"Su vida jam¨¢s estuvo en serio peligro"
La bala que hiri¨® al presidente Ronald Reagan, a pesar de haber sido disparada a unos tres metros y haberse incrustado en su pulm¨®n izquierdo, apenas si le produjo da?os de consideraci¨®n, seg¨²n el informe facilitado por los doctores que le extrajeron el proyectil, en una operaci¨®n que dur¨® dos horas.
La cavidad abdominal no mostraba se?al alguna de hemorragia y ning¨²n ¨®rgano vital result¨® afectado. Durante la intervenci¨®n, se le hizo Lina trasfusi¨®n de medio litro de sangre y en todo momento sus signos vitales permanecieron estables.
Antes de ser llevado al quir¨®fano se le introdujo un tubo a trav¨¦s de una peque?a incisi¨®n en el pecho para reducir la presi¨®n en el interior de la cavidad pulmonar y volver a inflar el pulm¨®n.
La trayectoria de la bala no afect¨® ni al coraz¨®n ni a los vasos sangu¨ªneos importantes, tales como la aorta.
La bala le entr¨® al presidente por la axila izquierda y viaj¨® varios cent¨ªmetros antes de cambiar de itinerario, al chocar contra la s¨¦ptima costilla, tras lo que se introdujo en el pulm¨®n izquierdo, donde qued¨® depositada.
El equipo quir¨²rgico que atendi¨® al presidente estaba encabezado por el doctor Benjam¨ªn Aaroli, de 47 a?os de edad, ex doctor de la Marina y actual jefe de cirug¨ªa tor¨¢cica y cardiovascular del hospital de la Universidad de George Washington.
?Jam¨¢s estuvo en serio peligro?, explic¨® uno de los miembros del equipo m¨¦dico, describiendo como excelente el estado de salud de Reagan, con setenta a?os cumplidos. El tratamiento a que ha sido sometido el presidente no var¨ªa del que a diario imponen los doctores de guardia en los hospitales de las grandes ciudades, donde abundan los heridos por armas de fuego.
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