Posibles conexiones internacionales del terrorista turco que atent¨® contra el Papa
ENVIADO ESPECIALEl Papa est¨¢ tranquilo, habla con sus doctores, y ayer oy¨® la misa que su secretario particular, Stanislav DziwicZ, y varios religiosos polacos concelebraron junto a su lecho. ?Soporta todo con gran paciencia?, explic¨® uno de los m¨¦dicos.
El presunto autor del atentado, ehmet Ali Agca, ha sido acusado formalmente del intento de asesinato de un jefe de Estado, sin descartar los jueces la hip¨®tesis de que haya actuado en complicidad.
El joven pertenece a un grupo de car¨¢cter neonazi turco y hab¨ªa sido condenado a muerte por el asesinato del adjunto a la direcci¨®n del diario Millijyet, una personalidad progresista. Est¨¢ siendo interrogado permanentemente por los Jueces y la polic¨ªa, con ayuda de agentes llegados de Turqu¨ªa, as¨ª como de la Interpol. Ha admitido, primero, que actuaba para el Frente Palestino de George Habache, cosa que ha desmentido la OLP en Roma ayer, para luego afirmar que realiz¨® la acci¨®n totalmente solo, ?por odio a la iglesia cat¨®lica?.
El estado de salud del Pont¨ªfice sigue siendo de ?car¨¢cter reservado?, seg¨²n el comunicado m¨¦dico emitido a las veinticinco horas de la operaci¨®n quir¨²rgica del mi¨¦rcoles, en la cl¨ªnica Gemelli. Sin embargo, el optimismo expresado por los profesores cl¨ªnicos esa noche fue seguido ayer de una cierta reserva, y no se espera un diagn¨®stico definitivo antes de 48 horas.
Mientras tanto, en Roma la vida sigui¨® ayer su curso, con un ¨²nico acto extraordinario: una vigilia en la plaza de San Pedro, escenario del atentado ocurrido en la v¨ªspera, en la que se rez¨® el rosario. El acto, al que acudieron entre 20.000 y 30.000 personas -a pesar de que los organizadores hab¨ªan previsto una asistencia cercana a los 100.000 fieles-, estuvo presidido por el vicario de Roma, Hugo Poletti.
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La polic¨ªa italiana investiga posibles conexiones del terrorista turco que atent¨® contra Juan Pablo II
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Lo que resulta de las filtraciones de los interrogatorios aparece, como puede verse, contradictorio, lo que da lugar a que se puedan barajar todo tipo de hip¨®tesis.
Estas var¨ªan: desde que ha actuado solo y que es un exaltado hasta que cuenta con c¨®mplices. Esta ¨²ltima parece imponerse en las ¨²ltimas horas, con todas las reservas que el caso merece.
Los jueces le han acusado de los siguientes delitos: intento de asesinato de un jefe de Estado, doble intento de homicidio contra dos mujeres extranjeras (resultaron heridas en el atentado y una e ellas est¨¢ al borde de la muerte) tenencia il¨ªcita de armas de guerra falsificaci¨®n de documentos y su plantaci¨®n de persona. Todo ello con posible complicidad. Esto quiere decir, seg¨²n los investigadores, que el terrorista turco podr¨ªa haber actuado en contacto con otras personas (se est¨¢n investigando algunas pistas, como llamadas telef¨®nicas y visitas recibida durante su estancia en una pensi¨®n romana situada a dos pasos del Vaticano), o con una organizaci¨®n desconocida.
Un terrorista preparado
La impresi¨®n sobre la personalidad de Ali Agca, siempre seg¨²n las filtraciones de los investigadores, es que se trata de un hombre sumamente preparado para resistir un interrogatorio, ocultar amigos e, incluso, con conocimientos jur¨ªdicos, lo que dificulta los interrogatorios.
Por otro lado, en el bolsillo de la chaqueta que llevaba en el momento de su detenci¨®n se le encontr¨® una cantidad de dinero, 400.000 liras (unas 40.000 pesetas), que, a ojos de la polic¨ªa y los jueces, no es habitual que disponga un estudiante extranjero.
Informaciones no confirmadas aseguran que ten¨ªa abierta una cuenta en el extranjero. de unas 300.000 pesetas, cuesti¨®n a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de justificar para una persona que ha huido de una c¨¢rcel de alta seguridad en Turqu¨ªa. Esta fuga, despu¨¦s de haber sido condenado a muerte, se produjo con la complicidad de oficiales de extrema derecha. Informaciones llegadas a Roma se?alan tambi¨¦n que poco antes de su huida cierta persona deposit¨® en un banco una suma de 3.000 d¨®lares (270.000 pesetas), a su nombre.
Sin embargo, se trata por el momento de indicios, hip¨®tesis, aunque quedan por explicar los repetidos desplazamientos a Roma, Mil¨¢n o Perugia, donde estaba matriculado en un curso de italiano para extranjeros, al que asisti¨® ¨²nicamente a una clase.
Seg¨²n la polic¨ªa, la pistola que le fue intervenida tras el atentado -al parecer se le encasquill¨® tras el cuarto disparo- la deposit¨® en consigna en la estaci¨®n Termini, de la capital italiana, en uno de sus viajes.
Se afirma tambi¨¦n que responde a jueces y polic¨ªas con cortes¨ªa y que ha reconocido ser el autor de los disparos. Manifiesta que su ?Vida no tiene sentido?, y se habla, incluso de que ha iniciado una huelga de hambre.
Ali Agca efectu¨® cuatro disparos, tres de los cuales alcanzaron al Papa (uno le atraves¨® el abdomen, saliendo luego la bala por la regi¨®n sacra, el otro le alcanz¨® de refil¨®n el brazo derecho, y posteriormente hiri¨® a una turista jamaique?a, y el tercero le alcanz¨® el dedo pulgar de la mano izquierda, destroz¨¢ndole dos falanges). El cuarto hiri¨® a una turista norteamericana de unos sesenta a?os, que recibi¨® el impacto en el pecho izquierdo, y se encuentra entre la vida y la muerte.
Parte m¨¦dico escueto
El bolet¨ªn m¨¦dico emitido ayer a primeras horas de la noche, con retraso de una hora sobre la hora prevista, porque los m¨¦dicos estaban examinando al Pont¨ªfice, era muy escueto, y se limitaba a se?alar que su estado de salud no hab¨ªa sufrido variaciones sustanciales en las ¨²ltimas horas, que se manten¨ªan las constantes vitales y que hab¨ªa mejorado el estado de consciencia, lo que le permit¨ªa seguir y participar m¨¢s activamente en la situaci¨®n ambiental que le rodea.
Los m¨¦dicos, sin embargo, siguen reserv¨¢ndose el pron¨®stico, que puede tardar en ser definido entre dos y ocho d¨ªas.
Sin embargo, el director de la cl¨ªnica afirm¨® que no pod¨ªa ocultar la gravedad del estado del Papa. A preguntas de los periodistas, dijo que su opini¨®n sobre el enfermo no era ?ni optimista ni pesimista?.
Las declaraciones de pesar y condena de los partidos pol¨ªticos, sin excepci¨®n, siguen llegando a la cl¨ªnica Gemelli. Es de estacar el gesto del presidente de la Rep¨²blica, Sandro Pertini, que el mi¨¦rcoles visit¨® el hospital en dos ocasiones y se hizo preparar una habitaci¨®n junto a la del Pont¨ªfice, donde pas¨® la mayor parte de la noche. Ayer repiti¨® sus visitas en tres ocasiones y entr¨® dos veces en la sala de reanimaci¨®n donde se encuentra Juan Pablo II, que le agradeci¨® su presencia.
Peso pol¨ªtico
En el ambiente pol¨ªtico sigue preocupando el peso que pueda tener el atentado en el refer¨¦ndum del domingo, el cual ha dado lugar a una tensa pol¨¦mica entre las fuerzas laicas y la Iglesia, por las intervenciones del propio papa Wojtyla y la jerarqu¨ªa contra la ley que regula la interrupci¨®n voluntaria del embarazo.
Las fuerzas que apoyan la actual ley (desde liberales a comunistas, pasando por republicanos y socialistas, m¨¢s los del partido de Unidad Proletaria) examinaron la noche del mi¨¦rcoles la posibilidad de buscar un aplazamiento de la consulta popular, ante el clima emocional suscitado por el atentado. Tanto el secretario general del PCI, Enrique Berlinguer, como el l¨ªder socialista, Bettino Craxi, se opusieron rotundamente, mostr¨¢ndose dubitativos, liberales y republicanos. En el otro bando, la Democracia Cristiana, partidaria del s¨ª a la derogaci¨®n de la ley, se opuso tambi¨¦n a posponer el refer¨¦ndum. El argumento de comunistas y democristianos es que prolongar el debate sobre el tema, en las presentes circunstancias podr¨ªa crear a¨²n mayores tensiones.
A pesar de esta coincidencia, los comunistas han acusado a la Democracia Cristiana de tratar de instrumentalizar el atentado en beneficio de las posiciones antiabortistas. Algunos dirigentes del grupo democristiano hab¨ªan insinuado p¨²blicamente la noche del mi¨¦rcoles que el atentado se hab¨ªa visto favorecido por el clima anticlerical e intransigente de los partidarios del aborto.
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