Del certificado de pobre a la subvenci¨®n

Desde que se acab¨® en 1978 aquella penosa cola de los que suspiraban por el ?certificado oficial de pobre? que les daba acceso al piso, protegido mediante cr¨¦dito barato, el Gobierne no hab¨ªa hecho pr¨¢cticamente nada sustancial en. materia de financiaci¨®n de vivienda.Sin embargo, si hay tan solo dos temas en los que ning¨²n pol¨ªtico puede ahora correr riesgo de equivocarse ¨¦stos son, sin duda, la energ¨ªa y la vivienda. Al cabo de dos meses de marear bancos Y- cajas, el nuevo Gobierno ha podido, al fin, desatascar con fortuna la construcci¨®n de viviendas de protecci¨®n oficiaI.

Obtenido un cierto abaratamiento de los costes de vivienda -ha evolucionado un 35% por debajo del IPC- y ampliada la oferta del suelo p¨²blico edificable -ambas operaciones pilotadas por el entonces vicepresidente Abril-, s¨®lo quedaba por resolver la financiaci¨®n para desbloquear la construcci¨®n de pisos de protecci¨®n oficial. Y la resoluci¨®n de este problema es lo que ayer vino a anunciar el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, en su primera aparici¨®n ante toda la Prensa.

El programa de iniciaci¨®n de 571.000 viviendas en tres a?os es una buena noticia para el deprimido sector de la construcci¨®n y para el resto de los mortales, acostumbrados a recibir de este Gobierno m¨¢s explicaciones que resultados. Esta vez, Calvo Sotelo, Garc¨ªa Diez y Sancho Rof han ofrecido los resultados positivos de sus negociaciones con la banca privada y las cajas de ahorro.

Abandonada la f¨®rmula facilona e intervencionista de recurrir a aumentar coeficiente de inversi¨®n obligatoria de las cajas, disminuido por Fuentes Quintana sin ofrecer alternativa a cambio, han optado ahora por convenir acuerdos entre la banca oficial, la privada y las cajas para repartirse desigualmente el sacrificio de prestar dinero barato para viviendas protegidas. ?No se ha pedido s¨®lo apoyo moral a la banca, sino tambi¨¦n ese otro apoyo que pasa necesariamente por la cuenta de p¨¦rdidas y ganacias?, ha declarado Calvo Sotelo, ?y la banca ha respondido generosamente?.

Ahora s¨®lo falta rematar el programa con las nuevas prioridades en la adjudicaci¨®n de estas viviendas subvencionadas entre los que de verdad las necesitan, sin precisar para ello parentesco o amistad con ning¨²n alto cargo. Las listas de los agraciados ser¨¢n pues p¨²blicas y recurribles.