Nochebuena triste para 14 familias de San Blas
Las catorce familias que desde hace casi un mes viven a la intemperie en un solar de la avenida de Guadalajara, en San Blas, dependen para su subsistencia exclusivamente de las ayudas a nivel personal de los vecinos de la zona, que se est¨¢n portando muy bien con ellos. Los organismos oficiales los ignoran completamente. En unas fechas en las que los sentimientos de hermandad y solidaridad se exhiben machaconamente en mensajes y felicitaciones de todo tipo, la ¨²nica ayuda oficial que han recibido son dos mantas de la Cruz Roja. Sin embargo, la Nochebuena decidieron pasarla alegremente. Hoy, viernes, volver¨¢n a su deambular por los organismos oficiales, pero la noche del mi¨¦rcoles al jueves encendieron una gran hoguera, adornaron un ¨¢rbol navide?o, obsequio de otro vecino, y rompieron una pandereta de tanto cantar villancicos.
Las catorce familias ocuparon en su d¨ªa las viviendas prefabricadas de construcci¨®n oficial situadas enfrente del solar donde est¨¢n ahora, pero fueron desalojadas por la polic¨ªa. Desde entonces, dos, tres o cuatro coches-patrulla, seg¨²n la hora, les vigilan constantemente para impedir que intenten ocuparlas de nuevo. Al margen de las condiciones de vida en que se desenvuelven, que no pueden ser peores, tal vez lo m¨¢s desmoralizador sea precisamente la desesperaci¨®n que produce el saberse ignorados por aquellas instituciones encargadas de asegurar dos derechos b¨¢sicos recogidos en la Constituci¨®n: el de tener un puesto de trabajo y una vivienda.De todos ellos, s¨®lo uno, Rafael Molina, trabaja en los talleres de la revista Diez Minutos. Otros dos, de raza gitana, se dedican a la venta ambulante, y dos m¨¢s cobran el seguro de desempleo. Los restantes nueve no tienen ingresos de ning¨²n tipo. Los diez o doce primeros d¨ªas que pasaron en el solar fueron terribles. Coincidieron con la ola de fr¨ªo que se cerni¨® sobre toda Espa?a y que en Madrid hizo bajarla temperatura a siete grados bajo cero durante las noches. Esos d¨ªas durmieron a la intemperie, Varios ni?os y una de las mujeres tuvieron que ingresar en hospitales, aquejados de bronquitis agudas y pulmon¨ªas. A¨²n hoy la mitad del campamento padece resfriados, gripes y afecciones diversas.
Manifestaci¨®n de solidaridad
S¨®lo los vecinos se han molestado en preocuparse por su situaci¨®n y ayudarles en lo que pueden. El pasado domingo, unas cuatrocientas personas acudieron a una manifestaci¨®n de solidaridad. Una mujer, que no quiso dar su nombre, les regal¨® una tienda de campa?a que vale 58.000 pesetas. Un hombre, que tambi¨¦n prefiri¨® el anonimato, les dio otras 50.000 pesetas de su bolsillo. En la manifestaci¨®n se recogieron 16.000 pesetas m¨¢s, y continuamente les llegan paquetes de comida, arroz, turr¨®n, caf¨¦, vino, pastas, latas de conserva, etc¨¦tera. Gracias a eso, las catorce familias pasan ahora las noches en seis tiendas de campa?a, tienen para comer y los ni?os m¨¢s peque?os duermen en casas cercanas.Del Ayuntamiento lo ¨²nico que han conseguido es la promesa de que Enrique Tierno Galv¨¢n les recibir¨¢ en una fecha a¨²n no fijada, aunque, de entrada, hay que esperar a que pasen las fiestas. El concejal del distrito, Mariano L¨®pez Sanrom¨¢n, se muestra impotente ante el problema y les remite al de legado provincial de la vivienda, quien, a su vez, les promete tambi¨¦n que tal vez consiga una vivienda -dicho en un tono que no se lo cree nadie-, y les devuelve al Ayuntamiento. Una posible soluci¨®n ser¨ªa que se alojaran provisionalmente en un centro social cercano que depende del Ministerio del Interior, pero el Gobierno Civil les indic¨® que eso era imposible, puesto que impedir¨ªan el desarrollo de las actividades normales del centro, actividades que, seg¨²n dicen los afectados, son m¨ªnimas.
Por ahora no han obtenido del Ayuntamiento ni un enganche de luz. Ni siquiera el presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de San Blas, Antonio Villanueva, ha accedido a ayudarles. Y para colmo, seg¨²n palabras de uno de ellos, Alonso Puerta, segundo teniente de alcalde, les hizo una visita y poco menos que les dijo que todo aquello era un montaje y que estaban atacando a los ayuntamientos de izquierda.
Lo que ellos dicen es que ni las izquierdas ni las derechas se han preocupado por su suerte, y que estar¨¢n all¨ª hasta que consigan acceder a una vivienda.
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