Amadeo Gabino expone tres aspectos de su obra escult¨®rica
Nueve esculturas, ocho collages y seis dibujos componen la exposici¨®n de Amadeo Gabino que ayer se inaugur¨® en la madrile?a galer¨ªa Rayuela. El artista considera que estas obras no representan ruptura alguna con sus creaciones anteriores.
Las primeras lecciones de arte las recibi¨® Amadeo Gabino en el estudio de su padre, tambi¨¦n escultor, y en la Escuela de Bellas Artes de Valencia. Sin embargo, el contacto con la vanguardia de mediados de siglo estuvo estrechamente unido a su incansable vocaci¨®n viajera. En Italia conoce a Marino Marini y Carlo Carr¨¢; m¨¢s tarde, a Lucio Fontana y Max Ernst. En Nueva York, a Archipenko y Calder. Y se siente sobrecogido al contemplar una obra de Julio Gonz¨¢lez, en Amsterdam. El escultor retorna luego a su luz propia, que ser¨¢, como indica Z¨®bel, la verdadera materia de Amadeo Gabino: ?Brillo contra sombra, siempre cambiante ?Lo que no cambia es la actitud cimental: ?Mis ¨²ltimos trabajos siguen siendo fieles a mis primeros prop¨®sitos de humanizar la materia, de extraer de ella sus vibraciones m¨¢s cordiales y menos agresivas. Por eso me interesa convivir con los materiales desde el comienzo. Yo los observo en el almac¨¦n, los compro, los meto en mi coche, me los llevo al estudio e inicio mi di¨¢logo manual con ellos. Necesito esa especie de precalentamiento. Una obra no me sale tan bien cuando pido los materiales por tel¨¦fono. Es un pr¨®logo hostil qu¨¦ yo detesto?.
Mientras coloca los dibujos en la pared, Amadeo Gabino subraya que hay en ¨¦stos el esquema o la ida de su obra escult¨®rica, aunque nunca los emplee para tal fin, pues prefiere trabajar las esculturas a partir solamente de bocetos mentales. Los collages se aproximan en mayor medida a la escultura, aunque con una respiraci¨®n m¨¢s fresca, ?gracias a que el metal es reemplazado por el cart¨®n y el papel?.
Ve, en fin, Sabino toda su obra como un bosque del esp¨ªritu, como ¨¢rboles artificiales que desean dar albergue a todos los caminantes. Planta y poda esa arboleda con cuantos medios halla a su alcance: ?Hay que retener Las ense?anzas cl¨¢sicas y, a la par, no rechazar la moderna tecnolog¨ªa. Hay incluso que lograr una obra que no sea de manera tajante ni cuadro ni escultura. Yo estoy a favor de la f¨¦rtil hibridez. Las viejas generaciones, m¨¢s dogm¨¢ticas, no aceptan estos planteamientos. Pero yo conf¨ªo en los ni?os de presente, sobre todo cuando los maestros se atrevan a ense?arles que el arte es tan importante como las matem¨¢ticas?.
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