La planificaci¨®n econ¨®mica es una obligaci¨®n constitucional / y 3
En el marco de un urbanismo tendencial en mancha de aceite, y desde la perspectiva de los objetivos que podr¨ªa tener entre nosotros la planificaci¨®n democr¨¢tica, ah¨ª tenemos esperando una pol¨ªtica de nuevas ciudades corno la iniciada en Inglaterra despu¨¦s de la segunda guerra mundial, como experiencia que por entonces parec¨ªa poco prometedora y que, en cambio, hoy se estudia por todos como uno de los m¨¦todos para acabar con el hacinamiento de las grandes concentraciones urbanas en las que los problemas -tr¨¢fico, paro, criminalidad, drogadicci¨®n, etc¨¦tera- acaban por hacerse insolubles.Y ah¨ª est¨¢ todav¨ªa el sue?o de Costa y de Mac¨ªas Picavea de reconstruir y reverdecer el medio f¨ªsico espa?ol. Porque el pa¨ªs en que vivimos est¨¢ desforestado, destrozado por sus habitantes, con ecosistemas seculares amenazados de definitiva destrucci¨®n.
Podr¨ªa seguir la lista de objetivos. Perfilar a¨²n m¨¢s el conjunto de problemas econ¨®micos y sociales, e incluso est¨¦ticos, que se pueden resolver, y que es necesario resolver. Porque de otro modo la sociedad y el r¨¦gimen pol¨ªtico democr¨¢tico ir¨¢n degrad¨¢ndose m¨¢s y m¨¢s. Como tambi¨¦n hay que encauzar las autonom¨ªas, aprovechar mejor los recursos, evitar la decepci¨®n de las autonom¨ªas, como llegar¨¢ si no hay planificaci¨®n. Porque se crear¨¢n burocracias solapadas, burocracias que van a competir en ineficiencia y burocratismo -y altos sueldos- con el vituperado centralismo, en vez de establecerse una articulaci¨®n racional del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial y todo lo que ¨¦ste puede conllevar.
Me parece que todos los mencionados son temas importantes, y definitivamente pueden abordarse en mejores condiciones con la planificaci¨®n, que es tambi¨¦n seguramente la forma de entrar de una vez en la democratizaci¨®n del sector p¨²blico, de acabar con el bla, bla, bla de la selecci¨®n de sectores y de inversiones, para tener proyectos concretos y estudiarlos... para hacerlos.
La planificaci¨®n democr¨¢tica es tambi¨¦n una forma de pactar a trav¨¦s de un proceso gradual de corresponsabilidad, consiguiendo aumentos de productividad, pero no a base de decir a los obreros que all¨ª ?manda la empresa?, sin derecho a saber nada, y de forma que muchas veces se enteren hoy de que ma?ana se cierra la f¨¢brica porque hay un expediente de regulaci¨®n de empleo; y todo ello sin haber participado en las decisiones. Todo ese autoritarismo-paternalismo puede y debe desaparecer con la planificaci¨®n.
La planificaci¨®n tambi¨¦n es el sistema para hacer posible una integraci¨®n en Europa con los menores costes sociales. Todav¨ªa no sabemos qu¨¦ vamos a pedirle al Fondo de Desarrollo Regional y al Fondo Europeo de Orientaci¨®n y Garant¨ªa Agr¨ªcola, ni al Banco Europeo de Inversiones. No hay proyectos, esto es un pa¨ªs sin proyectos, y lo es porque no se decide nada a plazo medio y largo. Estamos ante una situaci¨®n de degradaci¨®n persistente del Estado, con todo lo que significa de amenaza para la desorganizaci¨®n social, la insolidaridad y tantas otras cosas.
No olvidemos adem¨¢s que la desesperanza y la decepci¨®n son hoy especialmente vivas en determinados segmentos de la poblaci¨®n. En esa l¨ªnea, la planificaci¨®n tiene tambi¨¦n la misi¨®n de entusiasmar y de incorporar a quienes se inhiben: la cultura, la juventud, los ecologistas, tantos otros.
Y adem¨¢s -y esto es importante-, la planificaci¨®n, es una obligaci¨®n constitucional.
Y digo que es una obligaci¨®n constitucional porque cuando se nos critica la Constituci¨®n que hicimos entre todos los diputados, hay que decir que al lado del art¨ªculo 38, sobre la econom¨ªa de mercado -uno de los m¨¢s c¨¦lebres y tantas veces confundido-, la planificaci¨®n tambi¨¦n figura, es una parte de la envolvente del sistema econ¨®mico constitucional del que son piezas b¨¢sicas igualmente la distribuci¨®n de la renta y del pleno empleo (art¨ªculo 40), la subordinaci¨®n de toda la riqueza del pa¨ªs al inter¨¦s general (art¨ªculo 128), el acceso y participaci¨®n de los trabajadores en los medios de producci¨®n (art¨ªculo 129), el derecho a la vivienda digna y la utilizaci¨®n del s telo sin especuladores (art¨ªculo 47), el apoyo a los sectores oprimidos y a las zonas de monta?a (articulo 130), o la defensa de los consumidores y usuarios (art¨ªculo 51), y el disfrute del medio ambiente (art¨ªculo 45).
Todo eso es tambi¨¦n Constituci¨®n. No cabe citar s¨®lo el art¨ªculo 38 como si fuera una cantilena para decir que Espa?a es una econom¨ªa de mercado perdurable, civilizada y en la que todos tenemos posibilidad de realizarnos. Espa?a ha de ser algo m¨¢s que una econom¨ªa de mercado, porque, entre otras cosas, tiene que ser una naci¨®n global, que abarca al conjunto de comunidades auton¨®micas que se organizan para mejorar las condiciones de vida de sus pueblos y las bases de la convivencia. En esa envolvente, el articulo 131 de la Constituci¨®n establece las bases de un sistema de planificaci¨®n democr¨¢tica cuando dice que son las Cortes las que por ley tendr¨¢n que aprobar el plan.
Como dice tambi¨¦n que en esas mismas Cortes habr¨¢n de discutirse los proyectos enviados por las comunidades aut¨®nomas, y que se tendr¨¢n que discutir las necesidades colectivas, el equilibrio y la armonizaci¨®n del desarrollo regional y sectorial, el est¨ªmulo del crecimiento de la renta y su mejor reparto. Y tambi¨¦n se establece en la Constituci¨®n (en el articulo 131.2) -aunque muchas veces se olvide, y aunque el Gobierno falte a sus promesas- la posibilidad de crear un consejo (econ¨®mico y social) para acabar con la elaboraci¨®n en exclusiva de la pol¨ªtica econ¨®mica, para que las fuerzas sociales y las comunidades aut¨®nomas participen en la elaboraci¨®n de una pol¨ªtica econ¨®mica que no debe ser por m¨¢s tiempo de torre de marfil.
Creo que esta es la ocasi¨®n para levantar la bandera en favor de la planificaci¨®n democr¨¢tica que necesitamos si queremos una sociedad mejor. Una sociedad donde el entusiasmo sustituya a la tristeza del porvenir, y donde la alegr¨ªa sustituya a la obsesiva b¨²squeda del placer sin alegr¨ªa.
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