El Festival 2000 pide el regreso a la utop¨ªa
Entonar un r¨¦quiem por las pasadas d¨¦cadas y enterrarlas definitivamente con sus aires de nostalgia para empezar a escribir la historia propia de los ochenta, hacer surgir un concepto de cultura abierto a todas las propuestas ut¨®picas imaginables, dar paso libre a la magia. Estos prop¨®sitos y muchos m¨¢s han animado a los organizadores del Festival 2000, colectivo de j¨®venes periodistas que hace la revista El Mago, que, con el patrocinio de la Comisi¨®n de Juventud del Ayuntamiento de Madrid, ha montado en el teatro Mart¨ªn cinco d¨ªas de m¨²sica, cine, teatro, danza, ilusionismo, arte, conferencias y coloquios, que terminaron ayer con una apote¨®sica sesi¨®n final.
La revista "El Mago"
?El Festival 2000 no ha pretendido ser una demostraci¨®n de cultura marginal, sino un reflejo de lo que queremos hacer con la revista El Mago?, explica uno de los organizadores del festival. Dar cauce al resurgir de la utop¨ªa asentada sobre los pilares de lo posible, a la aventura, a lo desconocido, y dar al artista la opci¨®n de optimismo que le corresponde en estos tiempos de crisis y derrotismo, como dir¨ªa Jodorowski. Tal es el principio que inspira la magia de este mago que, sombrero en mano, nos saluda a la entrada del Festival 2000.
Todas las edades
?Un mes y medio llevamos trabajando en preparar el festival, y no hemos tenido ning¨²n fallo de organizaci¨®n. En cuanto al p¨²blico, ha venido menos del que esper¨¢bamos, porque estos d¨ªas se han dado en Madrid muchos conciertos y espect¨¢culos de toda ¨ªndole; pero no podemos quejarnos. Ha venido gente de todo tipo, j¨®venes de quince a?os a los espect¨¢culos musicales de la New wave y gente de otras generaciones a las muestras de cine o de teatro?.El concierto rom¨¢ntico-gal¨¢ctico del s¨¢bado pasado, con Pau Riba y sus muchachos y La Rom¨¢ntica Banda Local como invitados estelares, fue, sin duda, la jornada m¨¢s gloriosa del festival. Pau Riba present¨® su nuevo elep¨¦, montando una historia peculiar en el escenario a base de juego de luces, velas y otras deliciosas magias, y se logr¨® crear un ambiente suave, armonioso y de plena participaci¨®n, del que todo el p¨²blico pudo disfrutar.
Babelia
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