El ruido de las fiestas

Con motivo de las fiestas de San Isidro hemos podido comprobar el inter¨¦s de nuestro alcalde por crear un ambiente festivo y popular que nos haga sentir el calor humano, ausente habitualmente en las grandes urbes. Hasta aqu¨ª, nada que objetar.Los problemas surgen cuando los cauces se desbordan y se pierde el sentido de la medida. A pesar de todas las molestias, los sufridos vecinos del estadio Vicente Calder¨®n, en la avenida del Manzanares, de Madrid, soportamos pacientemente las agresiones a nuestra tranquilidad siempre que se celebra partido y¨¦ndonos, ante la imposibilidad de llegar a casa, a refugiar en la hospitalidad de alg¨²n familiar hasta que pase la borrasca. Tambi¨¦n soportamos durante estas tres semanas de Fiestas madrile?as todos los agobios y ruidos procedentes de las ferias y verbenas que nos rodearon con gran asistencia de p¨²blico. Lo que ya es absolutamente insoportable es que los conjuntos musicales y el bingo de la verbena se esforzaran en amenizarnos el sue?o dentro de nuestras viviendas durante toda la noche.

Este es el ruego de unas personas que, aun compartiendo en muchas ocasiones los deseos de diversi¨®n, tienen la obligaci¨®n de madrugar para dirigirse al trabajo cada ma?ana, lo que resulta bastante duro si se ha pasado la noche en vela escuchando por los altavoces c¨®mo cantan los n¨²meros del bingo./