El tonto ¨²til

El p¨¦simo cine espa?ol de hace a?os parece hoy mejor que entonces. Gana con el tiempo. Y es que las malas pel¨ªculas espa?olas de hoy son peores. Tanto que es muy dif¨ªcil imaginar que vuelva. a producirse el mismo cielo, y lo que hoy nos parece espantoso llegue alg¨²n d¨ªa a resultarnos mejor. Eso s¨®lo podr¨ªa ocurrir si el mal cine espa?ol del futuro se degradara m¨¢s que el presente. M¨¢s que dif¨ªcil, parece imposible.?Qu¨¦ verde era mi duque! es un buen ejemplo de ello. Inspir¨¢ndose en una digna pel¨ªcula anterior de Forqu¨¦, El monumento (1970), ha repetido ahora s¨®lo la parte m¨¢s astracanesca de aqu¨¦lla, abaratando las intenciones, reduci¨¦ndolo todo a un foll¨®n circense sin gracia.

Pero no hay que enga?arse; estas pel¨ªculas espa?olas no pretenden tanto interesar al espectador como permitir a las distribuidoras cumplir la ley que les obliga a disponer de cine espa?ol para importar al extranjero.

Son impuestos en forma de pel¨ªculas. Las multinacionales (que no son tontas, como casi todo el mundo sabe) han descubierto que pueden cumplir escrupulosamente esa ley promocionando unas pel¨ªculas espa?olas que no interesen a nadie, realizadas con cuatro duros, en escasas semanas de rodaje y con actores eficaces que no obliguen a hacer m¨¢s toma de la necesaria.

Pel¨ªculas superbaratas -que se coproducen, adem¨¢s, con M¨¦xico, para que la inversi¨®n acabe siendo rid¨ªcula-, que desprestigian el cine espa?ol ante los espa?oles, para que todos pensemos que ciaalquier ley que proteja pel¨ªculas, como ¨¦sta no tiene sentido alguno.

Para hacerse una idea del asunto hay que tener en cuenta que el cine Palafox, donde se ha estrenado ?Qu¨¦ verde era mi duque!, ha tenido que retirar de cartel Lo que el viento se llev¨®, que volver¨¢ una vez que se cumpla el plazo de cine espa?ol previsto por la ley. ?No es maravilloso? Cuanto peor sea el cine espa?ol que se exhiba, m¨¢s partidarios habr¨¢ de que s¨®lo se proyecten pel¨ªculas americanas.