Precariedad de medios de la Delegaci¨®n del Gobierno en Catalu?a

La pol¨ªtica llevada a cabo por el delegado del Gobierno en Catalu?a, Josep Meli¨¢, desde aquella fr¨ªa acogida que se le prodig¨® el 29 de octubre pasado, d¨ªa de su llegada a Barcelona, ha sido, en opini¨®n de los medios pol¨ªticos consultados, fruto de ?una labor sorda, casi subterr¨¢nea y generalmente buena?.Meli¨¢ fue nombrado para el cargo como ?gobernador general?. Si su persona no era cuestionada -fue el ¨²nico candidato que acept¨® la Generalidad-, s¨ª lo era el t¨¦rmino con el que fue designado delegado gubernamental. El mismo Meli¨¢ reconocer¨ªa poco despu¨¦s de su llegada que hab¨ªa habido ?falta de tacto? en la elaboraci¨®n del decreto de nombramiento. En efecto, el t¨¦rmino de ?gobernador general? era de triste recuerdo para los catalanes. El ¨²nico precedente sobre el particular fue durante el ?bienio negro? republicano.

Superado el problema: con el cambio de la denominaci¨®n del cargo, Meli¨¢ tuvo que dedicarse no s¨®lo a las gestiones pol¨ªticas que le eran propias, sino tambi¨¦n a solucionar los problemas que representaba -y representa, porque a¨²n no han sido resueltos- la organizaci¨®n de la propia delegaci¨®n.

Dos asesores, un jefe de gabinete, un abogado del Estado, un encargado de Prensa y seis secretarias es el exiguo personal con que cuenta la delegaci¨®n, instalada en un inmueble del que todav¨ªa no se sabe con certeza si continuar¨¢ perteneciendo al Estado o ser¨¢ traspasado a la Generalidad. Dos viejas m¨¢quinas de escribir han sido cedidas temporalmente -lo mismo que los bedeles- por diversas delegaciones ministeriales, en tanto que Hacienda a¨²n no ha aprobado las plantillas para la delegaci¨®n.

La principal gesti¨®n que los pol¨ªticos catalanes creen que Meli¨¢ ha llevado a cabo es la que propici¨® el acuerdo entre la Generalidad y el Gobierno, en relaci¨®n con el contencioso planteado por este ¨²ltimo sobre las competencias de la Generalidad en materia de cajas de ahorro. El Gobierno anunci¨® -precisamente el mismo d¨ªa que Mell¨¢ llegaba a Catalu?a- que pondr¨ªa el tema en manos del Tribunal Constitucional. Poco antes de que finalizara el plazo para este procedimiento se alcanz¨® el acuerdo, considerado entonces satisfactorio por ambas partes.