El Madrid hizo feliz al Sp¨®rting
Un Madrid con fallos en todas sus l¨ªneas y en el banquillo, hizo feliz el domingo al Sp¨®rting, que llevaba a?os suspirando por una revancha como la que por fin ha podido tomarse. En el primer tiempo, el Sp¨®rting fue simplemente superior y consigui¨® un gol; en el segundo, el Madrid se abri¨® temerariamente, dej¨® un boquete en la zona izquierda de su defensa y el Sp¨®rting jug¨® a placer.Como suele hacer en los partidos de compromiso, Boskov coloc¨® a Stielike como l¨ªbero, y, como suele ocurrir en estos casos, el Madrid perdi¨® mucha fuerza en la l¨ªnea media y no gan¨® ninguna seguridad en la defensa. La media fue, desde el primer minuto, del Sp¨®rting, cuyos jugadores desplegaban m¨¢s fuerza, acierto y apoyo que los del Madrid. A los hombres de esta zona, Joaqu¨ªn, Mesa, Ciriaco y Ur¨ªa, se un¨ªa con frecuencia Jim¨¦nez (Redondo pasaba entonces a ocuparse de Santillana) y el bloque madridista, compuesto por Angel, Gallego, Del Bosque y Portugal (Garc¨ªa Cort¨¦s cuidaba la zona izquierda de la defensa, sin marcaje concreto), se ve¨ªa desbordado. Cuando el Madrid tomaba el bal¨®n, progresaba lentamente, con grandes dificultades, y, en el mejor de los casos el avance se perd¨ªa cuando llegaba a Portugal (que buscaba bien el desmarque y hac¨ªa un encomiable esfuerzo por llegar arriba, pero fallaba en el manejo del bal¨®n) o a Juanito, que hizo lo que casi siempre, es decir, nada.
Por parte del Sp¨®rting, la esperanza de gol estaba tanto en las llegadas de alg¨²n hombre de la media como en la facilidad de desmarque de Abel o en los desbordes de Ferrero. Este mantuvo un gran duelo con Camacho durante la primera parte, con saldo equilibrado. Los enfrentamientos entre estos dos hombres y entre Angel y Ur¨ªa, que tuvieron sus m¨¢s y sus menos, sirvieron para entretener al p¨²blico de El Molin¨®n a la espera del gol, que se ve¨ªa venir por la superioridad de los locales. Ya hab¨ªa fallado Mesa un gol tras espl¨¦ndida devoluci¨®n de Abel, cuando ¨¦ste caz¨® un centro de Ur¨ªa y en cabezazo forzado marc¨® el primer gol.
Desde entonces al descanso (quedaban diez minutos) mand¨® el Madrid. Fue su ¨²nica fase de buen juego. El Sp¨®rting se arrug¨®, quiz¨¢ por lo acostumbrado que est¨¢ a fracasar ante el Madrid, y las subidas de Stielike al ataque arrastraron hacia arriba a Garc¨ªa Cort¨¦s a toda la media. Pero, como siempre, el Madrid careci¨® de delantera y de remate. En cualquier caso, diez minutos eran muy poco tiempo para alcanzar alg¨²n gol.
En la segunda mitad entr¨® Garc¨ªa Hern¨¢ndez en sustituci¨®n del poco ¨²til Portugal. Aunque en principio enlaz¨® bien con Del Bosque, poco a poco se fue diluyendo y no consigui¨® situarse nunca en posici¨®n de disparo. Espoleado por la derrota del Atl¨¦tico ante el Betis, que en el simult¨¢neo ya se ve¨ªa como irreversible, Boskov cometi¨® otro error, traslad¨® a Garc¨ªa Cort¨¦s a la derecha, sobre Ferrero, y adelant¨® a Camacho para hacer funciones casi de extremo izquierdo. Ferrero se vio m¨¢s desenvuelto ante Garc¨ªa Cort¨¦s y con sus correr¨ªas encendi¨® de nuevo al equipo y al p¨²blico. Pero no era ¨¦l quien estaba llamado a decidir el partido, sino el boquete que la defensa del Madrid ofreci¨® por el otro lado. Con Garc¨ªa Hern¨¢ndez, Del Bosque y Gallego incapaces de contener, y con esa v¨ªa de agua descubierta, el Sp¨®rting se transform¨® en una tormenta. Ferrero pon¨ªa los rayos y los dem¨¢s eran el granizo. En seis minutos cayeron tres goles, los tres elaborados por la banda derecha, y a punto estuvo de caer alguno m¨¢s. El Madrid ni siquiera se molest¨® en cerrar el agujero. El chaparr¨®n escamp¨® simplemente porque el Sp¨®rting par¨® para respirar, mientras sus hinchas se pellizcaban y se frotaban los ojos. La goleada marca quiz¨¢ el punto m¨¢s bajo del Madrid en la temporada y permite ya dudar de si alcanzar¨¢ alguno de los puestos de clasificaci¨®n para la Copa de la UEFA.
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