La investigaci¨®n judicial se extiende a destacados miembros de Fuerza Nueva
Tres meses despu¨¦s de la reapertura del sumario sobre el asesinato de la joven Yolanda Gonz¨¢lez, ordenada por la Audiencia Nacional, tras haber sido concluido aqu¨¦l el 29 de octubre de 1980 por el juez instructor, Ricardo Var¨®n Cobos, la investigaci¨®n judicial sobre el caso apunta a un amplio campo de complicidades como consecuencia de las nuevas declaraciones y datos aportados por Emilio Hell¨ªn. Al igual que en el caso Atocha, el tes¨®n y la capacidad profesional de los abogados de la acusaci¨®n particular han conseguido que un caso que parec¨ªa, por la pasividad de unos y el inter¨¦s de otros, ce?ido a los presuntos autores materiales comience a mostrar su entramado y algunos trazos de la infraestructura del terrorismo de extrema derecha en Espa?a.
Desde que a mediados del pasado mes de febrero la Audiencia Nacional orden¨® la reapertura del sumarlo y la pr¨¢ctica de diversas pruebas solicitadas por los abogados de la acusaci¨®n particular, Jos¨¦ Mariano Ben¨ªtez de Lugo y Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano, entre ellas una nueva declaraci¨®n de Emilio Hell¨ªn han declarado o han sido citados a declarar ante el juez instructor en fechas pr¨®ximas Jos¨¦ Mar¨ªa Otaegui, jefe provincial de Fuerza Nueva en Madrid, Fernando Garc¨ªa G¨®mez y Pedro Herraiz, Jefe de informaci¨®n nacional y, ex jefe de seguridad, respectivamente, del mismo partido, y Jos¨¦ Antonio Assiego, dirigente del sindicato Fuerza Nacional del Trabajo (FNT).La declaraci¨®n de Hell¨ªn efectuada los d¨ªas 9 y 10 del pasado mes de abril puede significar un giro de 180 grados en la l¨ªnea de investigaci¨®n sobre el asesinato de Yolanda Gonz¨¢lez, ya que aquel mantiene ahora que ¨¦l no fue el autor de los disparos que acabaron con la vida de la joven militante del Partido Socialista de los Trabajadores, sino que ¨¦sta fue entregada, tras raptarla en su domicilio, en la calle de Tembleque, de Madrid, a los ocupantes de un Renault 5, uno de ellos apodado El Chino, militante de Fuerza Nueva, y el otro llamado Antonio, funcionario de Polic¨ªa. La autoridad judicial est¨¢ haciendo gestiones sobre estas dos personas, aunque los datos aportados por Hell¨ªn parece que son insuficientes para lograr su identificaci¨®n.
Cambio fundamental
Cuando se le pregunta a Hell¨ªn el motivo de este cambio tan fundamental en sus declaraciones, responde que sus amigos le aconsejaron que se atribuyese la muerte de Yolanda, ya que la pena que le correspond¨ªa por este hecho no iba a aumentar sustancialmente la que le ser¨ªa impuesta por la acumulaci¨®n de varios delitos de dep¨®sito de armas y explosivos, y por otra parte ya habr¨ªa forma de sacarle de la c¨¢rcel.En su nueva declaraci¨®n, Hell¨ªn asegura que David Mart¨ªnez Loza, del que sigue afirmando que recib¨ªa ¨®rdenes, y Ricardo Prieto y F¨¦lix P¨¦rez Ajero, quienes tuvieron a su caro la vigilancia exterior del domicilio de Yolanda, estuvieron escondidos en la finca que posee un grande de Espa?a en Extremadura, el primero, hasta el d¨ªa 26 de febrero de 1980. en que se present¨® al juez instructor, y los otros dos durante varios meses, tras desaparecer a ra¨ªz de descubrirse el crimen.
En la misma declaraci¨®n, Hell¨ªn confiesa que en julio de 1979 cobr¨® un tal¨®n de medio mill¨®n de pesetas contra una cuenta corriente de Fuerza Nueva. La existencia de ese tal¨®n cobrado ha sido confirmada por el banco mediante la correspondiente diligencia judicial. El destino de esa cantidad ser¨ªa la compra de armas en Ver¨ªn (Pontevedra).
Hell¨ªn ha dado los nombres de la persona que le entreg¨® el tal¨®n y de quien lo firmaba. La existencia de ese tal¨®n y el destino dado a esa cantidad je dinero han motivado la comparecencia ante el juez de Otaegui, Garc¨ªa G¨®mez y Assiego.
Por otra parte, Pedro Herraiz, ex jefe de seguridad de Fuerza Nueva, tambi¨¦n ha sido citado a declarar en relaci¨®n. al parecer, con una visita que hizo a Hell¨ªn en la c¨¢rcel, que ha sido debidamente comprobada.
La nueva declaraci¨®n de Hell¨ªn constitu¨ªa una de las pruebas solicitadas por los abogados de la acusaci¨®n particular, denegadas por el juez instructor al concluir el sumario, y, ordenadas por la Audiencia Nacional al decidir la reapertura de aqu¨¦l, pero hab¨ªa otras, en concreto la transcripci¨®n de las veinticuatro cintas magnetof¨®nicas intervenidas a Hell¨ªn en la academia de electr¨®nica de la calle de San Roque, con identificaci¨®n de las voces que aparecen en las mismas, y el dictamen pericial sobre el ordenador marca Pet 2001, serie Comodore. instalado en esta aca demia, por el que Hell¨ªn emiti¨® el tele,y en el que reivindicaba el ase sinato de Yolanda en nombre del Batall¨®n Vasco Espa?ol. La primera prueba ha podido ser practicada, pero no as¨ª la segunda, ya que, cuando el juez ha intentado llevarla a cabo, el ordenador hab¨ªa desaparecido.
La CEOE, vigilada
El contenido de las cintas magnetof¨®nicas (las voces todav¨ªa no han sido identificadas) muestra que quienes las manipulaban ten¨ªan acceso a la intervenci¨®n de tel¨¦fonos y la posibilidad de colocar micr¨®fonos ocultos en despachos. Gran parte de las cintas contienen conversaciones de personas en la sede de la CEOE (Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales), tanto en el interior de la propia sede como conversaciones telef¨®nicas con personas del exterior, entre ellas varios ministros econ¨®micos. Otra cinta contiene la voz de una persona que graba fichas policiales, y otra recoge una conversaci¨®n telef¨®nica en la que uno de los comunicantes habla desde los archivos de la antigua DGS y pide, como premio de la informaci¨®n que facilita, que se le env¨ªe una fotograf¨ªa dedicada de Blas Pi?ar.
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