Dialogar y negociar p¨²blicamente
Algunos compa?eros del Partido Socialista de Euskadi suponen que estaba poco menos que drogado o amenazado cuando tom¨¦ la decisi¨®n de escribir la carta al director de EL PA?S el d¨ªa 22 de noviembre. Yo les preguntar¨ªa a ¨¦stos y todos los compa?eros que se han echado las manos a la cabeza y me obligaron a dimitir del cargo pol¨ªtico que ten¨ªa en el partido: ?tan malo es negociar, dialogar, discutir p¨²blicamente, cuando hemos sufrido toda la historia de un consenso con UCD?Cuando la responsabilidad pol¨ªtica que se tiene se utiliza y se utiliza bien desde la izquierda hay que sopesar cada paso con la mayor cantidad de criterios posibles y dando respuestas claras y p¨²blicas.
Estamos en Euskadi viviendo una situaci¨®n concreta y grave, queremos que esta situaci¨®n cambie a favor de todos los que vivimos, somos y trabajamos en el Pa¨ªs Vasco. Bueno, pues, esta verdad tan simple me hace pensar que una v¨ªa posible de arreglo que tanto el PNV (partido en el Gobierno, y que de acuerdo con otras opiniones parece querer sacar el mejor partido, y me temo que no para el Pa¨ªs Vasco), como el PSE-PSOE, el PCE y EE, tienen el deber de abrir los cauces necesarios para que sea posible la paz en este pa¨ªs. Y esta paz no se logra con la creaci¨®n de un frente, pues frentes tendremos que hacer para todo.
Estos partidos que se rasgan los vestidos cuando unos trabajadores hartos de negociar y luchar durante meses toman el Parlamento o hacen huelga de hambre; estos mismos partidos que, cuando se discuti¨® la ley de Financiaci¨®n de Centros Docentes no quisieron o no pudieron sensibilizar al pueblo para que se entere este Gobierno del robo que supone, cuando no hay escuelas y las que hay no sirven, la subvenci¨®n a colegios privados, en fin, estos partidos que tienen que aceptar una partida, dentro del presupuesto del Estado de 8.000 millones de pesetas para la Iglesia, cuando hay 1.500.000 parados, estos partidos que aprueban una ley llamada de suspensi¨®n de derechos fundamentales, cuyos resultados nos acaban de llegar a trav¨¦s de Amnist¨ªa Internacional, estos partidos de izquierda no quieren o no pueden crear los frentes que s¨ª necesitamos: frentes para luchar contra el paro, la corrupci¨®n, por la libertad absoluta de expresi¨®n, porque el divorcio y el aborto sean un derecho etc¨¦tera.
De un frente para la paz a un frente para la guerra
Esto s¨ª ser¨ªa un frente para la paz y un frente como el que se pretende crear se puede convertir en un frente para la guerra, y como muestra ah¨ª tenemos el caso de Bayona. El fascismo es un hecho y ahora estos grupos fascistas ver¨¢n que no caer¨¢ tan mal una bomba de vez en vez y en cualquier sitio.
ETA sigue pidiendo la misma independencia que cuando ve¨ªamos con buenos ojos su existencia. La diferencia, que para m¨ª es sustancial, es que apoyando a Herri Batasuna como coalici¨®n que se presenta a las elecciones, da un primer paso; ahora el trabajo pol¨ªtico de todos los grupos parlamentarios consiste en hacerles sentar en una mesa para discutir sobre las contradicciones que sufre nuestro pa¨ªs. Y este es nuestro espectro pol¨ªtico: el PNV, que gobierna desde la derecha, y los partidos pol¨ªticos que hacen de oposici¨®n, pero frente a esto est¨¢ el planteamiento de Herri Batasuna, que a su vez es la segunda fuerza pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco, y ¨¦sta deber¨ªa ser, a mi juicio, la hip¨®tesis de trabajo: crear las condiciones para que se d¨¦ la posibilidad del di¨¢logo en el Pa¨ªs Vasco.
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