Un plante no es una huelga
Los m¨¦dicos que trabajan en el Hospital Provincial de Madrid han recibido la oferta del comit¨¦ de empresa del centro para integrarse en el mismo. Este ¨®rgano de representaci¨®n de todos los trabajadores es el ¨²nico que la legislaci¨®n laboral reconoce como leg¨ªtimo para la negociaci¨®n de los convenios colectivos y capacitado para convocar cualquier acci¨®n de pr testa en defensa de los intereses laborales del colectivo.La respuesta de los m¨¦dicos, aunque a¨²n no oficial, parece ser decididamente a favor de rechazar el llamamiento del sindicalismo de clase para englobar en sus filas a unos trabajadores m¨¢s, quienes, aparte demagogias de corporativismos, re¨²nen la condici¨®n de asalariados.
Los m¨¦dicos, que ahora han recurrido a la huelga para evitar su inclusi¨®n en el convenio colectivo pactado por el comit¨¦ de empresa, est¨¢n en su perfecto derecho a marginarse del juego laboral que afecta a la generalidad de los trabajadores de este pa¨ªs.
La defensa de este derecho supone la decidida adopci¨®n de una postura pol¨ªtica que trasciende el hecho laboral y comporta la perpetuaci¨®n de unos privilegios que como clase trabajadora tan s¨®lo le est¨¢n reservados a determinados colectivos cuya actividad profesional cae dentro del ejercicio liberal de su cualificaci¨®n acad¨¦mica.
No obstante, el juego de las relaciones laborales es uno solo, y las reglas, establecidas con la participaci¨®n de los sindicatos que representan a la clase obrera, afectan por igual a todos los profesionales que mantienen una relaci¨®n contractual con la empresa, de la que reciben un salario a cambio de su prestaci¨®n laboral.
Los privilegios, pues, no pueden ser defendidos con otros argumentos que no sean el abierto rechazo a que unos profesionales liberales sean tratados como simples trabajadores. Ni calificar de huelga, acci¨®n de protesta privativa de los trabajadores, lo que es un plante por parte de una corporaci¨®n.
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