La Organizaci¨®n de Trabajos Portuarios escapa al control de la Administraci¨®n
El censo de estibadores portuarios se eleva actualmente a m¨¢s de 13.000 trabajadores. Son trabajadores que dependen de la Organizaci¨®n de Trabajos Portuarios (OTP), organismo aut¨®nomo que depende del Ministerio de Trabajo, y cuya sede central se encuentra en Madrid, en la conocida como Casa Negra, situada fuera del recinto de los Nuevos Ministerios. Desde la Casa Negra se controla la actividad portuaria. Como alguien muy acertadamente dijo, el mayor puerto de Espa?a sigue estando en Madrid.A los 13.000 trabajadores que dependen de este organismo hay que sumar otros setecientos que componen su plantilla. Sin embargo, es un colectivo que, fundamentalmente por el cambio en las condiciones de trabajo, se ha venido reduciendo sensiblemente y que en el futuro, habr¨¢ de reducirse a¨²n m¨¢s. En el a?o 1964 hab¨ªa, seg¨²n datos de la OTP, 17.642 obreros censados, y en 1968 su n¨²mero hab¨ªa bajado a 15.546.
Poca claridad en las cuentas
En el folleto a que hemos hecho menci¨®n en el primero de estos cap¨ªtulos, editado por la propia OTP y que seg¨²n se indicaba en su pr¨®logo ?sale a la luz sin mayores afanes de propaganda, como corresponde a la seriedad de nuestro cometido, s¨®lo con un deseo que se manifiesta en dos vertientes: de un lado, como una data de cuentas de nuestra obra; de otro, justificar la raz¨®n de ser de nuestra existencia?, no se dec¨ªa, sin embargo, el sistema mediante el cual se subvencionaba la organizaci¨®n.
No obstante, entre las competencias de la OTP se mencionaban la ?gesti¨®n y administraci¨®n de los fondos para el pago de los pluses de antig¨¹edad, pagas extraordinarias de 18 de Julio y Navidad y vacaciones?, igualmente, ?el abono de salarios y pagos de indemnizaciones a los trabajadores portuarios y a sus familiares, en los casos de incapacidad laboral, por enfermedad o accidente?, y un largo etc¨¦tera. Competencias todas que presupon¨ªan unos fondos cuantiosos.
La OTP como organismo gestor, como empresa intermediaria, cobra por su gesti¨®n. Las cuentas de la OTP nunca han sido conocidas. Esta queja que ya se hac¨ªa en el a?o 1978 sigue sin atenderse. En algunos medios han se?alado a EL PAIS que la OTP viene a cobrar de las empresas una cantidad muy semejante a la que ¨¦stas abonan a los trabajadores. En medios empresariales han hablado de cantidades aproximadas. Nadie conoce exactamente cu¨¢les son los ingresos de la OTP.
Hasta el a?o 1979, la organizaci¨®n hab¨ªa venido publicando lo que llamaban ?Realizaciones 19 ... ?. Son semejantes a memorias anuales, aunque con una peculiaridad: no se mencionan para nada los ingresos ni su cuant¨ªa. Se daba, eso s¨ª, detallada cuenta de las prestaciones y de las cantidades abonadas por la OTP por ese concepto, as¨ª como los gastos habidos por adquisici¨®n de distinto material de trabajo.
Pero lo que las ?realizaciones? ven¨ªan, sobre todo, a destacar eran los actos sociales, la inauguraci¨®n de nuevos locales de la OTP y los viajes y homenajes de ministros y cargos de la OTP. Los ingresos, como se?al¨® un alto cargo a EL PAIS, ?est¨¢n recogidos en los Presupuestos Generales del Estado. No se oculta nada. Todos pueden ver las cuentas de la OTP, que son claras y transparentes?.
Las extra?as atenciones de la OTP
Esa transparencia no es tan evidente en la mayor¨ªa de los medios consultados, algunos muy directamente relacionados con la Administraci¨®n. Por el contrario, se ha denunciado no s¨®lo la oscuridad de las cuentas, sino la extendida creencia de que de los fondos de la OTP cobra demasiada gente. Que los fondos de la OTP han servido para algo m¨¢s que para realizar las actividades descritas en sus ?'Realizaciones? anuales.
Tal vez no cobren un sueldo, pero lo que est¨¢ fuera de toda duda e que los delegados de Trabajo cobran unas cantidades como compensaci¨®n al tiempo dedicado a la organizaci¨®n, la cuant¨ªa, como siempre que se trata de dinero en este organismo, se desconoce.
Ni siquiera los empresarios, que al fin y al cabo sufragan estos gastos, tienen acceso a las cuentas. Por otra aparte, la OTP siempre ha sido muy celosa en cuanto a dar informaci¨®n. Seg¨²n dijeron a EL PAIS en la famosa Casa Negra, el delegado general, Javier Angoloti hab¨ªa dado ¨®rdenes de que no se diera ninguna informaci¨®n, ning¨²n documento sobre la OTP a los periodistas.
Al llegar a este punto, parece necesario hablar del delegado general, de Javier Angoloti, aunque sea de pasada. De ¨¦l se dice que, cuando entra un nuevo ministro, comenta: ?Ya tenemos un nuevo interino?. Y en su caso resulta verdad. Javier Angoloti lleva a?os como delegado general de la OTP. En la Administraci¨®n espa?ola, donde el motorista de la muerte ha funcionado con demasiada frecuencia, casos de permanencia como los de Angoloti sorprenden. ?Es un caso muy raro?, se?alaban a EL PAIS en medios de la Administraci¨®n, ?ha aguantado ya seis o siete ministros. Con eso est¨¢ dicho todo?.
El delegado que resiste a los ministros
En medios sindicales hicieron constar que Angoloti hab¨ªa sido una especie de ?bestia negra? para los portuarios. ?A Angoloti y a la propia OTP, en Barcelona?, a?adieron, ?no se les pod¨ªa ni ver?. Sin embargo, en el a?o 1977 se produce una huelga con motivo de haber sido sancionados siete estibadores a seis meses de suspensi¨®n de empleo y sueldo. Surge entonces la Coordinadora de Estibadores Portuarios como un fondo de solidaridad hacia los trabajadores sancionados.
La coordinadora continuar¨ªa despu¨¦s por otros derroteros y se afianzar¨ªa como la fuerza que une a la mayor¨ªa de los estibadores y que, indudablemente, ostenta, por encima de cualquier central sindical, la mayor representatividad en los puertos. Pero, de aquella huelga, Angoloti sali¨® fortalecido. Su imagen cambi¨® por completo con el nacimiento de la coordinadora. Desde entonces, ha aguantado cambios de ministros, escoraciones a la derecha o a la izquierda, sustituciones de subsecretarios. Su despacho en la Casa Negra ha resultado hasta ahora inamovible.
La OTP, c¨¢ncer de los puertos
El repetido informe de la Direcci¨®n General de Puertos, que ha constituido por primera vez en la historia el ataque m¨¢s furibundo de una parte de la Administraci¨®n hacia uno de sus hijos, se?alaba que la OTP ?hab¨ªa llegado a convertirse en un aut¨¦ntico c¨¢ncer de los puertos espa?oles, que r¨¢pidamente les llevar¨¢ hacia un colapso total, de no tomar medidas urgentes que adecuen sus estructuras a los cambios que se est¨¢n operando en la naci¨®n?.
Se se?alaba ya, por parte de la Administraci¨®n, que si bien la OTP no era responsable ¨²nica de la anormal situaci¨®n de los puertos, s¨ª era ?la m¨¢s importante?. Tambi¨¦n se indicaba algo que sistem¨¢ticamente ha sido negado por el Ministerio de Trabajo: que la OTP era, en definitiva, una bolsa de trabajo.
Reestructurarlo todo
A pesar de la dureza de las acusaciones que entonces se vertieron, no rod¨® ninguna cabeza y la OTP lleg¨® hasta el momento actual sin que sufriera el m¨ªnimo temblor en sus estructuras. Ni siquiera la Administraci¨®n pod¨ªa con uno de sus hijos. El peligro de paralizaci¨®n de los puertos espa?oles no aceler¨® una reestructuraci¨®n que ya hab¨ªan pedido, por otros motivos, las empresas que se desenvolv¨ªan en el ¨¢mbito portuario. Tuvo que llegar el conflicto de julio de este a?o para que el Ministerio de Trabajo anunciara su intenci¨®n de reestructurar la Organizaci¨®n de Trabajos Portuarios.
Durante 36 a?os la OTP ha venido manteniendo un sistema de contrataci¨®n que ha sido calificado como obsoleto y contradictorio. Su dependencia del Ministerio de Trabajo lo ha convertido con demasiada frecuencia en juez y parte del tema. Para algunos sectores, la organizaci¨®n es, en el fondo y en la superficie, una empresa prestamista. Acusaci¨®n que es rechazada por el subsecretario, Prados Terriente, que asegura que la OTP no tiene v¨ªnculo laboral con los trabajadores portuarios. ?Alguien?, afirma, ?tiene que llevar el censo de los puertos. Y en este caso, esa labor le ha correspondido al Ministerio de Trabajo?.
Sin embargo, no todos opinan igual. El car¨¢cter de empresa de la OTP, que se define a s¨ª misma como ?una entidad de derecho p¨²blico con personalidad jur¨ªdica, administraci¨®n y patrimonio propio?, es algo que est¨¢ fuera de duda para determinados sectores empresariales. ?De hecho, la potestad disciplinaria est¨¢ en manos de la OTP, e incluso el personal trabajador permanente de empresa sigue vinculado a la OTP. Es decir, que se nos presta durante un tiempo m¨¢s o menos largo, pero sigue dependiendo de ese organismo?.
Pero la reestructuraci¨®n de la OTP no podr¨ªa hacerse sola. Hay que reestructurar la mayor¨ªa de los puertos pr¨¢cticamente en su totalidad. Albert Vilalta, secretario general t¨¦cnico del Departamento de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas de la Generalidad de Catalu?a, opina que adem¨¢s de reestructurar la OTP hay que hacer lo mismo con las empresas. ?No vale ser un simple intermediario. Ese es un tema muy importante. Hay que profesionalizar a las empresas estibadoras, para que no se den casos de empresarios cuyo ¨²nico patrimonio es el bloc y el tel¨¦fono. Y este es un tema al que hay que darle cuanto antes una salida. Estamos perdiendo un importante reto ante otros; puertos. El Gobierno tiene que estudiar el futuro de esta actividad, procurando mantener los puestos de trabajo. Y la reestructuraci¨®n es urgente; si no, m¨¢s vale que llenemos de tierra nuestros puertos y nos olvidemos del mar?.
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