El canon farmac¨¦utico

( ... ) Los farmac¨¦uticos, como reconocen la mayor¨ªa de los titulares de despachos de Madrid, cumplen un servicio p¨²blico, est¨¢n inmersos dentro de una tradici¨®n de asistencia y no pueden romperla, casi caprichosamente, variando las normas de atenci¨®n, en virtud de discutibles e interpretables legalismos. No corren tiempos para reivindicaciones econ¨®micas que no sean absolutamente indispensables y justificables, y el citado ?canon? no participa de uno ni del otro extremo. Arguyen los dirigentes farmac¨¦uticos que sus colegas en turno de guardia, especialmente nocturna, no est¨¢n para ?atender caprichos? -estas palabras han sido as¨ª pronunciadas en una intervenci¨®n radiof¨®nica- de clientes, sino para cumplimentar exclusivamente recetas de urgencia, necesidades de vida o muerte dictaminadas tras una visita m¨¦dica.Resulta dif¨ªcil entender que haya nadie que a altas horas de la madrugada se dirija a una farmacia, despierte al farmac¨¦utico -o a su mancebo, que para el despacho tanto monta- y compre un art¨ªculo de los que forman el arsenal terap¨¦utico-comercial del establecimiento ?para divertirse?. (...)

3 de enero