Yugoslavia quiere mantener en la CSCE su estatuto de pa¨ªs no alineado
Yugoslavia afronta la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) de Madrid deseosa de afirmar, tras la muerte de Tito, su estatuto de pa¨ªs no alineado europeo y situado entre dos bloques, un estatuto que solamente puede prosperar en un ca¨ªdo de cultivo favorable a la distensi¨®n. Teme Yugoslavia que, en una agudizaci¨®n de las tensiones sobre suelo europeo, la OTAN y el Pacto de Varsovia colocaran a Yugoslavia y a su vecina Albania en la categor¨ªa de ?zona gris?, un claroscuro de blancos y negros enfrentados que podr¨ªan servir para escaramuzas y tanteos desestabilizadores. Los frutos de la CSCE se ven desde aqu¨ª con pesimismo.
Yugoslavia espera de Madrid lo m¨¢s inesperable: que esta reuni¨®n sea rica en frutos de la primera ?cesta? de problemas, los de distensi¨®n militar. En cuanto a la segunda ?cesta?, de temas de cooperaci¨®n econ¨®mica y tecnol¨®gica, el no alineamiento yugoslavo, a caballo entre el Este y el Oeste, y que ronda tanto al Comecon como al Mercado Com¨²n, ver¨ªa m¨¢s provechoso para subsanar sus serias dificultades econ¨®micas en una circulaci¨®n liberalizada de capitales y tecnolog¨ªa entre el Este y el Oeste.Respecto a la tercera ?cesta?, portadora de los temas de derechos humanos, que hicieran fracasar la anterior reuni¨®n sobre seguridad y cooperaci¨®n, que se celebr¨® en Belgrado hace dos a?os, la postura yugoslava no se diferencia, en lo esencial, de la de los dem¨¢s pa¨ªses socialistas alineados. Los ?contactos humanitarios?, dicen en Belgrado, son terna importante de esta conferencia y hay mucho incumplimiento, pero los pa¨ªses occidentales tendr¨ªan que abstenerse de manipular la disidencia para que no se paralicen las esperanzas desarmamentistas y de distensi¨®n militar.
Aunque Yugoslavia esgrime cifras de salida libre de ciudadanos al extranjero que resultan envidiables para otros pa¨ªses socialistas, queda en pie la frase de Tito hace dos a?os: ?No daremos pasaporte a esos dos o tres?. Milovan Djilas, disidente muy activo en todos los medios de informaci¨®n occidentales desde su casa del centro de Belgrado, es uno de ellos. ?Las democracias occidentales tienen que comprender que las condiciones no son iguales en todos los pa¨ªses, pero por unos casos discutibles no se pueden manipular temas como los de la guerra y la paz, la tensi¨®n o la distensi¨®n en Europa?, comentaba un diplom¨¢tico yugoslavo.
Aunque a nivel de estas reuniones de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa, Yugoslavia forma parte pr¨¢cticamente del grupo de pa¨ªses neutrales que constituyen Austria, Suiza, Suecia, Finlandia, Liechtenstein y San Marino, sus amigos mediterr¨¢neos y no alineados imponen a la canciller¨ªa de Belgrado un determinado desempe?o en el foro europeo. Aunque la tesis de Tito fue que un Mare Nostrum surcado por las flotas estadounidense y sovi¨¦tica es un mal menor comparado con un Mediterr¨¢neo que fuera lago de la Sexta Flota norteamericana o coto de la Armada Sovi¨¦tica.
En cuanto a que Madrid produjera lo que Belgrado no pudo sacar adelante, una conferencia desarmamentista, ?desvinculada del monopolio de Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica?, los yugoslavos est¨¢n por un realismo a ultranza. ?Parece imposible sacar adelante por ahora una conferencia sobre el desarme, pero no as¨ª establecer un grupo de trabajo permanente y dependiente de los 35 pa¨ªses participantes en la CSCE dedicado a relanzar el proyecto paneuropeo de desarme cuando los hados le sean propicios.
Respecto a la obligaci¨®n que tienen, seg¨²n el Acta Final, los pa¨ªses europeos que, como Turqu¨ªa y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, no son solamente europeos de notificar aquellas maniobras militares que vayan a desarrollarse a 250 kil¨®metros de una frontera europea, los yugoslavos vienen comentando desde Helsinki que hay que comprender que esa decisi¨®n favorece a Estados Unidos.
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