Los ministros de Agricultura de la CEE estudian los nuevos precios agrarios bajo la presi¨®n de Francia

Rodeados de cerca de un millar de agricultores franceses e italianos, que expresan su c¨®lera con cohetes y petardos, los ministros de Agricultura de los diez pa¨ªses miembros de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) intentan desde hace 48 horas, en Bruselas, ponerse de acuerdo sobre el aumento de los precios agr¨ªcolas para la temporada 1980-1981. El marat¨®n, exigido por el Gobierno franc¨¦s, que no quiere ver llegar las elecciones presidenciales sin dar satisfacci¨®n a sus campesinos, continuaba a ¨²ltima hora de la noche de ayer.

El edificio Charlemagne, donde se celebran los consejos de ministros de la CEE, parece una fortaleza militar, rodeado de varios centenares de polic¨ªas con equipo antidisturbios, que vigilan atentamente los movimientos de los campesinos, venidos, fundamentalmente, de Francia e Italia y apoyados por peque?os grupos de belgas y holandeses. Seg¨²n los organizadores, 20.000 agricultores, est¨¢n preparados en estos pa¨ªses para ?tomar el relevo? de sus compa?eros. El despliegue policial no puede evitar, sin embargo, que alg¨²n ministro se haya quejado del ruido ensordecedor que provocan los manifestantes, con sirenas, bombas de feria y autoparlantes. Como tampoco pudo impedir la polic¨ªa que en la madrugada del martes un coche que circulaba a buena velocidad atropellara y matar¨¢ a un l¨ªder campesino franc¨¦s de 55 a?os.La batalla por los precios agr¨ªcolas -la m¨¢s dura de cuantas se dan todos los a?os en la CEE- agrupa en esta ocasi¨®n a Gran Breta?a, la Rep¨²blica Federal de Alemania, Holanda y Dinamarca, partidarias de respetar la proposici¨®n inicial de la Comisi¨®n Europea, es decir, un aumento medio del 7,8%, y a Francia, Italia, Irlanda, B¨¦lgica y Grecia, que exigen un incremento m¨ªnimo del 12%.

Los agricultores, por su parte, demandan a trav¨¦s del Comit¨¦ de Organizaciones Profesionales Agr¨ªcolas (COPA) la cifra del 15,3%, aunque se trata, y ellos no lo niegan, de una ?postura testimonial?, absolutamente impensable con una ¨®ptica comunitaria.

La Comisi¨®n Europea, que intenta jugar un papel conciliador, propuso ayer por la tarde un ?compromiso? sobre la base de un aumento medio del 8,8%, pero los grandes de la agricultura comunitaria, en este caso Francia e Italia, se negaron en redondo. Como siempre, los principales problemas se plantean con la posici¨®n del Reino Unido, menos flexible que la RFA a la hora de comprender la postura de sus socios. El ministro brit¨¢nico, Peter Walker, que lo es tambi¨¦n de la pesca -otra batalla que continuar¨¢ en junio pr¨®ximo- no pierde la flema: ?No veo por qu¨¦ es tan urgente fijar los precios agr¨ªcolas esta noche?, afirm¨® pac¨ªficamente en una conferencia de Prensa, mientras en una sala contigua su colega franc¨¦s, Pierre Mehaignerie, echaba chispas ante la posibilidad de abandonar Bruselas de vac¨ªo.

Walker emplear¨¢ la carta del aumento de los precios para presionar una vez m¨¢s e intentar conseguir mayores garant¨ªas para sus pescadores. ?No conozco mejores comerciantes que los ingleses?, ironizaba un diplom¨¢tico franc¨¦s.

Seg¨²n los expertos comunitarios, un aumento del 12%, como el que reclaman Francia e Italia, supondr¨ªa aumentar el presupuesto que la CEE dedica a la agricultura en, aproximadamente, 1.440 millones de d¨®lares, lo que la Comunidad, que emplea ya m¨¢s del 70% de sus ingresos en la pol¨ªtica agr¨ªcola, no puede permitirse. Sin embargo, podr¨ªa existir una v¨ªa de soluci¨®n a trav¨¦s de la pol¨ªtica monetaria. Los expertos de la Comisi¨®n estiman que la devaluaci¨®n de la lira italiaria y la revaluaci¨®n de la libra tiene una repercusi¨®n indirecta, pero importante, sobre los precios agr¨ªcolas.

As¨ª, afirman, el aumento que se decida en Bruselas se ver¨¢ incrementado en t¨¦rminos reales en un 9% para los productos agr¨ªcolas italianos, en un 2,5% para los franceses y en un 2,8% para los irlandeses.

Italia, que es la m¨¢s beneficiada, parece dispuesta esta vez a dar, aunque sea sola, una seria batalla en beneficio de sus propios agricultores. No s¨®lo exige un aumento medio considerable de los precios, sino que pretende que la Comunidad reequilibre el trato entre la llamada agricultura n¨®rdica (carne, leche y mantequilla) y la agricultura mediterr¨¢nea (frutas, legumbres, aceite de oliva y vino). Y no se conforma, en absoluto, con un aumento del 8% para el precio de intervenci¨®n del aceite que propone la Comisi¨®n, limit¨¢ndolo adem¨¢s a 700.000 toneladas, que Italia tendr¨ªa que repartir con Grecia.