Una vida para la paz
En 1936, Gandhi bautiz¨® a Lanza del Vasto con el nombre por el que le conocen sus disc¨ªpulos y seguidores: Shantidas. En aquel viaje a India, un hombre nacido italiano, profundamente religioso, sumido en la crisis vital que tocaba los cimiento de su ideolog¨ªa y de su concepci¨®n del mundo, volv¨ªa convertido en ?el ap¨®stol de la paz y la no violencia?. Eran palabras del propio Gandhi, al que Lanza del Vasto considerar¨ªa un maestro durante toda su vida.Shantidas, Giuseppe Lanza di Trabia-Branciforte, naci¨® con el siglo en el seno de una antigua familia siciliana que dec¨ªa contar entre sus ancestros con emperadores de Occidente y reyes normandos. De nacionalidad italiana, realiz¨® sus primeros estudios en Par¨ªs, en el Lic¨¦e Condorcet, y m¨¢s tarde, en las universidades de Florencia y Pisa, donde se doctor¨® en Filosof¨ªa.
La crisis espiritual que har¨¢ de ¨¦l un particular escritor, mesi¨¢nico y po¨¦tico. fundador de ¨®rdenes religiosas y luchador civil no violento, se abrir¨ªa poco despu¨¦s, en 1926. De acuerdo con las corrientes irracionalistas de la ¨¦poca, Lanza del Vasto estaba convencido de que ?toda la ciencia del mundo y toda la filosof¨ªa son incapaces de dar rendida cuenta de la existencia de una mosca?. Y esta particular fisura entre! la vida y el conocimiento, clue le obligar¨¢ a la escala m¨ªstica, pero que le turba profundamente, va a terminar cuando, diez a?os m¨¢s tarde, en busca de la sabidur¨ªa oriental, peregrine a India y conozca all¨ª al mahatma Gandhi. Poco despu¨¦s narrar¨ªa el viaje y la experiencia en su libro Peregrinaci¨®n a las fuentes.
La Orden del Arca
El que volvi¨® era otro, como exige todo bautismo. Y ya en Europa empezar¨ªa a escribir y a madurar sus teor¨ªas, al tiempo que su misma expresi¨®n acced¨ªa a un acento prof¨¦tico y profundamente po¨¦tico. En 1948, a?o en que se cas¨® con Simone- Gebelin, fund¨® en Francia la Orden del Arca; el arca de No¨¦, naturalmente, personaje al que hab¨ªa estudiado en un libro -No¨¦-, y que representaba la comunidad de salvaci¨®n por la vuelta a la vida primitiva, a la ruralidad y el trabajo manual.Lanza del Vasto, que cre¨® estas nuevas comunas, ins¨®litas en Occidente, cuando el cansancio de la segunda guerra mundial podr¨ªa servir como fermento de reflexi¨®n, tras la inmediata primera cat¨¢strofe nuclear en Jap¨®n, habr¨ªa de esperar a los a?os sesenta para que otra guerra, esta vez lejana -Vietnam- fuera el campo de cultivo de una pujante importaci¨®n de esa nuevas ideas. En la corriente orientalista y m¨ªstica -de esa d¨¦cada en todo el mundo occidental de la que quedan los importantes mo vimleiitos civiles de objetores y ecologistas, entre otros- tuvo mucho que ver Lanza del Vasto, y su libros -Las cuatro plagas, Judas T¨¦cnicas de la no violencia, Vinobo o la nueva peregrinaci¨®n, La aventura de la no violencia, La trinida espiritual, entre otros muchos consuguieron numerosas ediciones en todas las lenguas, y particularmente, en castellano, lengua a la que fue traducido en Am¨¦rica Latina.
Por su parte, las granjas de arca de No¨¦ se multiplicaron tambi¨¦n. En los ¨²ltimos a?os, Shantidas ten¨ªa que mostrar infinita cautela, huir casi de presuntos seguidores. En un trabajo de fundaci¨®n estaba, en Espa?a, cuando alcanza la muerte, cumplidos ya los ochenta a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.