Las nuevas recetas del FMI
Calladamente sin estridencias, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reconocido, durante su 35? asamblea anual, celebrada la semana pasada en Washington, el fracaso parcial de sus recomendaciones en favor de pol¨ªticas restrictivas para resolver la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica mundial, y, en un significativo cambio, ha sugerido la necesidad de combinar nuevos y varios elementos de pol¨ªtica econ¨®mica, especialmente en el lado de la oferta, para salir de la aton¨ªa y del punto muerto actual.Aunque p¨²blicamente ?la lucha contra la inflaci¨®n? permanece como el elemento prioritario dentro de los planteamientos y recomendaciones del FMI a sus 141 pa¨ªses miembros, no cabe duda de que la instituci¨®n monetaria mundial ha aceptado, e incluso endosado, las reclamaciones de varios de sus miembros m¨¢s importantes para que alguna forma de pol¨ªtica de crecimiento sea, por lo menos, puesta a prueba.
La sugerencia para que los responsables econ¨®micos de los pa¨ªses industriales combinen las tradicionales pol¨ªticas monetarias y fiscales ?apropiadas?, incluso restrictivas, con medidas de est¨ªmulo en el lado de la oferta, tienen su origen, sin duda alguna, en los pobres resultados de la econom¨ªa mundial en el a?o que ha pasado desde el ¨²ltimo encuentro anual en Belgrado, o con el m¨¢s reciente, la primavera pasada, en Hamburgo.
En este a?o, reconoc¨ªa el director gerente del FMI, Jacques de Larosiere, en su informe al comit¨¦ interino, ?las condiciones de la econom¨ªa mundial han empeorado?. Con la excepci¨®n quiz¨¢ de los precios al consumo, cuyo aumento se ha limitado en 1980, todos los dem¨¢s indicadores econ¨®micos han registrado un claro empeoramiento, y no s¨®lo por culpa de la tan temida explosi¨®n de los precios del petr¨®leo.
As¨ª, el crecimiento del PIB en los pa¨ªses industriales ser¨¢ en 1981 muy similar al registrado en 1980, y este ¨²ltimo ser¨¢ la mitad (1,1%) de los niveles de crecimiento, ya reducidos, en 1979. Los d¨¦ficit externos por cuenta corriente sumar¨¢n este a?o para los pa¨ªses industriales y subdesarrollados no productores de petr¨®leo la friolera de casi 120.000 millones de d¨®lares en 1980, y s¨®lo los pa¨ªses industriales podr¨¢n ver reducido a la mitad (es decir, a unos 25.000 millones) el suyo en 1981.
Ante este panorama, el FMI recurre a proponer nuevas f¨®rmulas de est¨ªmulo econ¨®mico, dado el fracaso no reconocido de las pol¨ªticas monetarias y fiscales restrictivas recomendadas en Belgrado. Las f¨®rmulas de estimulo (traslado de recursos del consumo a la inversi¨®n, programas de reconversi¨®n de sectores concretos, mayores inversiones energ¨¦ticas, est¨ªmulo de las exportaciones, etc¨¦tera) no deben confundirse con pol¨ªticas expansionistas, de las que el propio FMI advierte por su peligrosidad en estos momentos, pero s¨ª se acercan a esa llamada pol¨ªtica econ¨®mica de actuaci¨®n sobre la oferta, que tan de moda est¨¢ en medios acad¨¦micos.
Este mensaje oficioso de las reuniones de Washington de 1980 no es endosado por todos los pa¨ªses industrializados e incluso ha recibido la oposici¨®n clara de algunos. Pero muchos analistas estiman que los enfrentamientos entre euro peos (especialmente Francia y la RFA) con Estados Unidos son m¨¢s de tipo t¨¦cnico y se limitan a diferencias t¨¢cticas.
Es significativo, pues, que Europa y Estados Unidos se hayan enfrentado en la cuesti¨®n del nuevo papel que el FMI debe jugar en el reciclaje del excedente financiero en manos de los pa¨ªses productores de petr¨®leo. El r¨¢pido reciclaje de estos d¨®lares de las manos de los pa¨ªses de la OPEP hacia las naciones en desarrollo no productoras de petr¨®leo es fundamental para la llegada a buen puerto de la pol¨ªtica de est¨ªmulo. Si estos d¨®lares no vuelven a los pa¨ªses importadores, especialmente a aquellos del Tercer Mundo, el comercio mundial se estancar¨¢ y, con ¨¦l, las posibilidades de crecimiento.
En este tema, la Administraci¨®n Carter y el canciller Schmidt difieren en cu¨¢l ser¨¢ el mejor veh¨ªculo. Para la RFA y Europa el nuevo papel del FMI debe basarse en una mayor colaboraci¨®n y aportaci¨®n financiera por parte de los pa¨ªses del golfo, tales como Arabia Saud¨ª, Kuwait, Emiratos, etc¨¦tera. Para Washington, el FMI debe acudir por su cuenta y riesgo al mercado privado de capitales.
Cualquiera que sea la soluci¨®n que se adopte (y todo indica que el veto a la OLP inclina la balanza hacia el segundo), no cabe duda de que el FMI va a modificar su misi¨®n hist¨®rica en el proceso de ajuste de las balanzas externas de los paises miembros y va a convertirse en una especie de agencia internacional de ayuda, muy similar al mismo Banco Mundial.
Algunos expertos ven un peligro inflacionista en ¨¦ste nuevo papel del FMI, pero no cabe duda de que la situaci¨®n de la econom¨ªa mundial es tan grave que cambiar un poco de crecimiento por algo m¨¢s de inflaci¨®n no es tan malo como parece.
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