Manuel Vicent recibi¨® el Premio Gonz¨¢lez Ruano

No pongas tus sucias manos sobre Mozart, un art¨ªculo en el que se abordaban los problemas generacionales de un padre espa?ol de izquierdas con sus hijos, le supuso al escritor Manuel Vicent el Premio Gonz¨¢lez Ruano de 1980, dotado con medio mill¨®n de pesetas y convocado por Mapfre Vida.En el curso de una cena de gala celebrada anoche en el hotel Ritz, de Madrid, el novelista y articulista recibi¨® el galard¨®n, una escultura de Venancio Blanco, de manos del vicepresidente de Mapfre Vida, el duque de Santa Cristina. En el acto intervino Antonio Mingote, quien hizo una glosa del art¨ªculo premiado, y Manuel Vicent coment¨® el galard¨®n. El jurado del premio estuvo formado por Manuel Halc¨®n, Salvador Jim¨¦nez, Lorenzo L¨®pez Sancho, Antonio Mingote, Rafael de Penagos, Luis M. Ans¨®n, M. Alc¨¢ntara, Juan Fern¨¢ndez Layos y Marcial Lonc¨¢n.

Manuel Vicent, que ya ha merecido varias distinciones literarias, entre ellas el Premio Alfaguara, por su novela Pascua y Naranjas, public¨® el art¨ªculo galardonado en un n¨²mero de marzo de la revista Triunfo, que entonces era semanal, y en la que el articulista escrib¨ªa una secci¨®n titulada Detr¨¢s del espejo.

El art¨ªculo, ?la peque?a historia de una rebeli¨®n?, al rev¨¦s, narra ?el famoso caso de un tipo de izquierdas? que ?se deshizo del propio terror psicol¨®gico de que sus amigos le llamaran reaccionario y le arre¨® un seco bofet¨®n a su querida hija de quince a?os, la ech¨® de casa y se liber¨® de una vez del trauma de la paternidad responsable?. El episodio, escrib¨ªa Vicent, ?fue el final de un complicado proceso neur¨®tico y se desencaden¨® por un disco de Mozart, por una bobada, como siempre sucede?.

La reflexi¨®n parad¨®jica de Vicent parte del hecho de que la joven contra la que se rebela el padre, que le¨ªa hasta entonces pacientemente ?un informe del partido sobre el paro?, pretend¨ªa extraer de la biblioteca un disco de Mozart, despu¨¦s de haber atronado la casa con el ritmo de Led Zepellin. ?En esta ocasi¨®n, aqu¨¦l hombre tan fino y progresista le arre¨® una bofetada? (a la hija), ?se li¨® a golpes contra todo dios y se deshizo el misterio. Ech¨® de casa a patadas a aquella panda de golfos. Y hasta hoy. Mi amigo es un hombre de izquierdas ya liberado?.