El Cirque Aligre

El otro d¨ªa me fu' a ver un circo, el Cirque Aligre, instalado en Madrid y patrocinado oficialmente por organismos como el Ayuntamiento, el Ministerio de Cultura, etc¨¦tera. Cre¨ª que iba a disfrutar de mi espect¨¢culo preferido, pero hete aqu¨ª que no vi nada de lo que esperaba. ?Sabe usted lo que vi? Pues mire: en vez de payasos.... punks estrafalarios y provocadores; en vez de equilibristas.... personajes que agred¨ªan, sin saber el porqu¨¦, al p¨²blico; en vez de un domador de fieras.... un domador (?) que se met¨ªa ratas vivas en la boca; en vez de malabaristas.... un hombre empe?ado en estrellar tomates contra la cara de cualquiera de los que est¨¢bamos en las gradas; en vez de ilusionistas.... otro personaje encargado de salpicar con agua al p¨²blico, o de echarle arena en los ojos, o de tirarle su ropa al suelo...Sal¨ª de aquel infierno del absurdo despavorido. Tard¨¦ en recuperarme de lo contemplado. Cre¨ª que era una pesadilla; pero, no, no era una pesadilla: se trataba de una vergonzosa, y adem¨¢s inexplicable, realidad. ?Qui¨¦n ha autorizado este enga?o?, ?qui¨¦n ha consentido este insulto grave al circo puro y de rancio abolengo?, ?qui¨¦n tolera y paga este incalificable bochorno de bochornos?, ?c¨®mo es posible que detr¨¢s de ¨¦sto se halle el Ministerio de Cultura? Pero, ?lo de esta barraca es cultura?, ?es circo? Yo entiendo que el circo es algo m¨¢s serio que esto, que el circo propugna paz y no violencia, relax y no intranquilidad ante cualquier agresi¨®n. Una de dos: o yo me estoy quedando viejo en mis ideas de hombre joven o es que aqu¨ª alguien se ha pasado de listo y se empena en -tomarnos el pelo a todos. Que alguien me aclare la duda, por favor. Como amante del circo, ciudadano y espectador probablemente enga?ado, exijo que alguien disipe esta confusi¨®n./