Leopoldo Calvo Sotelo confirma que un ultraderechista encarg¨® y el asalto a la sede del Banco Central de Barcelona
El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, explic¨® ante el Congreso de los Diputados que los asaltantes al Banco Central de Barcelona ten¨ªan un contacto ultraderechista que les encarg¨® la acci¨®n, la consigna de confundir a las autoridades y a la opini¨®n p¨²blica haci¨¦ndoles creer que eran un grupo militar. El presidente no descart¨® ninguna hip¨®tesis, y dijo que no pod¨ªa dar una respuesta solvente a la pregunta de qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de este asunto, aunque el Gobierno no cree que sea una acci¨®n espont¨¢nea de un grupo de delincuentes comunes. En resumen, el presidente dijo:
?Tras la sesi¨®n de investidura, cuando recib¨ª al presidente de esta C¨¢mara en la Moncloa, le ped¨ªa una previsi¨®n reglamentaria para que el presidente del Gobierno pudiera venir a esta tribuna para responder a las preguntas que sobre cuestiones de actualidad pol¨ªtica quisieran hacer los diputados. Ayer solicit¨¦ esta comparecencia, no para dar una versi¨®n detallada de los sucesos, que conocen en buena parte y precisar¨¢ el Ministerio del Interior cuando acaben los interrogatorios, pero s¨ª para esclarecer los puntos oscuros o las contradicciones se?alados por los grupos parlamentarios ?.?Pero antes voy a hacer una cosa ins¨®lita: hablar bien del Gobierno, porque ¨¦ste y los servicios que de ¨¦l ,dependen han resuelto brillantemente una situaci¨®n muy dif¨ªcil con toda limpieza y eficacia, sin da?o para rehenes inocentes. Es preciso este claro elogio a los miembros de la Administraci¨®n y las fuerzas de seguridad que han intervenido. El Gobierno sigui¨® minuto a minuto los hechos por la l¨ªnea telef¨®nica directa establecida entre el palacio de la Moncloa y el centro de la direcci¨®n de las operaciones. Yo habl¨¦ constantemente con el delegado del Gobierno en Catalu?a, el gobernador civil y el jefe superior de polic¨ªa. Escuch¨¦ sus versiones, sus presentimientos, sus dudas e incluso las conversaciones que manten¨ªan con los secuestradores?.
?En s¨ªntesis, de los hechos destaca lo siguiente: en primer lugar, tras el comunicado de los asaltantes se les hace saber que no quieren ser liberados aquellos cuya libertad piden, y que el pa¨ªs se?alado para huir tampoco les da asilo. En este punto he de destacar el comportamiento de los servicios de Asuntos Exteriores y la Prensa de Barcelona que hizo ediciones especiales para recoger estos datos. En segundo lugar, los asaltantes se niegan a aceptar lo citado y exigen que se cumplan sus exigencias con amenazas de ejecuci¨®n inmediata, contra lo que se les hace llegar la firmeza m¨¢s absoluta?.
?Despu¨¦s vino la negociaci¨®n para la entrega. Subray¨® la firmeza del delegado general del Gobierno y el director general de la polic¨ªa al entrar en el banco, con lo que se persegu¨ªa no s¨®lo negociar la entrega, sino recabar datos por si era necesario intervenir. Por ¨²ltimo, llegados al convencimiento de la conveniencia de intervenir, tanto por la situaci¨®n de los secuestradores como por la de los rehenes, se ordena a las fuerzas de seguridad la intervenci¨®n, con el resultado sabido?.
?Quiero esclarecer ahora los puntos oscuros, porque siempre he deseado la claridad y la transparencia, aunque adelanto que explicar una realidad confusa puede ser falseante, ya que tras los primeros interrogatorios permanecen puntos confusos ?.
?En cuanto al n¨²mero de asaltantes, se va conociendo a lo largo del secuestro, por lo que dicen los propios asaltantes y los rehenes. Con alguno de ¨¦stos he hablado personal y largamente, y su estado al salir no les permit¨ªa dar cuenta de forma serena de lo que hab¨ªan visto, ni dentro estaban en condiciones de observar bien, ya que ninguno tuvo nunca una visi¨®n global ni vieron juntos, a todos los asaltantes, adem¨¢s de que parece que ¨¦stos cambiaban de vestimenta y su cara cubierta hace dif¨ªcil una evaluaci¨®n. Los propios secuestradores hablaron primero de que eran veinte, y luego, veinticuatro, para exagerar su propia fuerza. Estas cifras llegaron a la opini¨®n p¨²blica por deseo de transparencia de quienes dirig¨ªan las operaciones en Barcelona, que seguramente les hizo decirlo precipitadamente ?.
?En cuanto a las armas, se les han encontrado doce, y parece que uno de ellos utilizaba una metralleta y una pistola a la vez. Hab¨ªa la .sospecha de que huyeron algunos de ellos entre los rehenes; por eso se orden¨® que todos ¨¦stos, en cuanto hubiese alguna duda, pasasen para ser identificados por la Jefatuta Superior de Polic¨ªa, por lo que no es razonable que hayan escapado secuestradores. Se ha detenido a un und¨¦cimo, hermano de uno de los asaltantes, pero que parece que no estuvo dentro. En este tema no hay prop¨®sito de ocultar nada, ni hay cautela ni precuaci¨®n, sino, en todo caso, hubo falta de ellas en el mando operativo de Barcelona?.
?En cuanto a la identidad, se han dado los nombres, y el historial est¨¢ en manos del ministro del Interior. Se sigue investigando, y ninguno de ellos, por lo que se sabe hasta ahora, pertenece o ha pertenecido a las fuerzas de seguridad del Estado. Sobre su filiaci¨®n pol¨ªtica tenemos las fichas de algunos, entre ellas las del jefe, en donde se recogen conexiones con anarquistas, un grupo aut¨®nomo anarquista; pero ello no quiere decir que la iniciativa y la responsabilidad de los hechos sea de estos grupos. Tras la primera hora y media de interrogatorios, el secretario de Estado para la Informaci¨®n dijo que se apuntaba a una operaci¨®n de la extrema derecha. Tal vez fue una informaci¨®n prematura, pero se dijo porque una de las primeras declaraciones del jefe de la banda iba en este sentido. Apunto de paso que esta declaraci¨®n completa y las cintas de las conversaciones que se mantuvieron con los secuestradores estar¨¢n a disposici¨®n de la C¨¢mara, porque el Gobierno desea la m¨¢xima transparencia?.
Declaraciones del "n¨²mero uno"
?Jos¨¦ Juan Mart¨ªnez G¨®mez, el llamado n¨²mero uno -he de advertir que s¨®lo se llamaban por n¨²meros el primero y el segundo-, declar¨® que se entrevist¨® en Perpi?¨¢n los d¨ªas 15 o 16 y 22 de marzo con un tal Antonio Luis, que se presenta como ultra y dice conocer las actividades delictivas de Mart¨ªnez G¨®mez. Requiere a ¨¦ste para una actuaci¨®n importante enla primera entrevista, y el d¨ªa 22 le especifica que ser¨¢ el asalto al banco con toma de rehenes. Recibe enfonces el texto del comunicado que habr¨ªan de dar y 1.500.000 pesetas, junto a la promesa de otras cantidades. Le pide que busque a compa?eros para la acci¨®n y promete dinero tambi¨¦n para ellos. Le asegura que la operaci¨®n cuenta con fuertes apoyos, que no puede fracasar y que est¨¢ asegurado el traslado a Argentina. El 13 de mayo se produce una nueva entrevista en Barcelona, en la que el contacto le entrega al jefe de la banda, en una bolsa, una metralleta y seis pistolas?.
?Tambi¨¦n le dio la consigna de confundir a las autoridades y a la opini¨®n p¨²blica para l¨ªacerles creer que son un grupo militar. Hicieron un ejercicio de simulaci¨®n sistem¨¢tico, con decir que eran un n¨²mero mayor de la realidad, la existencia de explosivos, fingiendo que hac¨ªan hornacinas para colocar los explosivos en ellas y volar el edificio, su actitud militar con voces de mando y el uso de la numeraci¨®n, y las menciones a conceptos de honor, jerarqu¨ªa y disciplina al hablar con las autoridades?.
?Actualmente se busca al tal Antonio Luis, en colaboraci¨®n con la polic¨ªa francesa. El Gobierno dar¨¢ cuenta de la marcha de estas gestiones. Pero hay una pregunta fundamental, a la que no puedo dar una respuesta solvente: ?qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de estos hechos? Se dice, no obstante, a d¨®nde apuntan las primeras impresiones, pero ser¨ªa una ligereza ir m¨¢s all¨¢. El Gobierno no cree de todas formas que se trate de una acci¨®n espont¨¢nea de un grupo de delincuentes comunes?.
?Los secuestradores pueden mentir en sus declaraciones, pero cabe la evidente sospecha de que el hecho se sit¨²a en un contexto m¨¢s amplio. El Ministerio del Interior trabaja sobre hip¨®tesis distintas y no descarta ninguna, ni siquiera la posible implicaci¨®n de miembros de la Guardia Civil como apoyo. En este sentido cit¨® el ministro de Defensa la presencia en Andorra del ex capit¨¢n S¨¢nchez Valiente. Pero no existen otros datos que confirmen esta hip¨®tesis, aunque insisto en que no se desecha ninguna?.
?No pretendo haber dado una explicaci¨®n exhaustiva de los hechos, sino introducir m¨¢s bien las preguntas que sus se?or¨ªas quieran hacer. No puede adelantarse m¨¢s en el terreno de las hip¨®tesis. El ministro del Interior tiene m¨¢s datos; muchos menudos. y circunstanciales, pero ambos estamos dispuestos a decir lo posible ante lo que pregunten?.
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