Canciones de Castilla, Le¨®n y Cantabr¨ªa por la Coral Salv¨¦, de Laredo
Introducir entre un recital Arrau y un programa Bach una presentaci¨®n de la Coral Salv¨¦, de Laredo, me parece acierto por parte de la Direcci¨®n de la M¨²sica, que patrocina y organiza los ?Martes del Real?. Acertado y saludable. De una parte, el p¨²blico entra en contacto con el trabajo de estas agrupaciones locales, de tan gran utilidad art¨ªstica y social; de otra, se contribuye a limpiar de excesivo esnobismo o marcada pedanter¨ªa nuestro ambiente musical.Jos¨¦ Luis Ocejo, m¨²sico y batallador por la m¨²sica, ha buscado para su Coral Salv¨¦, desde el d¨ªa de su fundaci¨®n, en 1975, rasgos definitorios. Y los encontr¨® principalmente en su dedicaci¨®n a lo popular-culto y en su entrega al repertorio de Cantalbria. Resultado de esa actitud, que ha valido a director y conjunto notables triunfos nacionales y extranjeros es, sin duda, el programa escuchado ahora en el Teatro Real, bajo el t¨ªtulo de Canciones populares de Espa?a por compositores den nuestro siglo, desde el padre Ota?o (1880) hasta Angel Barja (1939). Hay en la intenci¨®n una l¨ªnea de continuidad que var¨ªa en los resultados por las distintas personalidades y entornos de los diferentes autores.
Coral Salv¨¦, de Laredo
Director: J. L. Ocejo. Obras de Barja, D¨²o Vital, Ota?o, Ruiz Mart¨ªnez, Garbizu y Larrauri.Teatro Real. 17 de marzo de 1981.
Para Baria, autor de varia e interesante producci¨®n, lo popular significa ?algo nacido de la tierra, de su esp¨ªritu, como la hierba, el ¨¢rbol o la fuente?. Lo que se tras luce en el gran respeto a los temas que armoniza y trata en sus Canciones de Castilla y Le¨®n.
D¨²o Vital, la gran personalidad de la m¨²sica monta?esa contempor¨¢nea, muerto en 1964, lo popular es, m¨¢s bien, incitaci¨®n que vivifica toda su obra. Pero en el tratamiento de las Canciones monta?esas la actitud -como es l¨®gico- se ci?e m¨¢s al dato, luego que ha estudiado bien su identidad c¨¢ntabra y las razones que la abonan. El mundo arm¨®nico del m¨²sico de Castro Urdiales es siempre interesante, refinado y de gran poder evocativo.
Patriarca de la canci¨®n monta?esa vino a ser el vasco Nemesio Ota?o, de tan larga residencia en la monta?a, a la que sirvi¨® desde el seminario de Comillas, y su Schola Cantorum. En La Monta?a prolonga y enriquece los criterios de su maestro Pedrell a la hora de utilizar el material folklor¨ªstico.
"M¨²sica pejina"
Un laredano, Alfonso Ruiz Mart¨ªnez, y dos vascos, Tom¨¢s Garbizu y Ant¨®n Larrauri, han tratado la denominada m¨²sica pejina, un rico matiz dentro de lo popular c¨¢ntabro, creado d¨ªa a d¨ªa al contacto de las gentes del pueblo con la tierra y el mar. Otejo ha he cho de la resurrecci¨®n del repertorio pejino, cuya capital podemos establecer en Laredo, verdadera dedicaci¨®n. Llega as¨ª a nosotros a trav¨¦s de las formas elementales y atractivas de Ruiz Martinez (1915-1979) o del distinto trabajo del m¨²sico de Lezo Tom¨¢s Garbizu -todo un instinto y un car¨¢cter- o del bilba¨ªno Ant¨®n Larrauri, que atempera-sus inquietudes vanguardistas al mandato de la tradici¨®n pejina sin dimitir por ello de rasgos intencionales que, llegado el momento, se tornan evidentes. Es el caso de sus preciosas Cantigas de Laredo. Largas ovaciones, flores, bises, reconocieron el trabajo de Ociejo y su coro laredano, as¨ª como el de sus solistas espl¨¦ndidos en su naturaleza popular, Bel¨¦n Gonz¨¢lez, Alberto Santisteban, Eugenio Oru?a, Consuelo Renter¨ªa, Juan Ganzo, Julia Castillo y Agust¨ªn Ruiz.
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