El cuarteto Neocantes y el tr¨ªo La Stravaganza
Entre las muchas actividades desarrolladas por el II Curso de M¨²sica Barroca y Rococ¨® de El Escorial destaca el muy alto nivel de los conciertos que se vienen celebrando, bien en el Real Coliseo de Carlos III, bien en la Universidad Mar¨ªa Cristina.El domingo 17 pudimos escuchar un concierto de polifon¨ªa espa?ol a cargo del cuarteto Neocantes, que forman Rosa Olavide, Marisol Murciano, Miguel A. S¨¢nchez y Germ¨¢n Torrellas.
La principal virtud de Neocantes es tal vez su sencillez, naturalidad y sorprendente ausencia de cualquier tipo de pedanter¨ªa o amaneramiento. Sus componentes, con sus voces no por naturales de menor riqueza t¨ªmbrica, han conseguido una muy buena afinaci¨®n y un excelente empaste, hasta el punto de que cada elemento no es concebible sino en funci¨®n de los tres restantes.
La frescura, el verticalismo jugoso de Juan del Encina parece convenir especialmente al cuarteto Neocantes, que sabe poner de manifiesto el car¨¢cter de encrucijada de esta m¨²sica, al tiempo popular y culta, medieval y renacentista, sencilla y elaborada. Desde la desolaci¨®n de Triste Espa?a al desenfreno de Hoy comamos y bebamos (que seguramente admitir¨ªa una interpretaci¨®n m¨¢s popular), pasando por el desenfado de Cuc¨² cucuc¨², el cuarteto Neocantes hizo un recorrido muy completo por la obra del m¨²sico poeta de Alba de Tormes.
Completaban el programa dos ejemplos muy ?encinianos? del cancionero de Upsala, una Salve tomada de la tradici¨®n oral y media docena de obras de Francisco Guerrero.
El siguiente concierto estuvo dedicado al per¨ªodo barroco, a cargo del tr¨ªo La Stravaganza, que componen el flautista Mariano Mart¨ªn -director art¨ªstico y verdadera alma del curso de El Escorial-, el clavecinista Thomas Schmid y el violagambista Jos¨¦ V¨¢zquez. Programa-homenaje al gran flautista- franc¨¦s del XVIII Jacques Hotteterre, con motivo de su supuesto tercer centenario. A trav¨¦s de las suites de Hotteterre y Dornel el tr¨ªo La Stravaganza recre¨® perfectamente el subjetivo intimismo, acaso algo amanerado, del barroco tard¨ªo franc¨¦s. La delicadeza t¨ªmbrica, el perfecto equilibrio y la compenetraci¨®n de los tres instrumentistas dieron lugar a momentos tan excelentes como los del rond¨® de Hotteterre o la chacona de Dornel.
Si en Thomas Schmid admiramos la naturalidad y l¨®gica en el acompa?amiento, que hace del continuo algo perfectamente flexible, en Mariano Mart¨ªn cabe destacar la sobriedad expresiva,la calidad sonora -excelente en la tan dif¨ªcil travesera barroca- y el profundo conocimiento del estilo. Jos¨¦ V¨¢zquez, en su doble cometido de integrante del continuo y de solista, con la viola bajo tanto como con el peque?o dessus de viole, se mostr¨® como un artista completo, dominador de t¨¦cnica y estilo, y de un enorme poder comunicativo. Su interpretaci¨®n de la sonata de Carl Friederich Abel fue sencillamente magistral.
Babelia
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