El abastecimiento alimenticio total de la ciudad es casi imposible
El desabastecimiento de productos frescos en una ciudad como Madrid parece imposible si se tiene en cuenta que existen dos v¨ªas de comercializaci¨®n diferentes, una de car¨¢cter municipal y la otra privada.Los problemas laborales en la primera v¨ªa supondr¨ªan, sin embargo, una merma importante en la cantidad de pescado fresco y de frutas y hortalizas que se vende en los comercios. Cualquier incidente en la otra fuente de abastecimiento significar¨ªa cortar parcialmente el suministro, especialmente en la carne, las patatas, las aves y los huevos.
La v¨ªa municipal utiliza para su entrada en los cinco mercados centrales del ayuntamiento (pescados, frutas y hortalizas, matadero, aves y huevos, y patatas), en donde los mayoristas pagan un canon que var¨ªa seg¨²n la cantidad de g¨¦nero que vendan.
En estos mercados, los detallistas y un n¨²mero determinado de personas autorizadas para ello compran la cantidad de producto que van a necesitar.
Entre las personas no detallistas autorizadas se encuentran algunos propietarios de bares, capitanes de cocina de algunos centros militares y algunos miembros de ¨®rdenes religiosas.
Estos mercados centrales, que entraron en funcionamiento entre 1924 y 1960, comercializan actualmente un 40% de los productos frescos consumidos en la capital.
La proporci¨®n var¨ªa seg¨²n de qu¨¦ mercado se trate. El de pescados llega a comercializar el 90% del pescado corriente y fino, el 20% del pescado congelado y el 50% del marisco.
El matadero municipal, por su parte, es escenario de la venta del 30% de la carne de vaca y ternera, del 50% de la de cordero, del 10% de la de cerdo y del 30% de la de caballo.
La proporci¨®n aumenta en el mercado de frutas y hortalizas, donde se vende el 75% del g¨¦nero que entra en Madrid. Este mercado, a pesar de tener un edificio, de 1935, logra los mayores vol¨²menes de comercializaci¨®n.
Los mercados de patatas y de aves y huevos tienen, sin embargo, escasa incidencia. El primero s¨®lo comercializa un 10%, que se incrementa hasta el 30% gracias a las patatas que se venden en el mercado de frutas. El segundo sirve de paso ¨²nicamente al 4,5% de la producci¨®n de aves y huevos.
El resto, hasta el ciento por ciento de los productos, est¨¢ en manos de los almacenistas, cooperativistas, centrales de distribuci¨®n y macroempresas, que tienen sus compradores en los lugares de origen y que luego se encargan de distribuir el g¨¦nero a trav¨¦s de todo el territorio nacional.
La diversidad de estos canales, que se llamaron paralelos y ahora se conocen por alternativos, ha impedido que el Ministerio de Comercio o el ayuntamiento conozcan exactamente su papel en la comercializaci¨®n de una ciudad como Madrid.
Los c¨¢lculos sobre los que se ha hecho la previsi¨®n de consumo son ¨²nicamente estimativos, ya que est¨¢n hechos en baje a unas proporciones que, en algunos casos, ni siquiera comparten los organismos oficiales. As¨ª, cuando se habla de frutas y verduras, el ayuntamiento estima que a trav¨¦s de su mercado central pasa el 50%, proporci¨®n que es aumentada hasta un 75% por la jefatura provincial de comercio interior.
Los ¨²nicos contactos que han existido con las principales empresas que realizan una comercializaci¨®n alternativa buscaban informes de precios, sin importar la cantidad de g¨¦nero vendido.
Por lo menos esto ha servido para saber que hay cinco o seis grandes centrales de distribuci¨®n con almacenes instalados en la provincia de Madrid, que comercializan frutas y verduras tra¨ªdas de origen y que tambi¨¦n en la provincia hay unos veintid¨®s almacenistas de patatas, en tanto en la ciudad el n¨²mero asciende a unos cincuenta. Asimismo se sabe que el control de los canales alternativos de carne est¨¢ en manos de unas siete empresas, que cuentan con almacenes frigor¨ªficos y una gran flota de camiones para su distribuci¨®n.
Otra parte muy importante de la alimentaci¨®n, la referida a conservas, aceites, congelados, productos l¨¢cteos o farin¨¢ceos, bebidas, legumbres o pastas, no tiene ning¨²n control, ni municipal ni ministerial, que permita saber su comercializaci¨®n en una determinada ciudad.
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