Un grupo de la izquierda socialdem¨®crata ataca frontalmente la pol¨ªtica del Gobierno alem¨¢n
La discusi¨®n de los Presupuestos Generales del Estado en el Parlamento de la Rep¨²blica Federal de Alemania (Bundestag) ha desencadenado indirectamente una grave crisis interna en el Partido Social Dem¨®crata (SPD). Quiz¨¢ la m¨¢s seria que ha sacudido interiormente a esta formaci¨®n pol¨ªtica, en el poder desde hace una d¨¦cada, desde que la socialdemocracia alemana opt¨®, en noviembre de 1959, por abjurar de su anterior car¨¢cter de partido de clase.A simple vista nada tienen que ver los presupuestos para 1981 y el programa de Bad Godesberg, sin embargo, un sector del SPD ha puesto en marcha una campa?a destinada a desvincular a su partido de una serie de intereses, a su juicio, incompatibles con un SPD realmente social y democr¨¢tico.
La semana cr¨ªtica se abri¨®, el pasado lunes, con una reuni¨®n del grupo parlamentario socialdem¨®crata para discutir, durante tres horas, la postura del ala izquierda de la misma, contraria a un incremento del presupuesto de defensa. Treinta y siete diputados, de los 228 con que cuenta el SPD en el Parlamento, votaron en favor de una reducci¨®n de este presupuesto en mil millones de marcos, que deber¨ªan destinarse a la ayuda de los pa¨ªses, subdesarrollados.
Al final, el conflicto qued¨® atenuado con el compromiso de insistir el partido en una mejor dotaci¨®n de los programas de ayuda al desarrollo. Pero un grupo de la izquierda socialdem¨®crata se ha lanzado abiertamente a una postura de cr¨ªtica directa contra la pol¨ªtica del Gobierno. La divulgaci¨®n anticipada de un art¨ªculo del diputado Karl-Heinz Hansen, que aparecer¨¢ en febrero en la revista Konkret, ha sacudido al SPD desde la base hasta el canciller Chamidt.
Hansen califica de ?cinismo pragm¨¢tico? la postura del ?vicepresidente del SPD, alias Helmut Schmidt? y define como ?cerdada pol¨ªtica?; literalmente, la pol¨ªtica social que desarrolla el Gobierno social-liberal. El pr¨®ximo lunes, el partido decidir¨¢ si Hansen puede o no continuar en ¨¦l. Lo que significar¨ªa que, de ser expulsado de sus filas, el Bundestag contar¨ªa de nuevo con un diputado ?aut¨®nomo?, nada c¨®modo para el partido al que a¨²n pertenece.
Pero Hansen no est¨¢ solo. Del grupo de los 37 adversarios del aumento del presupuesto de defensa, al menos dos, Manfred Coppik y Klaus Thuesing, se solidarizaron ya ayer mismo con la postura de su compa?ero Hansen. Su postura incluye una cr¨ªtica global al partido y un llamamiento a formar bloque contra algunas decisiones concretas del Gobierno, que ellos consideran ?incompatibles? con una ¨¦tica social. Por ejemplo, el establecimiento de los cohetes de mediano alcance en suelo alem¨¢n, sobre todo cuando Estados Unidos no parece dispuesto a ratificar los acuerdos SALT II. Otro ejemplo, la venta de carros de combate a Arabia Saud¨ª y de submarinos a Chile.
La directiva del SPD sabe que el grupo de ?disidentes? puede ampliarse considerablemente, porque en ¨¦l, por ejemplo, no figuran otros parlamentarios j¨®venes con notoria capacidad cr¨ªtica, como el experto en cuestiones de desarrollo Uwe Holtz, ni el antiguo jefe juso (juventudes socialdem¨®cratas) Wolfgang Roth, entre otros.
El SPD ha reaccionado r¨¢pidamente sobre la venta de armas a Arabia Saud¨ª y el jefe del grupo parlamentario, Herbert Wehner, declar¨® que no cre¨ªa que este proyecto lograse el respaldo de la fracci¨®n socialdem¨®crata, lo que equivale a decir que Helmut Schmidt se quedar¨ªa solo ante el partido, aunque contase con el respaldo liberal.
"No se gobierna"
En cuanto a la cr¨ªtica de la izquierda contra el acuerdo relativo a la instalaci¨®n de los misiles de mediano alcance, Egon Bahr, secretario general. dimisionario del SPD, dijo ayer en la radio que ?la discusi¨®n sobre este punto es plenamente comprensible?, lo que tambi¨¦n indicar¨ªa una postura ya diferente a la de los liberales sobre el ?doble acuerdo? de diciembre de 1979, adoptado por la OTAN.
Estos d¨ªas, el jefe de la Democracia Cristiana, Helmut Kohl, ha dicho que ahora en la RFA ?no se gobierna, sino que se administra, y mal?. Sin entrar a matizar tal observaci¨®n, lo cierto es que la carreta que mueve la coalici¨®n social-liberal va frenada. Los socialdem¨®cratas son presionados por los liberales para que reduzcan a¨²n m¨¢s el gasto p¨²blico, mientras que los liberales han vuelto a bloquear la soluci¨®n del problema n¨²mero uno desde la perspectiva sindical el de la cogesti¨®n empresarial del sector metal¨²rgico, en peligro de desaparici¨®n.
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