Una rentabilidad de veinte a uno

La Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial no ha elegido caprichosamente el lema del D¨ªa Meteorol¨®gico de este a?o; la meteorolog¨ªa es, en efecto, un instrumento importante, muchas veces mal conocido y a menudo subestimado, del desarrollo econ¨®mico. En unos tiempos como los actuales, que se caracterizan precisamente por una crisis econ¨®mica global, parece m¨¢s que oportuno volver la mirada hacia aquellas aplicaciones cient¨ªficas, como la meteorolog¨ªa, que pueden llegar a proporcionar rendimientos econ¨®micos veinte veces superiores a lo invertido.Y, sin embargo,, muchos Gobiernos siguen ignorando la trascendencia de este instrumento de desarrollo. En Espa?a, la dotaci¨®n presupuestaria del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa (INM) es claramente insuficiente para cumplir m¨ªnimamente los objetivos que se le asignan. La importancia del elemento humano que compone el INM y la profesionalidad que lleva demostrando no debe impedirnos la cr¨ªtica constructiva a unas estructuras cuyos males son, sin duda, heredados pero que precisamente por eso requieren urgente remedio. B¨¢stenos se?alar, a guisa de ejemplo, la rid¨ªcula cifra de treinta millones de pesetas anuales para investigaci¨®n, en un organismo eminentemente cient¨ªfico compuesto por m¨¢s de un millar de personas altamente cualificadas.

Por su rendimiento econ¨®mico y por su utilidad social, que va desde luego mucho m¨¢s all¨¢ de la mera an¨¦cdota de los ?hombres del tiempo?, la meteorolog¨ªa se merece en todo el mundo, y desde luego en Espa?a, mayor atenci¨®n presupuestaria de nuestras autoridades.