Un golpe bien planeado y mal ejecutado
Todo parece indicar ya a las claras que el fracasado golpe militar ni ha estado t¨¦cnicamente mal planeado ni ha sido obra de un loco.Tampoco parece muy veros¨ªmil la teor¨ªa de que se secuestre un Gobierno y se pongan las tropas en la calle ?ante el vac¨ªo de poder existente en Madrid?, en la esperanza de ?convencer? mientras tanto al Rey para que ratifique los hechos consumados.
Cuesta trabajo creer que algunos de los conjurados, como el general Milans del Bosch y el coronel San Mart¨ªn, personas experimentadas, fr¨ªas e inteligentes, se hayan embarcado en tama?a aventura alentados tan s¨®lo por tan hipot¨¦tica esperanza. Dicho ?vac¨ªo de poder? y ?convencimiento? no tuvieron lugar gracias a la r¨¢pida reacci¨®n del Rey y del general Gabeiras, art¨ªfices del contragolpe. El fracaso de esta tentativa no cabe achacarse, pues, tanto a su mal planeamiento como a su mala ejecuci¨®n.
En todo golpe de Estado se deben desarrollar claramente varias acciones:
- Una anulaci¨®n del poder ejecutivo vigente.
- Unas acciones de fuerza en todo el territorio nacional, disuasorias de la movilizaci¨®n p¨²blica y que garanticen el control de los transportes y medios de comunicaci¨®n.
- La creaci¨®n de un nuevo poder ejecutivo.
- Un control de los centros de comunicaci¨®n y de mando.
No cabe la menor duda de que en Madrid y Valencia los sublevados planearon y lograron total o parcialmente los dos primeros objetivos. Investigaciones posteriores har¨¢n quiz¨¢ salir a la luz qui¨¦nes hubieran sido los nuevos miembros (civiles y militares) del Gobierno.
Todo parece indicar que uno de los ?fallos? esenciales estuvo en el general Armada, que no tuvo la decisi¨®n, apoyado por dos o tres oficiales, de anular a su jefe, el general Gabeiras, jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, para hacerse cargo de dicho centro y dirigirse a continuaci¨®n a la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), organismo del que hubiera sido entonces miembro, para desde all¨ª hacerse con el control de los otros dos ej¨¦rcitos, mar y aire. Seg¨²n datos fiables, este era un punto clave de los planes.
Poco podr¨ªa hacer entonces un Rey aislado en la Zarzuela con la televisi¨®n, las radios, los peri¨®dicos, Correos y Tel¨¦grafos y el aeropuerto y las estaciones de Madrid ocupados militarmente, sin enlace el Monarca, a trav¨¦s de la JUJEM, con las capitan¨ªas generales, regiones a¨¦reas y departamentos mar¨ªtimos de Espa?a. En esta situaci¨®n ya s¨ª se podr¨ªa ?convencer? al Monarca para legalizar el golpe y dar paso al nuevo Gobierno, pues tampoco existen dudas de que se trat¨® desde un principio de involucrar primero y de secuestrar la voluntad de la figura del Rey despu¨¦s.
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