El Gobierno Thatcher modificar¨¢ su r¨ªgida pol¨ªtica monetaria
En la segunda mitad de la actual legislatura, el Gobierno brit¨¢nico seguir¨¢ una ?pol¨ªtica gradual, razonable y pr¨¢ctica, y no una r¨ªgida pol¨ªtica teol¨®gica?, declar¨® el domingo John Biffen, ministro brit¨¢nico de Comercio, considerado hasta ahora como uno de los duros del monetarismo. Biffen admiti¨® tambi¨¦n que su Gobierno se hab¨ªa achantado ante las poderosas presionas del sindicato de los mineros.La semana pasada, el l¨ªder de la C¨¢mara baja, Francis Pym, vino a decir cosas similares. El domingo, en la cadena comercial de la televisi¨®n brit¨¢nica, Biffen hizo estas asombrosas declaraciones, y mucha gente se pregunta si la primera ministra Margaret Thatcher reconocer¨¢ p¨²blicamente un cambio de rumbo en su pol¨ªtica econ¨®mica. Hace s¨®lo unos d¨ªas, Thatcher hab¨ªa declarado que el monetarismo no era simplemente una teor¨ªa, sino que ven¨ªa avalado por la pr¨¢ctica.
Biffen, sin embargo, rechaz¨® la ret¨®rica monetarista y la teolog¨ªa del mercado, indicando que el Gobierno tory siempre ha sido un Gobierno pragm¨¢tico, y no ideol¨®gico, dentro de la tradici¨®n conservadora. Indic¨® que los acontecimientos de la semana pasada, es decir, la cesi¨®n gubernamental ante los mineros, se?alan una divisoria de aguas y que el Gobierno est¨¢ dispuesto a llevar a cabo ajustes t¨¢cticos en su estrategia general.
Hablando de los mineros, Biffen se?al¨® que ?el espectro que amedrent¨® al Gobierno fue una prueba clara de que habr¨ªa una masiva acci¨®n industrial en torno a este asunto?, con la posibilidad de una huelga a escala nacional.
Biffen reconoci¨® que el Gobierno ?se ha situado en una posici¨®n embarazosa?, admitiendo que algunos sectores laborales organizados pueden ejercer ?una autoridad extraparlamentaria que es casi se?orial?.
Ahora, otros sindicatos aguardan su turno. Para comenzar, los funcionarios y los trabajadores del agua, que quieren un aumento salarial por encima de los que se les ofrece. Hay que recordar, sin embargo, que en la cuesti¨®n de los mineros no intervino para nada el tema salarial: se trataba de impedir el cierre de algunas minas, reducir las importaciones de carb¨®n y aumentar el dinero a disposici¨®n de la Junta del Carb¨®n, plan que se empezar¨¢ a negociar ma?ana. Este plan, junto con la ayuda que se espera otorgue el Gobierno brit¨¢nico a la Corporaci¨®n Brit¨¢nica del Acero, muestran que, paso a paso, el Gobierno se est¨¢ decidiendo por una pol¨ªtica de intervenci¨®n estatal que hab¨ªa rechazado en un principio.
Estos actos est¨¢n causando desconcierto entre las filas conservadoras, justamente por este desacuerdo entre ret¨®rica y acci¨®n por parte del Gobierno. Algunos sectores est¨¢n aumentando, pues, sus demandas para que el Gobierno adopte una estrategia industrial coherente que vaya m¨¢s all¨¢ de los simples remiendos.
Por ello, sir Keith Joseph, el ministro de Industria que tanto ha inspirado al Gobierno Thatcher, se est¨¢ convirtiendo en el centro de los ataques. ?Un Estado que no tiene los medios de cambiar tampoco tiene los medios de conservar?, escribi¨® Edrnund Burke en 1790.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.