Conciertos de Police en Madrid y Barcelona

Los d¨ªas 29, en Barcelona, y 3 1, en Madrid, actuar¨¢ el grupo ingl¨¦s y rubio The Police, junto a XTC y Dr. Feelgood. Para empezar la nueva temporada, no est¨¢ mal, sobre todo teniendo en cuenta que en la capital no les vimos y que en Barcelona muchos querr¨¢n repetir la experiencia. Los capitalinos deben saber que el concierto se celebrar¨¢ en el muy maldito campo de f¨²tbol de Usera, lugar famoso por las espantadas, destrucciones y suspensiones. (Las entradas est¨¢n a la venta en Disco-Play.)Como ha demostrado de manera fehaciente la historia, las cosas malditas pueden dejar de serio si hay quienes, en un momento dado, recapacitan y recapacitando piensan. Que, al fin y al cabo, es lo ¨²nico que hace falta.

El reciente festival de San Sebasti¨¢n, cuyo p¨²blico no era en lo absoluto diferente del que puede acudir a Polica, no registr¨® ni un incidente en cinco d¨ªas de conciertos, cuando en a?os anteriores la cristalera del pabell¨®n polideportivo sirvi¨® de blanco para el tiro de quienes no pudieron entrar. Lo que ocurre es que, aprendiendo de la experiencia, los organizadores se lo llevaron a otro lugar, con entradas en zig-zag, pocos puntos d¨¦biles, discreta, pero visible, presencia de la Polic¨ªa Municipal y la seriedad exigible en cuanto a puntualidad y dem¨¢s.

Gay y Co. est¨¢n para celebrar (?por qu¨¦?) su s¨¦ptimo aniversario como organizadores. No creo que en Europa exista otro promotor capaz de aguantar tanto tiempo habiendo aprendido tan poco. Un ejemplo: Gay se queja de que no hay locales en Madrid. Sin embargo, no ha tenido en todos estos a?os la inquietud de pasarse por el ayuntamiento para ver si existe alg¨²n local p¨²blico (mercados abandonados, polideportivos, lo que sea) susceptibles de ser reformados y utilizados conjuntamente por ¨¦l mismo y por la corporaci¨®n. A lo largo de estos a?os, tampoco parece haber sido capaz de convencer a la polic¨ªa de una colaboraci¨®n algo m¨¢s estrecha y racional en la seguridad de los concietos. Ni tampoco ha sido capaz de crear un servicio de orden suficientemente numeroso y profesional. Teniendo en cuenta que viaja al extranjero con cierta frecuencia, es incomprensible que no haya visto c¨®mo se hace, planificando a largo plazo un sistema de seguridad (y esto de seguridad no es ning¨²n eufemismo) capaz de situar los conciertos de rock al mismo nivel de conflictividad que un partido de f¨²tbol o una corrida de toros. Sin esto, cualquier tipo de lamentaci¨®n sobra, porque el 90% de la gente paga unas entradas nada baratas, y es responsabilidad de la organizaci¨®n que puedan entrar, escuchar y salir de un concierto sin m¨¢s sobresaltos que los que les produzca la m¨²sica.

Esperemos que esto ocurra con Police; en caso contrario, ya nos podemos ir despidiendo de conciertos de rock en Madrid. Aunque no es probable que nuestro ¨²nico promotor importante se retire, reconociendo su incapacidad.