"Las ¨²ltimas campa?as de Marchais contra la droga y los emigrados son fascistas"
El resultado de las pr¨®ximas elecciones presidenciales francesas sancionar¨¢ la verdadera profundidad de la crisis que atraviesa el Partido Comunista Franc¨¦s (PCF), considerada por toda la opini¨®n gala como la m¨¢s grave desde hace cuarenta a?os. Tras la ruptura de la uni¨®n de la izquierda, hace tres a?os, los zigzagueos constantes de su t¨¢ctica, sus ¨²ltimas campa?as ?demag¨®gicas y fascistas? por el orden moral, su denuncia, anteayer, del Partido Socialista (PS), en tanto que patrocinador de la ?desestabilizaci¨®n del PCF?, desconciertan no s¨®lo a los intelectuales del partido, sino a muchos militantes y simpatizantes que se preguntan: ?qu¨¦ pretende y hacia d¨®nde va el partido comunista?
La escritora Helene Parmelin, una de las intelectuales m¨¢s significadas del partido comunista desde hace cuarenta a?os, recibi¨® a EL PA?S para conversar sobre estos temas. Parmelin abandon¨® el PCF hace pocas semanas, al mismo tiempo que su marido, el pintor Pignon, tras casi medio siglo de batallas desde la oposici¨®n interior del PCF. Ha escrito 35 obras de teatro, novela, ensayo fue periodista en L'Humanite y es la especialista m¨¢s genuina del pintor espa?ol Pablo Picasso (militante tambi¨¦n del PCF), porque con su marido fueron sus amigos ¨ªntimos hasta la muerte del autor del Guernica. En su ¨²ltimo libro, Viaje a Picasso, las dos parejas, Picasso-Jacqueline, Parmelin-Pignon, viven las delicias y las angustias del ¨²ltimo tramo de la existencia del pintor.Pregunta. ?Por qu¨¦ ha abandonado usted el PCF?
Respuesta. Para responder a esa pregunta hay que repasar un poco la historia. Entr¨¦ en el partido al terminar la resistencia, al mismo tiempo que Picasso. Era la ¨¦poca en que si se quer¨ªa hacer algo, hab¨ªa que estar en el PCF. Todos los intelectuales nos encontr¨¢bamos dentro. En una reuni¨®n recuerdo que hab¨ªa 3.000 pintores. Pero pronto empezaron los problemas. El realismo socialista origin¨® la primera batalla desde el interior. Fue cuando Picasso dijo: ?Si la URSS en pol¨ªtica es como en pintura, ser¨¢ la tragedia?. Y as¨ª ha sido. Desde entonces, seguimos en el partido, pero combatiendo en la oposici¨®n interna. El XX Congreso del PCUS cre¨ªmos que camabiar¨ªa algo, pero no fue as¨ª. Despu¨¦s vinieron Hungr¨ªa, Checoslovaquia, y nuestra posici¨®n se agravaba. La uni¨®n de la izquierda tambi¨¦n nos inclin¨® a pensar que algo iba a cambiar, pero nos .equivocamos una vez m¨¢s. Y desde que Marchais fue a Mosc¨², hace un a?o, Pignon y yo no esper¨¢bamos m¨¢s que el momento oportuno para abandonar el partido.
P. Hace pocos meses, Marchais precisamente la visit¨® a usted y se habl¨® mucho de esa entrevista. ?Qu¨¦ pretend¨ªa?
R. Enterarse de las razones profundas de la contestaci¨®n de los intelectuales. Durante siete horas me escuch¨®. Y en un momento llegu¨¦ a decirle: ?En su lugar, yo me convertir¨ªa en un hombre hist¨®rico: denunciando el socialismo, publicando la historia del PCF, diciendo la verdad sobre la vida cotidiana de los obreros en los pa¨ªses socialistas?.
Apenas coment¨® nada. Aparentemente, en aquel momento, parec¨ªa dudar. Despu¨¦s ha probado ser el m¨¢s estalinista de todos. Sus ¨²ltimas campa?as contra la droga, contra los emigrados, son fascistas. Su actitud es peligrosa, incluso para la clase obrera.
P. Durante la ¨²ltima d¨¦cada, todos los modelos comunistas se han hundido o desdibujado. ?Se trata de peripecias del comunismo o de un sistema. de ideas que se revela err¨®neo para transformar la sociedad?
R. La aplicaci¨®n del comunismo es una cat¨¢strofe mundial. Hay que empezar por cambiar esa palabra, comunismo, de la que incluso los partidos abieros est¨¢n impregnados y que est¨¢ ligada a tantos cr¨ªmenes; ya pas¨® la ¨¦poca del manique¨ªsmo: lo que hace el comunismo no hay que aprobarlo necesariamente. Pero es la ca¨ªda tr¨¢gica de esas ideolog¨ªas la que ha generado violentamente la reivindicaci¨®n de la libertad y de los. derechos humanos. Es cierto que en todos los pa¨ªses se atenta contra la libertad, salvo en los socialistas, porque la libertad no existe.
P. ?Es posible pensar en lo que hubiese hecho Picasso hoy, si viviera?
R. Sin duda alguna hubiera hecho lo que Pignon y yo.
P. ?Qu¨¦ es, para usted, el eurocomunismo?
R. No lo s¨¦. Podr¨ªa haber sido una transici¨®n, pero tenla que haber denunciado, de entrada, el socialismo existente.
P. ?Qu¨¦ pretende el Partido Comunista Franc¨¦s con su Postura actual?
R. La vida es dura en estos tiempos, y m¨¢s para muchos obreros. El PCF explota eso. Necesita los votos, y para ello es capaz de todo. En el PCF hay algo de hist¨¦rico que sensibiliza a algunos cuando est¨¢n hartos.
P. ?Por qu¨¦ el 20% del electorado galo le ha sido fiel hasta hoy al partido comunista?
R. Muchos piensan como yo, pero votan por el partido porque creen que as¨ª no traicionan a la clase obrera. Y, sobre todo, porque como Marchais no ser¨¢ elegido, estiman que su gesto no es importante, aunque lo es.
P. ?Existen diferencias esenciales; entre el PCF y los partidos comunistas espa?ol e italiano?
R. En estos dos ¨²ltimos hay m¨¢s reflexi¨®n, pero su formaci¨®n es la misma. Tendr¨ªan que cambiar de nombre para separarse de los cr¨ªmenes del socialismo. Y eso ser¨ªa otro partido.
P. ?Qu¨¦ hay que ser hoy?
R. Hay que ser otra cosa, y no comunista contra el PCF.
P. ?Qu¨¦ le pesa de su pasado comunista?
R. Nada, salvo el haber participado en esa tragedia de la historia. No se puede ser militante de nada con los ojos cerrados. Hoy contin¨²o siendo una rebelde ante todo lo que pasa, pero hoy, en este momento.
P. ?Qu¨¦ quiere decir esa denominaci¨®n de intelectual?
R. No s¨¦ lo que quiere decir. Son los pol¨ªticos quienes hacen esa divisi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.