Lo natural de lo sobrenatural
El ?m¨¢s all¨¢? estar¨ªa m¨¢s ac¨¢ si acostumbrara manifestarse a la luz del d¨ªa. Sin embargo, desde los misterios romanos hasta el reci¨¦n olvidado espiritismo, las fuerzas sobrenaturales gustan de los lugares rec¨®nditos, viejas mansiones, bosques tenebrosos y, en lo que se refiere a Televisi¨®n Espa?ola, de exegetas con barba, voz opaca y collares. En realidad, desde que el mundo es mundo, las cosas en tal sentido han cambiado bien poco. Brujas, adivinos, pitonisas, magos, cuando no doctores, intentan revelarnos los poderes de un mundo en que se mezclan lo comercial y lo desconocido.
Los vivos y los muertos
El resplandor
Direcci¨®n: Stanley Kubrick. Gui¨®n de Stanley Kubricky Diane Johnson. Basado en la novela de Stephen King. Int¨¦rpretes: Jack Nicholson, Shelley Duval, Scatman Crothers, Danny Lloyd. Estados Unidos. Terror. 1980. Estreno en Gayarre, Paz y Torre de Madrid, en versi¨®n original.
Este af¨¢n por conjugar vivos y, muertos ha dado en arte y, sobre todo, en literatura, frutos m¨¢s o menos aceptables seg¨²n cada escritor y g¨¦nero. De la comedia al drama, donde m¨¢s c¨®modo se encuentra el m¨¢s all¨¢ es en las historias de terror, que cuentan con ejemplos excelentes.El mismo Kubrick reconoce su especial inter¨¦s por la novela a la hora de realizar sus pel¨ªculas. Muchas de ellas nacieron de adaptaciones, sobre todo en los ¨²ltimos tiempos. No es preciso recordar sino Lolita, Barry LynIon o 2001. Esta tambi¨¦n procede de un libro, pero sucede que, seg¨²n el realizador, ha ido avanzando en su carrera, su elecci¨®n, condicionada por el p¨²blico, ha ido perdiendo altura de modo evidente.
Afirma Kubrick que el misterio es m¨¢s poderoso en el arte que en la vida. Cuesti¨®n dif¨ªcil esta de separar una del otro como si el cine fuera algo ajeno al hombre, pero de un modo u otro la pantalla por ser tan objetiva, nos muestra lo que ve cualquiera, en ella juega menos la imaginaci¨®n del espectador que la pura fantas¨ªa subjetiva.
Stephen King no es Poe, evidentemente: sus relatos aportan poco a la imaginaci¨®n, m¨¢s a¨²n transformados en gui¨®n. Recortados, concretos, intentan presentamos de modo natural lo sobrenatural: en este caso la presencia entre nosotros de seres ya desaparecidos, en un hotel cerrado, aislado durante, todo un invierno.
Avalanchas de sangre
Los esfuerzos de Kubrick por conjugar fantas¨ªa y realidad se resuelvan demasiado a menudo en escenas un tanto manidas de ni?o perseguido, mujer amenazada, efectos sonoros y avalanchas de sangre. Incluso los actores, empezando por Nicholson, navegan entre la angustia y lo grotesco. Si a ello se a?ade un doblaje desafortunado en el que a veces gesto y voz no se corresponden, el resultado viene a ser un trabajo calculado en exceso, distante, que produce reacciones imprevistas en los momentos clave de la obra. Tanto es as¨ª que el espectador puede gozar de la excelencia de una buena realizaci¨®n, una precisa ambientaci¨®n y una m¨²sica que desde Bela Bartok va hasta el socorrido Penderecki.Todo ello hasta llegar al doble final feliz que deja a los vivos en el mundo de los vivos y al m¨¢s all¨¢ en su tiempo sin edad, aut¨¦ntica morada de los muertos.
Babelia
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