Valle de los Ancares: 734 habitantes con caracter¨ªsticas ¨¦tnicas ¨²nicas en Espa?a
El aislamiento a que ha estado sometido el Valle de los Ancares leoneses, en el l¨ªmite con las provincias de Asturias y Lugo, donde no se ha producido ning¨²n tipo de movimiento inmigratorio al meno5; desde el siglo VIII, ha dado lugar a la formaci¨®n de un subgrupo ¨¦tnico de caracter¨ªsticas quiz¨¢ ¨²nicas en Espa?a, seg¨²n un estudio antropol¨®gico realizado por personal de la Universidad de Le¨®n y recogido en una tesis doctoral de cerca de 600 p¨¢ginas por la doctora Humildad Rodr¨ªguez Otero. Los Ancares puede ser en estos momentos la ¨²nica comarca espa?ola cuya poblaci¨®n ha evolucionado, sin mezclarse siquiera con los habitantes de los valles vecinos, en condiciones de vida que todav¨ªa hoy no difieren sustancialmente de las de hace mil a?os.
La autora de la Antropolog¨ªa de los Ancares leoneses se?ala que fueron necesarios cuatro a?os para elaborar el estudio, debido a la ausencia casi total de bibliograf¨ªa sobre esta comarca, que linda por el Norte con los valles habitados por los vaqueiros de Asturias, otra comunidad cerrada que ser¨¢ objeto de un estudio similar por la Universidad de Oviedo. Seg¨²n Humildad Rodr¨ªguez, lo m¨¢s sorprendente de los Ancares, desde una perspectiva antropol¨®gica, es la ausencia de los grupos sangu¨ªneos B y AEI entre sus habitantes por una serie de factores que han modificado a le, largo de los elevados ¨ªndices de consanguinici¨®n, todo lo cual constituye un hecho excepcional y desconocido hasta ahora en Espa?a, donde s¨®lo en algunas zonas del Pa¨ªs Vasco se hab¨ªan detectado, d¨¦cadas atr¨¢s, porcentajes muy bajos de estos grupos sangu¨ªneos, pero nunca su ausencia total.La poblaci¨®n, seg¨²n los ¨²ltimos censos, es de s¨®lo 734 personas -3,56 habitantes por kil¨®metro cuadrado-, entre las que solamente hay 31 ni?os menores de quince a?os; el resto tiene m¨¢s cle 65 a?os (31%) o entre 35 y 65 (m¨¢s del 60%). Los hombres j¨®venes han emigrado en su totalidad. El valle dispone s¨®lo de dos tel¨¦fonos p¨²blicos, instalados en Cand¨ªn y Pereda. Otros dos pueblos, Balouta y Suarbol, carecen de energ¨ªa el¨¦ctrica y solamente cinco tienen agua corriente desde mediados de la d¨¦cada de los sesenta, cuando, emigr¨® la mitad de la poblaci¨®n. En Villarb¨®n, por ejemplo, quedan s¨®lo dos personas -un matrimonio sin hijos- y cinco en Suarbol, calcul¨¢ndose que en un plazo de dos, generaciones la desertizaci¨®n de la comarca puede ser total.
En varios de estos pueblos la gente vive todav¨ªa en pallozas, construcciones de origen celta, de planta cuadrangular y techo de paja, donde conviven personas y animales separados en algunos casos s¨®lo por una pared de tablas. La econom¨ªa de estas familias se limita a la agricultura y ganader¨ªa -dos vacas por familia y media- hect¨¢rea de terreno cultivable por persona-, orientadas siempre al autoabastecimiento. No existen estad¨ªsticas sobre renta per c¨¢pita y el uso de electrodom¨¦sticos se reduce a tres frigor¨ªficos, una docena de televisores, para los once pueblos, y ninguna lavadora. Por ¨²ltimo, las escuelas se han reducido a dos en un ¨¢rea de 207 kil¨®metros cuadrados, por falta de ni?os. Al subdesarrollo econ¨®mico debe a?adirse el problema de la incomunicaci¨®n; menos de un autom¨®vil por pueblo, que deben transitar por pistas impracticables durante gran parte del a?o, y el elevado ¨ªndice de consanguinidad: seg¨²n estad¨ªsticas de los ¨²ltimos cien a?os, uno de cada seis habitantes de los Ancares se cas¨® con otra persona de su misma familia (1% de matrimonios de t¨ªos con sobrinas, 2,5% de primos entre s¨ª y m¨¢s de un 12% de parientes en segundo o tercer crado).
La suma de todos estos factores ha dado lugar a una tipolog¨ªa racial que en el estudio se califica como muy peculiar y que a la ausencia de los grupos sangu¨ªneos B y AB une otras caracter¨ªsticas: altura de los individuos adultos inferior a la media del pa¨ªs (1,63 metros para los varones y 1,53 para las mujeres), tronco rectangular y corto, caracter¨ªstico de las zonas rurales, gran anchura frontal y mandibular, y una alta sensibilidad gustativa en mediciones realizadas con la feniltiocarbomida (PTC). La zona presenta tambi¨¦n un alto ¨ªndice de taras hereditarias entre sus habitantes, de mortalidad infantil (el doble de la media nacional) y de anomal¨ªas generales sanitarias.
El bocio es una enfermedad end¨¦mica en los Ancares, debido a las particularidades de la dieta alimenticia, en la que el pescado es un art¨ªculo ex¨®tico y casi desconocido por la falta de comunicaciones con el exterior; todo ello produce una insuficiencia de yodo que luego deriva hacia un crecimiento anormal de la gl¨¢ndula tiroldes. El estudio antropol¨®gico realizado en Le¨®n tendr¨¢, seg¨²n su autora, un indudable valor te¨®rico de cara a futuras investigaciones sobre poblaciones naturales y su evoluci¨®n en funci¨®n de los condicionantes del medio en que viven. Sin embargo, ning¨²n organismo oficial se ha interesado hasta ahora por el estudio, a excepci¨®n de la propia universidad, mientras la Administraci¨®n programa lo que parece ser el ¨²nico futuro para la comarca: el turismo.
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