Estos ayuntamientos ya han visto tres Gobiernos...
La cosecha pol¨ªtica del verano no ha sido precisamente la mejor del siglo. Aunque en primavera la moci¨®n de censura sembr¨® esperanzas, en agosto s¨®lo han crecido rumores y maniobras de palacio: malas hierbas. Despu¨¦s, la siega y la trilla final han arrojado una gavilla de viejas pajas, atada no se sabe c¨®mo. El grano se ha perdido.Y tras esto ya son tres los Gobiernos que han visto pasar los actuales ayuntamientos democr¨¢ticos.
La estabilidad de los equipos de gobierno no es una virtud en s¨ª misma, por mucho que se empe?en los conservadores. Pero s¨ª es verdad que se trata de un requisito b¨¢sico para lograr un buen Gobierno. Requisito que se est¨¢ cubriendo mucho mejor en la esfera municipal que en el plano nacional espa?ol; lo que es tanto como decir que lo est¨¢ cubriendo mejor la izquierda con su cooperaci¨®n que el centro con su voluntad de monopolio y sus luchas intestinas.
Pero aunque esta comparaci¨®n me parece v¨¢lida -y esclarecedora pol¨ªticamente- las cosas no terminan ah¨ª.
Dice el refr¨¢n que ?donde no hay harina abunda la moh¨ªna?, y esto pasa en los ayuntamientos de izquierda. No hay dinero, no hay recursos para lo imprescindible y mucho menos para hacer frente al paro. Y entonces puede surgir y surge la ?moh¨ªna?: el recelo, la tensi¨®n y hasta los enfrentamientos entre los que gobiernan. La presi¨®n social que genera el paro, la insatisfacci¨®n ante la falta de perspectivas que abona el Gobierno, repercuten sobre los ayuntamientos y no siempre tienen como efecto unir a la izquierda en su seno y al pueblo con la corporaci¨®n.
En un pa¨ªs con 1,5 millones de parados, el Gobierno no puede pasarse los meses jugando al yo dimito, t¨² sales y aqu¨¦l entra. ?No puede? Eso es lo que ha pasado este verano. Para calmar el hambre de los parados, los ministros (ex y neos) han producido todo tipo de especies intoxicantes. ?Y qui¨¦n se ha hecho valedor institucional de los afectados por el drama? Los ayuntamientos de izquierda. Ah¨ª est¨¢ Andaluc¨ªa.
Pero, cuidado, que ah¨ª est¨¢n tambi¨¦n las tensiones, los amagos de crisis del pacto municipal de la izquierda. Alguien ha hablado hasta de ?guerra formal? entre el PSOE y el PCE en los ayuntamientos. ?Seamos formales y hagamos un buen trabajo, y no esta guerra! ?Hay que razonar mucho esto? La guerra que se debe hacer desde la izquierda es contra el paro y contra quien lo fomenta y lo consiente, para crear puestos de trabajo, para lograr un Gobierno y una pol¨ªtica que den futuro al pa¨ªs. La otra guerra es la que le puede interesar a la derecha para dejar caer unas elecciones anticipadas sobre los despojos de la izquierda.
Ni Adamuz (C¨®rdoba) ni Dalias (Almer¨ªa) son ahora un buen ejemplo de estabilidad y eficacia del gobierno municipal de la izquierda. No nos debe importar decirlo y citar los casos negativos cuando son excepci¨®n aislada. Lo que nos debe preocupar es que se conviertan en regla. Y no nos deben doler prendas para corregir errores ante un pueblo que valora la sinceridad democr¨¢tica y que sabe que es de sabios enmendar. Lo que nos debe doler es que aquellos que nos eligieron ayer para hacer una pol¨ªtica distinta de la que conoc¨ªan puedan decirnos hoy que todos somos iguales.
El pacto municipal entre socialistas y comunistas est¨¢ marchando bien, por regla general, y, est¨¢ dando frutos positivos tanto m¨¢s donde m¨¢s rigurosamente se aplica. No ha logrado milagros en ning¨²n sitio, pero s¨ª algo m¨¢s humano en bastantes: afirmar en los hechos la esperanza de que se puede gobernar distinto y mejor de como lo hace la derecha, confirmar que el entendimiento de la izquierda es b¨¢sico para que nuestro pa¨ªs avance.
Este fruto est¨¢ todav¨ªa verde, pero es la mejor cosecha, de este a?o 1979-1980. No faltan los incendiarios que quieren quemarla aprovechando los calores del verano, y si no lo logran volver¨¢n con las heladas del invierno. Sin exagerar nada, tal y como van las cosas en la pol¨ªtica nacional, se puede decir que todos los cuidados ser¨¢n pocos.
Desde esta posici¨®n nos movemos los comunistas y nos inquieta que quienes tienen m¨¢s que perder en el tenia, los socialistas, act¨²en a veces pensando que ?Dios aprieta pero r¨ªo ahoga?. Dios sabr¨¢, pero, como el PSOE no es Dios, m¨¢s vale que no apriete para que no se le escape la mano.
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