Washington y Madrid tratar¨¢n de adaptar el calendario de la OTAN a la revisi¨®n del tratado

Adaptar el calendario de la adhesi¨®n a la OTAN a la pr¨®rroga del tratado bilateral que permite la continuidad de las bases militares norteamericanas en Espa?a ser¨¢ el posible primer paso que Washington y Madrid dar¨¢n al t¨¦rmino de la corta estancia de Haig en la capital espa?ola. En vigor desde 1953, el acuerdo hispano-norteamericano marc¨® la primera apertura del r¨¦gimen franquista hacia el exterior, de la mano de Estados Unidos. A cambio del reconocimiento diplom¨¢tico y unos millones de d¨®lares EE UU obtuvo la concesi¨®n para instalar una red de bases militares en territorio espa?ol que reforzaban el esquema estrat¨¦gico de la defensa occidental frente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y sus sat¨¦lites del Pacto de Varsovia.

El acuerdo fue revisado peri¨®dicamente, concluyendo el pr¨®ximo mes de septiembre, en su actual etapa de cinco a?os, con un balance positivo para la defensa occidental. La gesti¨®n de estos ¨²ltimos a?os ha sido satisfactoria. Por parte espa?ola se recuerda que Estados Unidos cumpli¨® todas las cl¨¢usulas previstas en el acuerdo para concesi¨®n de cr¨¦ditos, que supone la mayor parte de la ayuda, y donaciones para programas de defensa. Es un tanto inexacta la filosof¨ªa de considerar que a cambio de las bases Estados Unidos incluye a Espa?a entre los beneficiarios de sus programas de ayuda exterior destinada a la defensa. Otros pa¨ªses reciben dicho apoyo (92 en total en 1981) sin necesidad de lazos particulares con EE UU. Basta que entren en el esquema de necesidades para la defensa occidental.

En cinco a?os (v¨¦ase cuadro adjunto), Washington concedi¨® a Espa?a una l¨ªnea de cr¨¦ditos (FMS), para compra de material militar, por un total de seiscientos millones de d¨®lares; m¨¢s donaciones (MAP), en concepto de ayuda militar, por importe de 79,8 millones de d¨®lares, junto con otra donaci¨®n (IMET), de diez millones de d¨®lares, para maniobras, y una cuarta donaci¨®n (ESF), para ayuda econ¨®mica, de 35 millones de d¨®lares.

?Me parece imprescindible reforzar la cooperaci¨®n en el cap¨ªtulo de defensa?, dijo el embajador de Espa?a en Estados Unidos, Jos¨¦ Llad¨®, y a?adi¨®: ?Recibir el mismo trato en el terreno econ¨®mico y general que los pa¨ªses m¨¢s amigos?.

Es evidente que si el tratado debe prorrogarse para ?ajustarlo? al calendario de una adhesi¨®n a la OTAN, paso que parece inevitable, visto bajo las ¨®pticas de Washington y del Gobierno de UCD, Espa?a podr¨ªa intentar, cuando menos, revisar el contenido del tratado bajo formas m¨¢s equilibradas para Madrid que las que ha venido satisfaciendo Washington a un precio de verdadera ganga.

La importancia estrat¨¦gica de las bases estadounidenses en Espa?a, en un momento de refuerzo de la red de bases en Oriente Pr¨®ximo, que necesitan el imprescindible apoyo log¨ªstico de las existentes a mitad de camino (Portugal y Espa?a) entre EE UU y el golfo P¨¦rsico, colocan en posici¨®n ¨®ptima para Espa?a la revisi¨®n del tratado. Cl¨¢usulas que tengan en cuenta la inflaci¨®n y mecanismos que permitan a Espa?a, como a tantos otros pa¨ªses, el acceso a una l¨ªnea de cr¨¦ditos m¨¢s suaves y compensaciones en las compras de material militar a EE UU para el Ej¨¦rcito espa?ol podr¨ªan mejorar la situaci¨®n para Espa?a.

Intuyendo la casi segura pr¨®rroga por un a?o del actual acuerdo bilateral, a la espera del ingreso de Espa?a en la OTAN, el Congreso de Estados Unidos present¨® la l¨ªnea de cr¨¦ditos en concepto de ayuda militar a Espa?a para el a?o 1982. La propuesta se incrementa en treinta millones de d¨®lares (pasando de los 120 anuales recibidos hasta ahora a 150 millones). Ligero aumento que encontr¨® incluso ciertas reservas entre los congresistas, en un momento de econom¨ªas presupuestarias en EE UU.

Otros aspectos de la revisi¨®n del tratado bilateral afectan a la soberan¨ªa de las bases norteamericanas en Espa?a y su utilizaci¨®n. Naturalmente, en cas¨® de conflicto entre las dos superpotencias, Espa?a actuar¨ªa al lado de Occidente. Teniendo en cuenta que la OTAN y el acuerdo bilateral no son incompatibles, Madrid, libre de los condicionantes pol¨ªticos que marcaron las negociaciones con Washington en el pasado, podr¨ªa negociar un reequilibrio, del contenido del tratado hispano-norteamericano en sus m¨²ltiples facetas de defensa, comercio, tecnolog¨ªa y cultura.