD indica que ?al abandonar la prisi¨®n intent¨¦ defenderme con una peque?a empresa familiar que, desgraciadamente, hubo que cerrarla. Con mis diplomas militares no encontr¨¦ trabajo en ninguna parte y tuve que trasladarme a Venezuela, donde me encuentro en la actualidad trabajando en una empresa dedicada a la construcci¨®n que mantiene contactos comerciales con Espa?a?.
?Llevo dos a?os separado de mi familia, aunque viajo cada cuatro o cinco meses a Espa?a. Los desplazamientos son muy costosos y no puedo hacerlos con mucha frecuencia. Mi mujer se encuentra ahora conmigo pasando unos d¨ªas en Caracas?.
?El hecho de vivir fuera de Espa?a me supone estar bastante desinformado de lo que ocurre en mi pa¨ªs; por ello, desconozco todo lo que est¨¢ surgiendo en torno a nuestro caso?.
Restituto Valero es tajante al afirmar que estar¨ªa dispuesto a volver al Ej¨¦¨ªcito. ?La soluci¨®n m¨¢s correcta a nuestro caso ser¨ªa, dejando a un lado el tema de la amnist¨ªa, que las Fuerzas Armadas provocaran una revisi¨®n del proceso?.
El ex capit¨¢n de Paracaidistas record¨® aquellos meses que siguieron a su puesta en libertad diciendo: ?Me dediqu¨¦ a escribir art¨ªculos en revistas y peri¨®dicos, as¨ª como un libro con Jos¨¦ Fortes. Vali¨® la pena dedicar ese tiempo a aclarar nuestras ideas, porque lo que pretend¨ªamos era eso y no buscar una salida econ¨®mica escribiendo?.
Ibarra, la inform¨¢tica como medio de vida
Ferm¨ªn Ibarra, cuarenta y tres a?os, casado y con cinco hijos, fue separado del Ej¨¦rcito con la graduaci¨®n de capit¨¢n. Perteneciente al arma de Artiller¨ªa, diplomado en electr¨®nica e inform¨¢tica y organizaci¨®n de m¨¦todos, estaba destinado en el Estado Mayor Central. Sus conocimientos de inform¨¢tica le valieron, tras serios obst¨¢culos, para emplearse en la empresa privada y sostener hoy d¨ªa el hogar familiar.
?Yo ven¨ªa haciendo traducciones desde que nos recluyeron en Hoyo de Manzanares. Entre las 20.000 pesetas que recib¨ªa del Ej¨¦rcito y lo que ganaba con este trabajo pod¨ªa-sacar, con algunas dificultades, a mi familia del bache que supuso nuestro caso?.
?Cuando conoc¨ª la condena comenc¨¦ a organizar mi vida dentro de la prisi¨®n. Me levantaba temprano, hac¨ªa gimnasia y dedicaba ocho horas a hacer traducciones de ingl¨¦s. Al ser amnistiado, busco trabajo y, por mediaci¨®n de unos amigos, consigo entrar como colaborador-traductor en IBM. Traba
Ex oficiales de la UMD: el duro paso de los cuarteles a la vida civil
jaba alrededor de 58 horas a la semana. No ten¨ªa Seguridad Social, pero con la pensi¨®n militar y con lo que cobraba por este trabajo pude salir adelante?.? En 1977 entr¨¦ como inform¨¢tico en una empresa, y a?o y medio despu¨¦s fui nombrado jefe de inform¨¢tica en otra, que es precisamente, en la que estoy actualmente?.
?A m¨ª me cerraron muchas puertas, pero tambi¨¦n encontr¨¦ a muchos amigos que, dentro de sus posibilidades, me prestaron ayuda. Muchos compa?eros de armas se han portado muy bien conmigo; entre ellos, mi defensor, el teniente coronel Piris?.
Seg¨²n Ferm¨ªn Ibarra, su mujer, que es profesora de EGB, intent¨® buscar trabajo al mismo tiempo que ¨¦l, pero no lo encontr¨®. ?Ahora tenemos los dos 43 a?os y es muy dif¨ªcil, despu¨¦s de diecisiete de casados, intentar empezar de nuevo?.
El ex capit¨¢n Ibarra, que no milita en partido pol¨ªtico alguno, quiere volver al Ej¨¦rcito porque ?conmigo se ha cometido una injusticia que hay que reparar?. Es de los que piensan que la vuelta al Ej¨¦rcito de los militares de la UMD debe hacerse ?sin restricciones? y, en su caso, como comandante de Artiller¨ªa, graduaci¨®n que le hubiera ya correspondido de seguir en las Fuerzas Armadas.
El periodista Reilein
Jos¨¦ Fernando Reilein, 34 a?os, ex capit¨¢n de Infanter¨ªa y ex profesor de la Academia de Toledo, casado y con cuatro hijos, se dedica, en la actualidad, al periodismo como redactor del vespertino madrile?o Diario 16. Partidario de volver al Ej¨¦rcito, no oculta, sin embargo, que lo que le gustar¨ªa es ?morirme detr¨¢s de una m¨¢quina de escribir, despu¨¦s de conocer lo que significa la profesi¨®n period¨ªstica?.
?Cuando sal¨ª de la prisi¨®n de Cartagena estuve unos meses sin trabajar en nada. Yo no ten¨ªa ninguna carrera civil y mis conocimientos se centraban en lo que me hab¨ªan ense?ado en la milicia. Hab¨ªa dirigido la revista Armas y un d¨ªa fui a Cambio 16 con el fin de colaborar en dicha revista para corregir, principalmente, los fallos t¨¦cnicos que se observan en las informaciones militares?.
?Estuve un a?o colaborando y viv¨ªa s¨®lo de la pensi¨®n militar y de los ingresos por mis trabajos period¨ªsticos. El 1 de octubre de 1977 sali¨® a la calle Diario 16, donde tambi¨¦n empec¨¦ a colaborar. Al a?o fui nombrado jefe del servicio de documentaci¨®n y despu¨¦s pas¨¦ a la secci¨®n de nacional, donde estoy actualmente, ocup¨¢ndome de temas de Defensa, nacional e internacional?.
Reilein recuerda que mientras colaboraba en la Prensa trabaj¨® como profesor de la Asociaci¨®n de Autoescuelas y busc¨® solares en venta en pueblos pr¨®ximos a Madrid, por encargo de una empresa de construcciones, ?por los que me daban unas comisiones?.
El ex capit¨¢n de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica piensa que volver¨ªa a las Fuerzas Armadas, ?si la ley se mantiene en los t¨¦rminos actuales y no se modifican sus aspectos fundamentales?. Cree que periodismo y Ej¨¦rcito no son t¨¦rminos excluyentes. ?El haberme dedicado a la Prensa ha sido muy positivo, porque me lo he planteado como una especie de servicio que presto a la instituci¨®n militar para que la opini¨®n p¨²blica conozca mejor a las Fuerzas Armadas?.
Ruiz Cillero, del Phantom a Spantax
Jes¨²s Ruiz Cillero, 39 a?os, fue uno de los dos militares que, por ser condenados a penas menores, pudo continuar en el Ej¨¦rcito. Capit¨¢n de Aviaci¨®n, piloto de reactores cazabombarderos Phantom, Ruiz Cillero, despu¨¦s de la amnist¨ªa, se reincorpora al Ej¨¦rcito del Aire y es destinado a la Escuela de Reactores de la base a¨¦rea de Talavera la Real (Badajoz).
?Estuve en el Ej¨¦rcito del Aire casi dos a?os como profesor de vuelo, hasta que, dadas las circunstancias y al no encontrarme en buen estado de ¨¢nimo, decid¨ª abandonar la actividad militar. En noviembre de 1978 ped¨ª el retiro voluntario y, desde diciembre, estoy trabajando como piloto en la compa?¨ªa Spantax?.
?En situaci¨®n de prisi¨®n estuve desde el 31 de julio de 1975 hasta el 24 de diciembre de 1975, fecha en la que sal¨ª a la calle gracias a un indulto?. Cillero explic¨® que pidi¨® la baja voluntaria porque sus ideales ?no los ve¨ªa reflejados en el seno del Ej¨¦rcito?, a pesar de comprobar un aspecto, seg¨²n ¨¦l, importante: ?El recibimiento de mis compa?eros fue muy cari?oso?. Ahora, Jes¨²s Ruiz Cillero vive en Palma de Mallorca y se dedica, en su mayor tiempo, a pilotar los aviones de la compa?¨ªa Spantax.
Ex capit¨¢n Dom¨ªnguez, del exilio a Iberi¨¢
Jos¨¦ Ignacio Dominguez Mart¨ªn-S¨¢nchez, 34 a?os, casado desde hace poco tiempo, fue el ¨²nico de los oficiales de la UMD que no estuvo en prision, por encontrarse exiliado en el extranjero. Dom¨ªnguez, cuyo ¨²ltimo destino fue como piloto de Phantom, en el 91 Grupo de las Fuerzas A¨¦reas, fue procesado en rebeld¨ªa y regres¨® a Espa?a tras la concesi¨®n de la amnist¨ªa. Hoy copilota un Boeing 727 de la compa?¨ªa Iberia.
?En el extranjero, donde estuve hasta septiembre de 1976, no encontr¨¦ trabajo. Resid¨ª en Portugal, Francia y Argelia. En este ¨²ltimo pa¨ªs estuve a punto de ingresar en la compa?¨ªa nacional Air Algerie, pero, como fue concedida la amnist¨ªa, a los pocos d¨ªas opt¨¦ por regresar a Espa?a?. ?En Espa?a tuve grandes problemas para encontrar trabajo, ya que lo ¨²nico que yo sab¨ªa en aquellos tiempos era dirigir aviones. Los problemas radicaban en que la Subsecretar¨ªa de Aviaci¨®n Civil depend¨ªa entonces del Ministerio del Aire, y no como ahora, del Ministerio de Transportes?.
?En el verano de 1977 pude pilotar aviones y entonces me emple¨¦ realizando fotograf¨ªas a¨¦reas. Un a?o despu¨¦s, tras muchas dificultades, logr¨¦ ingresar en Iberia. Ahora no tengo ning¨²n tipo de problemas y voy de segundo comandante en un Boeing 727?.
Jos¨¦ Ignacio Dom¨ªnguez, que va a ser padre pr¨®ximamente, explica desde Santiago de Compostela que entre las personas que le ayudaron a entrar en la compa?¨ªa para la que trabaja se encuentran Manuel Prado Col¨®n de Carvajal, as¨ª como varios parlamentarios del PSOE, PCE y Entesa dels Catalans. ?En Iberia el ambiente es parecido al del Ej¨¦rcito, pero yo no he tenido problema alguno con los compa?eros, sino al contrario: todo ha sido amabilidad?.
El ex capit¨¢n Dom¨ªnguez desea volver al Ej¨¦rcito y piensa que las reacciones negativas a la probable vuelta de los militares de la UMD a la actividad militar obedecen ?m¨¢s a motivos sentimentales que racionales?.
Dom¨ªguez, que fue autor del libro secuestrado Cuando yo era un exiliado, explica que durante el tiempo que estuvo ausente de Espa?a y sin trabajo recibi¨® ayuda de militares portugueses pr¨®ximos a Melo Antunes y Vasco Gon?alves.
Garc¨ªa M¨¢rquez y Fern¨¢ndez Lago
El capit¨¢n de Artiller¨ªa Antonio Garc¨ªa M¨¢rquez, destinado en 1975 en el Parque de Material de Artiller¨ªa de Madrid, es el ¨²nico de los diez procesados por pertenecer a la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica que permanece en el Ej¨¦rcito. Al igual que el capit¨¢n de Aviaci¨®n Jes¨²s Ruiz Cillero, fue uno de los dos oficiales condenados a penas m¨ªnimas, lo que le supuso no ser excluido del Ej¨¦rcito.
Garc¨ªa M¨¢rquez, de 38 a?os, casado y padre de una hija, trabaj¨® durante alg¨²n tiempo en el servicio, de documentaci¨®n de la revista Cuadernos para el Di¨¢logo, y en la actualidad est¨¢ destinado como capit¨¢n-cajero en un regimiento de Artiller¨ªa de Madrid.
Manuel Fern¨¢ndez Lago, de 35 a?os, soltero, ex capit¨¢n de Caballer¨ªa y uno de los hombres con m¨¢s diplomas militares entre los procesados de la UMD (paracaidismo, carros de combate, autom¨®viles y operaciones especiales), destinado en el Estado Mayor Central, trabaja hoy d¨ªa en Madrid en una compa?¨ªa de seguros, al frente de un importante departamento.
Calificado por sus compa?eros como ?una gran cabeza organizativa?, Fern¨¢ndez Lago ha terminado la carrera de Derecho y antes de ingresar en su actual empleo se dedic¨®, en compa?¨ªa de Reilein, a visitar solares en las afueras de Madrid, cobrando comisiones por ello. ?A Manuel le cerraron muchas puertas, pero hoy tiene un trabajo digno con el que salir adelante?, se?al¨® uno de sus compa?eros.
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