Mahonesa cortada

En 1974, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n public¨® un libro brillante, Cuestiones marxistas ya hab¨ªa escrito Cr¨®nica sentimental de Espa?a, Una educaci¨®n sentimental y Manifiesto subnormal. Eran como un pisicoan¨¢lisis, como un autoan¨¢lisis en el que simultaneaba un inmenso almac¨¦n de formas culturales de todas clases, sin renunciar a las contradicciones que hubiera encontrado un esp¨ªritu pacato (incluyendo en la clasificaci¨®n de esp¨ªritus pacatos a grandes pensadores y fil¨®sofos). Sin renunciar a nada, V¨¢zquez Montalb¨¢n buscaba y encontraba una especie de sincretismo de todas sus adoraciones. Muchas veces, por v¨ªas ling¨¹¨ªsticas, como en el superrealismo o como en alguna tradici¨®n espa?ola. La de encontrar a los hermanos Marx, y sobre todo a Groucho (?el m¨¢s marx de los hermanos Marx?) en Carlos Marx y en la Ideolog¨ªa alemana no es el m¨¢s sorprendente de esos hallazgos. Con esos libros y algunos otros, con toda su labor posterior, V¨¢zquez Montalb¨¢n ha sostenido esa fidelidad, ha logrado lo que muy pocos escritores consiguen: que el lenguaje fuese suyo y no alienado, que la expresi¨®n se adecuase a su pensamiento.Sobre Cuestiones marxistas y algunos otros escritos de V¨¢zquez Montalb¨¢n el grupo T¨¢bano ha montado un espect¨¢culo, con el t¨ªtulo de Se vive solamente una vez. No funciona. Es una mahonesa que no liga: se corta a cada paso. Un espect¨¢culo formado con retazos, con forma de collage o con ?material de descombro?, como dicen -dec¨ªan- los estructuralistas, es un enorme riesgo T¨¢bano ha ca¨ªdo en esos riesgos, y su excelente intenci¨®n de crear un ?cabar¨¦ literario latino?, la introducci¨®n en la subcultura o la ?investigaci¨®n de un material textual?, como dicen en el programa, no aparece en el escenario. No hay ritmo, no hay tensi¨®n; los texto son muy dif¨ªciles de decir, la concatenizaci¨®n de escenas no se produce y en la interpretaci¨®n se percibe m¨¢s el esfuerzo que la consecuci¨®n. El tiempo se alarga, y las canciones incrustadas no levantan el espect¨¢culo del tir¨®n de la fuerza de gravedad que se lo lleva hacia abajo. Ni la calidad literaria de V¨¢zquez Montalb¨¢n ni el largo trabajo de T¨¢bano en su lucha por conseguir otro teatro est¨¢n presentes en este espect¨¢culo; debe suplirles la simpat¨ªa, el deseo del espectador de encontrar lo que ¨¦l mismo lleva a la sala.